Concluyeron las
exposiciones en el plenario de comisiones.
Otra senadora adelantó su voto en
contra.
Nacionales - Las
comisiones de Salud, Justicia y Asuntos Penales, y Asuntos Constitucionales
recibieron a los últimos expositores a favor y en contra de la ley de
interrupción voluntaria del embarazo antes de emitir dictamen, en medio de una
pelea voto a voto donde poco a poco se despejan incógnitas sobre los indecisos.
La jornada de este martes fue abierta por Verónica Camargo,
una de las fundadoras del movimiento Ni Una Menos y madre de Chiara Páez, una
joven de 14 años que fue asesinada por su novio en 2015 por negarse a realizarse
un aborto.
“La vida debe respetarse siempre, incluso la de los que
mataron a mi hija. El camino debe ser siempre el de la paz. Me duele ver que en
las grandes ciudades se equipare al Ni Una Menos con el aborto”, lamentó
Camargo, quien también se había presentado en la Cámara de Diputados.
Sostuvo que “todos comprendemos la carga que significa un
embarazo no deseado” y agregó: “Yo tuve la oportunidad de hacerle ver a mi hija
que con ayuda y compañía se pude hacer frente a la adversidad eligiendo lo
correcto”.
También disertó la filósofa y activista feminista Diana
Maffía, quien en contraposición a Camargo opinó que “la dimensión de la tortura
que significa una maternidad forzada puede medirse en que esa mujer arriesga su
propia vida en un aborto clandestino e inseguro para evitarla”.
Maffía le dejó un mensaje a los senadores: “En estos meses
hemos afirmado una ciudadanía que ya no tiene retorno y esperamos que nuestros
representantes estén a la altura. Si en verdad están a favor de la vida humana,
voten sin cambios la ley de aborto legal”.
Otra de las oradoras fue Guadalupe Batallán, una joven de 20
años egresada del Colegio Nacional de Buenos Aires, quien enfatizó que “este
proyecto de ley destruye los principios éticos más importantes de la humanidad
e instaura el derecho a matar”.
“El aborto no resuelve la pobreza, ni será liberador poner a
una mujer ante la cruenta decisión de ser madre de un hijo vivo o de un hijo
muerto”, sentenció Batallán.
Expuso también el abogado y doctor en Derecho de la
Universidad Austral, Santiago Alfonso, quien se manifestó en contra de la
iniciativa y consideró que “es gravemente inconstitucional y debe ser rechazada
por el desconocimiento del principio de la igual e inviolable dignidad de la
persona humana”. Alfonso destacó que “una democracia no admite ciudadanos de
segunda categoría y este principio nos impone a todos su defensa teórica y
práctica”.
La exdiputada, exsenadora y exgobernadora de Tierra del
Fuego, Fabiana Ríos destacó el fallo de la Corte Suprema, denominado Caso Fal y
recordó que “cuando la legislatura porteña dictó un protocolo de interrupción
de embarazo en los términos del fallo de la Corte Suprema éste fue vetado por
el gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”. Se pronunció a favor del proyecto en
debate y destacó que “lo que hay afuera no es solamente una marea verde, es la
expresión del hartazgo de una enorme cantidad de ciudadanas que estuvimos
paciente pero no pasivamente esperando a lo largo de 35 años de democracia ser
reconocidas como sujetos de derechos".
A su turno, la abogada e investigadora del CONICET Marisa
Herrera se manifestó a favor del proyecto y resaltó que "es mentira que el
derecho a la vida sea un derecho absoluto porque es siempre dependiente e
interdependiente de otros derechos y es en el juego con esos otros derechos que
se debe analizar".
Débora Ranieri, miembro de la Academia de Ciencias Morales y
Políticas y doctora en Ciencias Jurídicas, cuestionó la constitucionalidad de
la iniciativa en debate a partir de la adhesión argentina a la Declaración de
los Derechos del Niño. Destacó que éste obtuvo rango constitucional con la
reforma del año 1994 y que violar su texto convierte al proyecto en
“anticonstitucional”.
La anteúltima oradora fue abogada Neydy Casillas. La
expositora puso el acento en la “perspectiva del derecho internacional”. Puso
el acento en el tema de los “comités de expertos y en los excesos de los
comités al momento de interpretar las obligaciones de los Estados”. Dijo a los
senadores que deberían preguntarse si “la soberanía reside en el pueblo que gobierna
y delibera a través de sus representantes, que son ustedes o de los comités de
expertos que se extralimitan”.
Consideró que “las obligaciones de los comités no son
vinculantes y que solo son obligatorias las definiciones que figuran en los
tratados”. En este punto destacó que los comités de expertos que hicieron una
declaración interpretativa en la que afirmaron que “la Argentina respetaba la
vida desde la concepción”, se tomaron una atribución que creaba obligaciones
que solo pueden producir los legisladores.
El último orador fue el abogado constitucionalista Jorge
Vanossi. Rechazó el proyecto en debate y aseguró que “el aborto posee un signo
negativo porque es la negación de las vidas del niño y la madre, según el
caso”. Afirmó que su oposición al tema “se sustenta en la creencia moral de que
el aborto es un acto injustificable ya que la concepción empieza a partir del
implante del embrión en el útero materno”.
Otro voto en contra
La senadora del bloque Justicialista Inés Blas era una de
las últimas cuyo voto estaba en duda. Y si bien algunos sugerían que podría
inclinarse por la afirmativa, al tratarse de la titular de la Comisión de Banca
de la Mujer, terminó resolviendo en contra.
Con ese voto, el
rechazo suma 35 voluntades, por lo que al haber una abstención y una
ausencia previstas, si no hay más ausencias entre los que votan en contra, será
imposible revertir el resultado para quienes promueven la aprobación del
proyecto. A lo sumo, habrá empate, y definirá la vicepresidenta Gabriela
Michetti.
Blas se expresó a través de un comunicado al que accedió parlamentario.com, en el que señaló que
“ante la proximidad de la producción del dictamen y tratamiento en sesión del
proyecto de interrupción voluntaria del embarazo, creo conveniente dar a
conocer mi posición”.
“Luego de haber analizado el proyecto en revisión, he
concluido en no acompañar el mismo por considerar que no se limita a la
despenalización del aborto, sino que legisla sobre la legalización sin límites
razonables en su implementación y acceso a la práctica”, puntualizó.
Así las cosas, Blas considera que el proyecto “pone en
riesgo y vulnera en muchos aspectos la integridad psicofísico y social de la
mujer”.
Informe:
Parlamentario.com
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