Anticipan discusiones
por las cláusulas de revisión debido
a la corrida del dólar y la aceleración
inflacionaria.
Jorge Triaca |
Economía - La
corrida cambiaria junto a los aumentos en las tarifas sumaron en las últimas
horas nuevas presiones sobre las paritarias, y encendieron el alerta tanto en
gremios como empresas, donde anticipan una batalla en los próximos meses por
las cláusulas de revisión, el mecanismo ideado por las autoridades para
esquivar ajustes automáticos por inflación.
Salvo algunas actividades, la mayoría cerró durante el
primer trimestre subas anuales del 15% en hasta tres tramos, alineados con la
meta oficial de inflación y sin los mecanismos de actualización utilizados el
año pasado.
En lugar de la automática cláusula gatillo, los acuerdos de
2018 incluyeron un compromiso de renegociar aumentos en caso de que la
inflación superase lo acordado, siguiendo el esquema delineado por el
Ministerio de Trabajo.
"La meta de inflación es un objetivo que nos ponemos
para adecuar las expectativas de la economía. Creemos que esas expectativas van
a estar cerca, por eso hemos incorporado las posibilidades de revisión en
muchas paritarias, eso expresa el cuidado que queremos por el poder
adquisitivo, pero seguimos un sendero de baja de la inflación", dijo el
jueves el ministro Jorge Triaca a iProfesional.
Dentro del “club del 15%”, sin embargo, ya hay algunos
sindicatos que empezaron a analizar la reapertura anticipada de los acuerdos y
el pedido de adicionales muy por encima de la pauta oficial. La cúpula del
sindicato de comercio, liderado por Armando Cavalieri, mantuvo reuniones para
evaluar el pedido de adelantar la revisión de la paritaria, que está prevista
recién para enero, tras acordar una suba del 10% en abril y un 5% para el
primer mes de 2018.
“Está todo muy volátil, vamos a ver el mercado este lunes y
qué hacemos con la cláusula. Por un lado tenemos que pedir algo y que se abra
antes. Pero si se después se va todo al carajo, ¿qué hacemos?”, dijo a iProfesional un hombre de trato
cotidiano con Cavalieri.
Los aceiteros de San Lorenzo, con sede en el principal polo
cerealero del país, enfrentan una situación similar. El sindicato adelantó en
enero pasado la paritaria prevista para marzo con un incremento del 15%, una
gratificación extraordinaria de $10.000 y cláusula de revisión en septiembre.
Pero ahora elevó sus expectativas salariales y se prepara para negociar desde
agosto un pedido extra del 7% (que llevaría el incremento anual al 22%).
“En septiembre abrimos la negociación sin ninguna duda y
vamos a pelear un 7% extra, todos están calculando un 22% para el año”, dijo
Reguera a este medio.
Por otra parte, todavía está pendiente la paritaria de
camioneros, gastronómicos, metalúrgicos y maestros bonaerenses, que comprenden
en total a más de un millón de trabajadores.
Con pedidos que oscilan entre el 18 y el 23%, el pelotón de
gremios díscolos amenaza con perforar la pauta oficial en un escenario sacudido
por las tarifas y el dólar, que en una semana subió un 8,4% y tocó el récord de
$23,30.
Con una inflación del 6,7% en el primer trimestre, las
consultoras privadas estiman una variación del 3% en abril, dato que el INDEC
dará a conocer esta semana. Así, la suba acumulada llegaría al 10% y superaría
entre julio y agosto la meta inflacionaria proyectada para todo el año, según
coincidieron Marina Dal Pogetto, directora de Eco GO, y Eric Ritondale,
economista jefe de Econviews, al ser consultados por iProfesional.
Pauta bajo presión
Mientras tanto, las empresas también empezaron a revisar sus
números. La industria alimenticia se había comprometido a mantener sus valores
en línea con la pauta del 15% en función de la evolución del dólar. Ahora, en
medio de la corrida cambiaria, las cadenas de supermercados aprovecharon para
aplicar retoques del 6% en las góndolas, luego de recibir las nuevas listas de
precios de sus proveedores.
La puja por los precios no tardó en trasladarse a las
paritarias. El convenio de la alimentación venció el 30 de abril pasado, por lo
que recién ahora se negociará la pauta del 2018. Sin embargo, un sector del
gremio ya le solicitó a Arcor una compensación por los incrementos en tarifas,
impuestos y costos. Su intención es aplicar la cláusula de revisión pactada el
año pasado, pero los empresarios se resisten.
"Esperamos que no haya necesidad de reabrir las
paritarias por la suba de inflación", señaló el vicepresidente de UIA,
Daniel Funes de Rioja.
En lo que va del año, el club del 15% sumó a los obreros de
la construcción (Uocra), comercio, Luz y Fuerza, Obras Sanitarias,
colectiveros, porteros, tintoreros y petroleros. Se trata en su mayoría de
gremios aliados a la Casa Rosada que representan a más de dos millones de
trabajadores y que pactaron revisar sus acuerdos en septiembre, octubre y
enero, según el caso.
Pero en las últimas semanas, el porcentaje oficial empezó a
tambalear con las últimas negociaciones.
En los ferrocarriles, los cuatro gremios de la actividad
firmaron una suba del 15% en dos tramos, pero por nueve meses hasta septiembre,
cuando está contemplada una instancia de revisión.
La semana anterior, la Asociación Bancaria le había dado
otro empujón a la política salarial del Gobierno, al acordar un incremento del
15%, pero con adicionales que según el propio sindicato elevaría el incremento
por encima de esa cifra.
En vistas de la crisis cambiaria, el Gobierno redobló la
apuesta y modificó la meta de déficit fiscal, anticipando un mayor ajuste de
las cuentas, y ratificó las metas de inflación, mientras que el Banco Central
elevó las tasas al récord del 40%. No obstante, el ministro de Hacienda,
Nicolás Dujovne, reconoció que la suba del dólar "tiene un traslado a
precios".
"Puede ser que en mayo tengamos un impacto más alto del
que esperábamos", admitió.
La trepada del dólar alentó un endurecimiento de la CGT, en
donde la cúpula rechazó "el maldito tarifazo" y la reforma laboral,
mientras que los gremios del transporte realizaron este viernes una protesta
frente al Ente Regulador de Energía (ENRE).
"El creciente nivel inflacionario, que lejos de
apaciguarse hoy parece superar incluso el del año anterior, provoca el aumento
desmesurado de los alimentos y productos de primera necesidad, erosiona el
poder adquisitivo de los salarios y se retroalimenta con el valor de los
servicios públicos", advirtió la central en su primer comunicado desde diciembre,
en el que también apuntó contra el programa económico del Gobierno.
La protesta nucleó a maestros, municipales, judiciales,
sanidad, ladrilleros, obreros de la Construcción, y entre los dirigentes
presentes se vio al frente de las columnas a Omar Pérez (Camioneros), Raúl
Epelbaum (Señaleros), Omar Maturano (La Fraternidad), Roberto Coria
(Guincheros), Rubén Ramos (AGAE), Héctor González (Luz y Fuerza Patagonia),
Guillermo Imbrogno (AEFIP) y Hugo Benítez (Textiles).
En ese contexto, los porteros se mantienen expectantes,
luego de acordar en marzo un incremento del 12% en dos tramos no acumulativos,
más un bono de $6.000 y revisión en septiembre. "Hasta ahora estamos
viendo cómo sigue, preocupados por la economía, es un tema que veremos cómo transcurre",
dijo a iProfesional Victor
Santamaría, titular del sindicato único de trabajadores de edificios (Suterh).
Luz y Fuerza también debe renegociar en septiembre. La
federación firmó un 15% en dos tramos, pero su filial de Capital -que discute
con Edenor y Edesur- podría adelantarse, ya que discute por separado y arrastra
un acuerdo del año pasado. "Seguramente que no alcanza. Vamos a empezar a
negociar en agosto y si se desmadra no descartamos adelantarnos", dijo un
hombre del gremio liderado por Rafael Mancuso.
Con todo, buena parte de la dirigencia mantiene por ahora la
cautela y evita hablar de "reajustes". "Todo a su debido
momento, el sindicalismo hizo los deberes y nadie podrá acusarnos de meter
palos en la rueda", dijo el ladero de un triunviro.
El sindicalismo, sobre todo su ala "dialoguista",
busca esquivar una situación como la de diciembre, cuando la reforma
jubilatoria forzó a un sector a salir a las calles y abandonar la mesa de
negociaciones.
El dilema que enfrentan los jefes gremiales es que las
propias autoridades y el empresariado sostienen contra viento y marea el
esquema tarifario definido por el Ministerio de Energía, frente al embate de la
oposición por moderarlo.
El efecto de la devaluación repentina de la última semana no
hizo más que agitar el fantasma del año pasado, cuando los salarios perdieron
hasta por seis puntos por debajo de una inflación del 24,8%.
En cambio, Triaca hizo una lectura optimista sobre impacto
de la cotización del dólar en las empresas y los ingresos. Al ser consultado el
jueves durante una charla organizada por la Universidad Di Tella sobre "El
futuro del trabajo", el ministro respondió que "el sector empresario
está ganando competitividad y los trabajadores recuperando productividad".
Informe: iProfesional
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