Por Fernando Savater |
Lo cual conlleva el peligro de que ese
acuerdo disparejo sea aún peor a la larga que la misma discordia. Quienes en
todo caso, se trate de lo que se trate, recomiendan que se parta lo cuestionado
en dos mitades iguales entre los litigantes para que ninguno quede humillado
por el otro, quizá no lo hagan por equidad -que también puede ser ciega- sino
por pereza acomodaticia. Cuando Salomón ordenó al sicario que partiese al niño
en dos no lo hizo porque creyese que ambas supuestas madres tenían el mismo
derecho a él sino para descubrir a la que merecía el hijo entero. Un caso
práctico: si para bajar de un octavo piso unos aconsejan saltar por la ventana
y otros utilizar la escalera, descender cuatro pisos con cada uno de los
métodos no obtendrá buen resultado, por equitativo que parezca.
Estas inocentes reflexiones surgieron al leer la entrevista
a Iceta(*) en este periódico, en la que recomienda lo que él mismo tiene por
imposible, un gobierno de concentración en Cataluña para que un 50% de
catalanes no se imponga al otro 50% (el resto de españoles no sé dónde queda).
Es la misma música que cantan en el País Vasco, con el
estribillo "ni vencedores ni vencidos". Entonces recuerdo temblando
al que dijo: "Entre la humillación y la guerra, habéis preferido la
humillación. Tendréis humillación y guerra". Ojalá no.
(*) Se refiere a Miguel Iceta, primer secretario del Partit dels
Socialistes de Catalunya (Aclaración de Agensur.info)
© El País (España)
0 comments :
Publicar un comentario