Mauricio Macri abrió
las sesiones ordinarias defendiendo su política gradualista. Debate por el
aborto y reforma laboral. Discurso completo.
Nacionales - Mauricio
Macri utilizó la apertura de las sesiones ordinarias del Congreso para realizar
una encendida defensa de su modelo económico gradualista y rechazó realizar
"un shock de ajuste", al tiempo que insistió en que "la
inflación está bajando".
"Algunos me critican porque voy demasiado lento y otros
por ir demasiado rápido", afirmó el mandatario en la primera parte de un
discurso que se prolongó por poco más de 40 minutos. "Los primeros nos
piden un shock de ajuste, pero les digo que vinimos a reducir la pobreza y a
que ningún argentino pase hambre", afirmó.
"Los otros nos piden que nada cambie y yo les digo si
nada hubiese cambiado estaríamos como otro país hermano que está en una
desintegración social", continuó en clara referencia a Venezuela, un tema
que esta vez no tocó directamente. "Elegimos el camino del cambio con
gradualismo", reiteró.
Macri insistió con su frase de que "lo peor ya
pasó" en materia económica y prometió que "ahora vienen los años en
los que vamos a crecer". Además, pareció salir al cruce de las dudas de
los economistas sobre si el Gobierno podrá cumplir las metas de inflación y de
reducción del déficit. "Tenemos metas para bajar la inflación, reducir el
déficit fiscal y como las vamos a cumplir vamos a dejar de endeudarnos y se van
a multiplicar las inversiones en un país confiable", arengó.
Al respecto, también minimizó los pronósticos de una nueva
disparada inflacionaria y celebró el resultado del año pasado, con casi 25%.
"La inflación está bajando. La inflación de 2017 fue menor que la de 2016.
La de este año va a ser más baja, y la del año que viene va a ser todavía menor
que la de éste", dijo ante el aplauso de los legisladores de Cambiemos,
que al final cantaron "sí, se puede".
Ya sobre el cierre de su discurso, el Presidente volvió
sobre la cuestión económica y celebró que en 2016 la inversión creció "un
11 por ciento" y hubo récords de venta de "cemento, asfalto, autos
usados, motos, turismo, vuelos de pasajeros". Además, aseguró que "ya
sobrepasamos la cantidad de personas empleadas en 2015" y "los
salarios le ganaron a la inflación", dijo en base a los datos que dio el
Indec.
Respecto al trabajo, Macri no mencionó la fallida reforma
laboral que impulsó el año pasado, aunque confirmó la idea de empujarla ahora
por tramos. Al respecto, pidió la aprobación de "la ley de inclusión
laboral", el blanqueo que según él permitirá a los trabajadores
registrarse sin perder la antigüedad ni los beneficios por sus años de trabajo.
También prometió un proyecto para extender la licencia por
paternidad de los hombres. "En un mundo de iguales, no hay razón para que
un padre sólo tenga dos días en el momento del nacimiento de los hijos",
dijo. Y habló de "compromiso" para que establecer un "salario
igualitario" para que las mujeres dejen de ganar un 30% menos.
Uno de los pocos temas polémicos que tocó el presidente fue
el del aborto, donde ratificó su postura negativa, pero su impulso al proyecto,
que dijo que hace 35 años se posterga. "Como dije más de una vez, estoy a
favor de la vida. Pero también estoy a favor de los debates maduros y
responsables que como argentinos tenemos que darnos. Por eso, vemos con agrado
que el Congreso incluya este tema en su agenda de este año", señaló.
Al respecto, pareció más interesado en una "iniciativa
integral" contra el "embarazo adolescente no intencional"
mediante la educación sexual para jóvenes. "La educación sexual es una
herramienta que empodera a los jóvenes", señaló el Presidente, quien
precisó que se apuntará a que en escuelas y centros de salud haya profesionales
que brinden información a jóvenes.
En otra alusión a un tema polémico, le pidió a los docentes
más preocupación por la educación de los chicos, en lo que ya parece un clásico
de sus discursos de los 1º de marzo.
"No podemos acordarnos de la educación solo en el momento de las
paritarias", exigió. Y pidió a los legisladores que cambien la ley que
impide difundir los resultados de las evaluaciones. "Hoy está prohibido
difundir los resultados por escuela, eso no tiene sentido. Avancemos para cambiar
esta norma", indicó.
El Presidente también defendió la gestión de Patricia
Bullrich (dijo que bajaron los delitos) y respaldó a las fuerzas de seguridad,
en lo que pareció una referencia al caso Chocobar. "Creemos en un sistema
republicano que cuide a los argentinos para que vivamos tranquilos. Las mujeres
y los hombres de las fuerzas de seguridad se juegan la vida por nosotros y
merecen todo nuestro respeto y admiración", subrayó.
Discurso completo
Señora vicepresidenta,
señores gobernadores, integrantes del cuerpo diplomático, legisladores,
invitados especiales, queridos argentinos: antes de empezar, quiero homenajear
a los cuarenta y cuatro tripulantes del submarino ARA San Juan… (Puestos de pie
los presentes; aplausos.) …que entregaron su vida cumpliendo su deber. Estamos
con los familiares; y quiero reiterarles que seguiremos haciendo todo lo que
esté a nuestro alcance para encontrarlos. Estoy seguro de que todos los
argentinos estamos unidos en este reconocimiento.
Es la tercera vez que
vengo al Congreso a hacer la apertura de sesiones ordinarias, y esta vez quiero
iniciar diciendo “gracias”. Gracias a todos los argentinos, a los que están en
este recinto y a los que están afuera. Gracias por comprender que este es un
esfuerzo que hacemos entre todos, trabajando juntos. Gracias por marcar el
camino y elegir la verdad, aunque, a veces, incomode. Gracias por entender que
las cosas llevan tiempo y que no hay atajos ni soluciones mágicas. Y gracias
por comprometerse con el diálogo, que es la única manera de llegar a soluciones
que incluyan a todos.
A cada uno de ustedes,
con los que estuve, se los dije en persona. Y a cada uno que siga encontrando
en el futuro se lo voy a volver a decir. Gracias, gracias, gracias. Si hoy
estamos donde estamos es gracias al esfuerzo de todos. Pero lo peor ya pasó y
ahoravienen los años en que vamos a crecer.
Las transformaciones
que hicimos empiezan a dar frutos, a sentirse como las siente esa familia que
no tenía agua ni cloacas y ahora las tiene, como las siente esa pareja de
enamorados que no podía acceder a su vivienda propia y en estos dos años lo
consiguió, como las siente aquel trabajador que vuelve a casa después de un
largo día bajo la lluvia y no tiene que embarrarse porque le llevamos el
asfalto a su cuadra, como las siente cada emprendedor que pudo crear esa pyme
con la que soñaba. Y esto me llena el corazón de entusiasmo, porque ustedes me
pusieron acá para emprender, juntos, este camino, un camino distinto que, por
fin, nos está sacando de tantos años de repetirlos mismos errores, un camino de
desarrollo en el que estamos combatiendo la pobreza para que nadie quede atrás.
Y quiero dejar bien
clara mi intención. Detrás de cada propuesta, de cada reforma, de cada
transformación, están la responsabilidad y el amor con que he tomado esta
tarea. Y siempre pienso en qué es lo mejor para todos los argentinos. No vine a
hacer lo que me conviene a mí o a mi gobierno. Estoy acá porque realmente
quiero que cada uno de ustedes sienta que su vida mejora, que tenga esa oportunidad
concreta que antes no tenía, que cada uno pueda ver cómo su vida va avanzando.
Ustedes escuchan que
algunos nos critican por ir demasiado lento y otros por ir demasiado rápido.
Los primeros piden un shock de ajuste. Y a ellos les digo que acá vinimos a
reducir la pobreza y asegurarnos que ningún argentino pase hambre.
(Aplausos.) Y los
otros nos piden que nada cambie. Y yo les digo: Si nada hubiese cambiado,
estaríamos como otro país hermano, que está en la desintegración social. Por
eso elegimos el camino del cambio con gradualismo, un camino en el que todos
los argentinos estemos unidos por el esfuerzo.
Tenemos metas para
bajar la inflación, para reducir el déficit fiscal, y como las vamos a cumplir,
vamos a dejar de endeudarnos, y se van a multiplicar las inversiones en un país
confiable. (Aplausos.) Tenemos que evitar los diagnósticos apocalípticos.
Necesitamos
coherencia, templanza, para recorrer el camino y avanzar de acuerdo con los
tiempos que vivimos. En este contexto, hoy quiero proponerles una agenda de
trabajo con desafíos concretos que nos ayuden a seguir creciendo, pero sin
desconocer la importancia de otros temas significativos sobre los que venimos
trabajando. Los invito a trabajar juntos en esta agenda.
Queremos un Estado al
servicio de la gente, un Estado moderno y facilitador quedé las herramientas a
los argentinos para mejorar sus vidas y obligue a los funcionarios a rendir
cuentas. Estamos avanzando, ya hay casi 700 trámites que se hacen por Internet
sin tener que hacer viajes ni colas innecesarias y desde este año –estos
trámites y muchos más– se van a poder realizar desde la computadora o el
celular. Pero un Estado al servicio de la gente es también un Estado
transparente que muestra cómo gasta su plata y que tiene funcionarios obligados
a tener un alto estándar ético. En estos dos años los funcionarios nos pusimos
límites como nunca antes para garantizar que no estamos acá para beneficiarnos.
(Aplausos.)
Ahora hay reglas sobre
cómo mostrar nuestro patrimonio, reglas que estudian y resuelven posibles
conflictos de interés y normas que definen límites para nombrar familiares en
el gobierno, entre otras. Argentina mejoró las posiciones y calificaciones del
índice de transparencia internacional: pasamos del puesto 106 al 85 en dos años.
(Aplausos.)
Es la primera vez que
Argentina mejora 21 posiciones en dos años, pero tenemos que seguir trabajando.
Le pido a todos los poderes y a las provincias que se sumen a esta tarea
titánica. Y queremos hacer permanentes estos cambios en una ley de integridad
pública que reúna las reformas que ya implementamos y las que surjan del debate
parlamentario.
Un Estado al servicio
de la gente –además– es un Estado que ordena sus cuentas; no podemos gastar más
de lo que tenemos. En esto nos pusimos de acuerdo con los gobernadores para
ordenar la relación entre Nación y provincias. Después de décadas de desorden
llegó el momento de ser serios con el equilibrio fiscal; es la plata de los
argentinos, y administrarla con responsabilidad es nuestra obligación.
Otra de las
prioridades es que todos los argentinos puedan acceder al crédito y puedan
ahorrar. Estamos viviendo un boom de crédito hipotecario: 2017 fue el año –en
casi 20– con más créditos; decenas de miles de familias compraron sus casas con
cuotas más bajas que el alquiler que pagaban. (Aplausos.)
Y tres millones de
familias tomaron créditos en la ANSES para hacer refacciones o conectarse a las
redes de cloaca y agua. Todo fue posible, entre otras razones, porque la
inflación está bajando. La inflación de 2017 fue menor a la de 2016; la de este
año va a ser aún menor, y la del año que viene aún menor que la de 2018. No
queremos solo bajarla, queremos que nunca más sea un instrumento de la política
como lo ha sido durante más de setenta años. (Aplausos.)
La inflación castiga a
la mayoría, dificulta la competencia y nos mantiene presos del corto plazo. Y,
presos del corto plazo, los argentinos no podemos planificar, no podemos tomar
crédito ni podemos ahorrar, pero esto también está cambiando. A medida que los
argentinos vimos que emprendimos un camino claro de inflación en baja,
empezamos a recuperar el ahorro. La ley de financiamiento productivo que tiene
media sanción va a permitir seguir teniendo crédito hipotecario por varias
décadas y va a dar más opciones para canalizar el ahorro de los argentinos, en
especial a las pymes que necesitan capital para crecer.
Le pedimos al Congreso
que tenga esta ley entre sus prioridades para este año.
Tenemos que
organizarnos para el trabajo del siglo XXI. El mundo está cambiando rápido.
Cada día se crean empleos nuevos y otros desaparecen. Es un desafío que
enfrentan todos los países del mundo, no sólo la Argentina; podemos intentar
resistirnos o podemos asumir el momento que nos toca vivir.
Durante estos dos años
avanzamos mucho juntos, logramos acuerdos que generan empleo y llevan
oportunidades nuevas a nuevas partes del país. Gracias a esto la desocupación
está bajando y el total de trabajadores registrados aumentó en casi 270 mil.
(Aplausos.)
Pero en la Argentina
uno de cada tres trabajadores está en la informalidad, y no está ahí porque
quiere: hace lo que puede. Vamos a presentar el proyecto de ley de inclusión
laboral para que miles de trabajadores informales puedan registrarse sin
perderla antigüedad y los beneficios que les corresponden por sus años de
trabajo. Esta iniciativa es el fruto del trabajo en equipo entre sindicatos y
empleadores, unidos detrás de la meta de cuidar el empleo argentino.
Tampoco podemos
permitir más que una mujer gane menos que un hombre. Noes justo. (Aplausos.) No
es justo, no está bien. Según el INDEC estas diferencias llegan hasta el 30 por
ciento y esto no puede seguir así. Tienen mi compromiso para que el salario
igualitario que establecen nuestras leyes sea una realidad. Y en un mundo de
iguales tampoco hay razón para que los padres compartamos tan sólo dos días en
el momento del nacimiento de nuestros hijos. (Aplausos.) Sabemos lo importante
que es estar en familia en esos primeros días, por eso vamos a presentar un
proyecto de ley para extender la licencia por paternidad. (Aplausos.)
Se viene una
revolución en el país con el turismo, y les propongo que nos organicemos para
recibir cada vez a más turistas. El año pasado batimos muchos récord juntos.
Nunca antes se habían hospedado tantos viajeros en hoteles en todo el país;
crecieron un 8 por ciento en comparación con 2016 en todas las regiones, y
nunca antes había viajado tanta gente en vuelos de cabotaje como ahora. Tuvimos
más de 50millones de viajes dentro del país y recibimos más de 6 millones de
turistas de otras partes del mundo. Y en el último fin de semana largo de
carnaval tuvimos récord de turistas. (Aplausos.)
¿Qué significa todo
esto? Significa trabajo de calidad, porque son más mesas llenas en los
restaurantes, más camas ocupadas en los hoteles, más entradas vendidas en los
teatros, peñas y espectáculos. Y además, este año tendremos el G-20 y las
Olimpíadas de la Juventud, que son más puertas de entrada y van a multiplicar
la cantidad de turistas. Y más allá de la mejora en los aeropuertos, las nuevas
rutas para que haya más conexiones, la devolución del IVA al turismo extranjero
o los vuelos más baratos, el turismo tiene que ser una causa compartida por
todos. (Aplausos.)
Los argentinos tenemos
que construir una cultura del servicio, para que cada persona que nos visite se
enamore de nuestro país y quiera volver una y otra vez.
Transformemos nuestra
amabilidad y nuestras ganas de crecer en oportunidades concretas que se
multipliquen en los pueblos y ciudades.
Queremos que todos los
argentinos estemos conectados, que tengamos acceso a Internet y mejor conexión
en los celulares. Internet nos cambió la vida, nos permite estar comunicados,
poder expresarnos, aprender sobre el mundo y ahorrarnos tiempo en trámites que
antes eran eternos.
Un ejemplo del
potencial que tiene internet aplicada a la vida es la red de Tele salud
Pediátrica que ya funciona en veinte provincias; y las familias pueden hacer
consultas con médicos del Garrahan sin tener que moverse de sus pueblos. Por
iniciativas como esta es que queremos ampliar la cobertura y mejorar la calidad
de la conexión a internet en cada rincón del país: un paso más hacia una
Argentina verdaderamente federal.
En estos dos años
aceleramos el crecimiento de la Red Federal de Fibra Óptica que ya tiene más de
32.000 kilómetros tendidos y conecta a más de 400 localidades que antes estaban
desconectadas.
También estamos
ayudando a los emprendedores que quieren exportar servicios basados en el
conocimiento: un sector que da trabajo a más de un millón de personas. Y el año
pasado la exportación de estos servicios, como el software, creció un 20 por
ciento.
Para seguir avanzando,
necesitamos una nueva ley sobre telecomunicaciones y tecnología de la
información que nos permita aprovechar los beneficios de la tecnología, mejorar
la competencia y las inversiones, bajar los precios y mejorar la calidad del
servicio a los usuarios. En esta herramienta legal también estamos atrasados
respecto de otros países.
Va a haber lugar para
que cooperativas, empresas pequeñas, medianas y grandes, tanto nacionales como
internacionales, participen activamente de la conversación para garantizar la
neutralidad de las redes y la pluralidad de los contenidos. Si estamos mejor
conectados vamos a poder ofrecer mejores productos y servicios, y vamos a estar
más preparados para la economía que viene, donde la innovación y lo digital
serán fundamentales para crear empleo. (Aplausos.)
Los argentinos también
tenemos derecho a vivir cerca de un lugar verde donde podamos unirnos, conocer
y preservar la naturaleza. El espacio público sin duda es el más democrático
que tenemos. Por primera vez en muchos años estamos ampliando la superficie de
los parques nacionales y estamos mejorando la infraestructura de los que ya
teníamos. Inauguramos el Parque Nacional El Impenetrable, en Chaco, empezamos a
crear los parques Iberá, en Corrientes, Aconquija, en Tucumán, y Mar Chiquita,
en Córdoba.
Por primera vez estamos
avanzando en la creación de parques marinos. Nuestro mar cumple un rol clave
porque ayuda a regular la temperatura, a generar el oxígeno queres piramos y
acompaña el desarrollo de la pesca sustentable. Además, la creación de áreas
protegidas en el Mar Argentino nos permite ejercer la soberanía nacional en
forma pacífica.
Hoy quiero contarles
que hemos decidido preservar una parte importante de Campo de Mayo y
transformarla en un parque nacional. (Aplausos.) Será uno de los parques
nacionales urbanos más grandes del mundo y parte del sistema de áreas
protegidas del área metropolitana. Todos sabemos que más de 10 millones de
argentinos viven ahí, y van a poder conocer y disfrutar de estos parques.
Los parques nacionales
no son una idea abstracta de conservación: son una herramienta de desarrollo
local, y el acceso a ellos debe ser visto como un derecho para todos.
Si ustedes convierten
en ley estos proyectos habremos logrado juntos que 2018sea el año de mayor
creación de parques nacionales de nuestra historia. (Aplausos.)
Los argentinos
queremos vivir en paz. Queremos salir a la calle sin miedo y que nuestros hijos
vivan tranquilos. Creemos que en estos años de democracia persiste una tensión
entre democracia y seguridad; y no creemos que haya que caer en la mano durani
en el abolicionismo para resolverla. Creemos en un sistema que ponga en el
centro a las víctimas del delito, que respete a las fuerzas de seguridad y que
ofrezca penas proporcionales a los delitos cometidos. (Aplausos.) Y, sobre
todas las cosas, creemos en un sistema republicano que cuide a los argentinos
para que vivamos más seguros.
Queremos sentirnos
cuidados. Para eso, también tenemos que pensar en los que nos cuidan. Las
mujeres y los hombres de nuestras fuerzas de seguridad se juegan la vida por
nosotros y merecen todo nuestro respeto y admiración. (Aplausos.)
Como ustedes saben,
hace muchos años yo sufrí en carne propia a la mala policía. Sé lo que se
siente cuando uno pasa por algo así.
La seguridad y la
lucha contra el narcotráfico son dos de las demandas más grandes de los
argentinos. Por primera vez tenemos una estrategia nacional para abordar estos
temas y estamos llevando el cuidado del Estado a donde antes solo existía el
poder de las bandas; y lo mejor es que esta estrategia está funcionando. Las
incautaciones de drogas son récord: 300 toneladas (aplausos), la cantidad de
robos se redujo en un 11por ciento (aplausos) y los homicidios en un 20 por
ciento, en estos dos años.
Es importante que
avancemos en la extinción de dominio y que el Estado recupere los bienes del
narcotráfico y del crimen organizado. (Aplausos.)
También necesitamos
algunas reformas, como la del Código Penal. Tenemos un Código viejo,
desordenado, emparchado mil veces. Desde el año pasado hay una comisión de
expertos trabajando y esperamos que nos propongan un Código nuevo en pocos
meses.
Otra reforma
importante es la del Código Procesal Penal. El centro de la reforma es pasar
del modelo actual, donde los jueces investigan y deciden, a uno más rápido y
oral en el que los fiscales tengan más protagonismo.
Pido a los
legisladores que den a estos temas la importancia que merecen para cuidar a
todos los argentinos. (Aplausos.)
La vida es lo más
importante que tenemos y nos estamos matando en accidentes en las rutas y en
las calles de todo el país. El año pasado murieron 5.000 argentinos que no
tenían que morir: es una tragedia nacional. Tenemos que trabajar juntos para
bajar esta cifra. Es la principal causa de muerte de jóvenes de entre 15 y 34
años. No nos podemos quedar de brazos cruzados.
Desde el Estado
estamos trabajando para que tengamos rutas más seguras. Ya reparamos 5.000
kilómetros que estaban en pésimo estado y estamos recuperando 12.000 más.
Terminamos y vamos a
tener en obra casi 1.700 kilómetros de autopistas; y también seguimos apostando
a medios de transportes como el Metrobús, que además de ser cómodos y
ahorrarnos tiempo son más seguros.
Pero solo si conocemos
en tiempo real dónde y por qué ocurrió un accidente vamos a poder hacer algo
para evitar que vuelva a pasar. Tenemos que medir y evaluar.
Por eso, con ayuda de
las provincias creamos un sistema digital que nos permite acceder a esta
información crucial. Pero no alcanza solo con esto. No puede ser que la
irresponsabilidad al volante casi nunca termine en una condena efectiva. Vamos
a impulsar un proyecto del Código Penal que por primera vez introduzca penas
fuertes a los conductores que ponen en riesgo la vida de los demás por manejar
alcoholizados, bajo el efecto de drogas o superando ampliamente la velocidad
permitida. (Aplausos.)
Estas son algunas
iniciativas, pero les pido a todos –absolutamente a todos– que pongamos nuestra
parte, empezando por lo elemental: usar el cinturón de seguridad, poner
nuestros niños en las sillas cuando los transportamos y no distraernos con el
celular.
Evitar muertes por
accidentes viales es también otra de las formas de cuidado y de seguridad que
los argentinos nos tenemos que exigir.
También les pido que
trabajemos juntos para combatir la malnutrición y la obesidad infantil, que
afecta más a los que menos tienen. En la Argentina, cuatro de cada diez chicos
están mal nutridos. Somos el país con mayor obesidad infantil en
América latina y,
aunque sorprenda, somos uno de los cuatro países que más azúcares consume en el
mundo: ¡sí, uno de los cuatro! Les digo estas cifras para que veamos la magnitud
de este problema. Uno de cada tres chicos tiene sobrepeso u obesidad, y la
obesidad infantil y la desnutrición son dos caras de la misma moneda, que
tienen consecuencias directas en la salud y en el desarrollo de los chicos. La
capacidad de aprender y de que les vaya bien en la escuela disminuye, y tienen
más posibilidades de sufrir enfermedades del corazón, otras, como diabetes, y
algunos tipos de cáncer es cuando son adultos.
Estamos trabajando
para que tengan acceso a alimentos más frescos y saludables.
La alimentación sana
es hoy una temática mundial semejante a la defensa del ambiente.
Los padres tenemos una
responsabilidad primaria en este tema y debemos liderar esta causa que nos
involucra a todos. (Aplausos.)
Tenemos que trabajar
por la igualdad educativa, para que todos los chicos, especialmente los más
vulnerables, puedan acceder a una educación de calidad. Hace casi un año
presenté los resultados de la evaluación Aprender. Les aseguro que fue una de
las estadísticas que más me afectó tener que compartir, porque nos mostró, nos
confirmó que no estamos preparando a nuestros hijos para el mundo que van a
vivir.
Con la evaluación
Aprender pudimos identificar qué escuelas tienen más dificultades y a cuáles
les va mejor y, gracias a esta información, con el programa Escuelas Faro nos
focalizamos en ayudar a las 3.000 escuelas que más problemas tenían, aplicando
los criterios de aquellas a las que les iba mejor.
La calidad en la
educación es un compromiso que tenemos que asumir juntos familias, docentes y
toda la comunidad educativa. Los padres no podemos desentendernos; no podemos
dejar a los maestros solos en esto. Todos tenemos que ser parte de este proceso
de mejora. Y, para poder involucrarnos, tenemos que poder saber: tenemos que
poder saber cómo le está yendo a la escuela a donde van nuestros hijos. Hoy
está prohibido por ley que se publiquen los resultados por escuela; y eso no
tiene sentido. Por eso, les pido que este año legislativo avancemos para
cambiar esta norma.
(Aplausos.)
La única manera de
mejorar es partir de la verdad: de un diagnóstico verdadero, transparente,
público, a disposición de todos. ¡No le tengamos miedo a la verdad! A lo que
hay que temer es a la mentira, al ocultamiento, a no querer enfrentar la
realidad que ya nos demostró el daño que puede generar. A lo que hay que temer
es a que los chicos no terminen el colegio. ¡No podemos hacer política con la
educación de nuestros hijos!
No podemos acordarnos
de la educación solo en el momento de las paritarias.
(Aplausos.)
Otro tema que tenemos
que poner sobre la mesa es el embarazo adolescente no intencional. Hoy, nuestro
país muestra una situación crítica. Cada año más de 100.000chicas menores de 19
años quedan embarazadas y siete de cada diez de esos embarazos no son
intencionales. Las vidas de esas jóvenes cambian para siempre. Muchas abandonan
la escuela y eso afecta sus posibilidades de conseguir trabajo y desarrollar un
proyecto de vida.
Una vez más, el punto
de partida es la educación. La educación sexual es una herramienta que empodera
a los jóvenes: los ayuda a tomar decisiones informados.
Estamos trabajando con
el equipo de Desarrollo Social, Salud y Educación en una iniciativa integral
para que en las escuelas, en los centros de salud y en las comunidades haya
profesionales que acompañen y asesoren a los chicos en educación sexual, salud
reproductiva y métodos anticonceptivos. (Aplausos.) Solo con información van a
tener la libertad de elegir qué quieren para su vida.
Hace treinta y cinco
años que venimos postergando un debate muy sensible que, como sociedad, nos
debemos: el aborto. Como dije más de una vez, estoy a favor de la vida pero
también estoy a favor de los debates maduros y responsables que como argentinos
tenemos que darnos. Por eso, vemos con agrado que el Congreso incluya este tema
en su agenda de este año. (Aplausos.) Espero que se escuchen todas las voces y
se tomen en cuenta todas las posturas.
Sé que si trabajamos
juntos, si dialogamos y hacemos las cosas con buenas intenciones, vamos a dar
grandes pasos en cada uno de los desafíos que les propuse en esta agenda de
trabajo.
Durante mucho tiempo
creímos que estábamos destinados a fracasar, que resignarnos era nuestra única
opción: pero esa idea es falsa. Y detrás de esa idea falsa empezó a aparecer
una Argentina unida y poderosa. Empezamos a aparecer millones de argentinos
unidos que decidimos cambiar; cambiar y poner todo nuestro talento y esfuerzo
en salir de donde estábamos.
Los argentinos tenemos
todo para crecer: depende de nosotros y de nadie más.
Estoy convencido de
que vamos a hacerlo. No estaría acá si no creyera en lo que les digo. Y la
mayor prueba de esto es que estamos creciendo. Todo lo que logramos juntos en
estos dos años muestra que estamos creciendo.
La inversión aumenta.
El año pasado creció un 11 por ciento; y esa inversión, precisamente, es la que
nos garantiza que vamos a seguir creciendo, porque agranda nuestra capacidad
para producir. Este enero tuvimos récord de venta en cemento, en asfalto, de
autos, de autos usados, de motos, de turismo, de vuelos de pasajeros, para
citar algunos de los ejemplos más visibles. (Aplausos.) Y febrero viene para
que podamos decir en pocos días que también en varios de estos rubros es el
bimestre más importante de nuestra historia.
Toda esta actividad
está generando trabajo. Ya sobrepasamos la cantidad de personas empleadas en
2015 y los salarios le ganaron a la inflación.
La construcción es uno
de los sectores que más está creciendo. Hay cada vez más obras en rutas, más
calles asfaltadas, más casas en construcción. Por cada casa nueva que se
construye hay alguien en algún corralón preparando un pedido, un flete que los
entrega y algún vendedor que prepara un pedido de artefactos. ¡Son puestos de
trabajo de todo el país!
Estamos en la
dirección correcta, dejando atrás muchos años de estancamiento y retroceso.
Esto no solo sucede en lo económico. Los argentinos estamos madurando.
Nos dimos cuenta de
que no sirve seguir culpando a otros de lo que nos pasa; de que crecer depende
de nosotros, de nuestra capacidad de sentarnos a dialogar en una mesa, sin
patoterismos ni extorsiones. (Aplausos.) Ya demostramos que se puede. Lo
hicimos con Vaca Muerta, con la lechería, con la carne, con la construcción,
con el sector automotriz, con el sector forestal, con la biotecnología. ¿Qué
hicimos? Nos sentamos a conversar partiendo de la premisa de que todos los
actores implicados –sindicatos, empresas y gobierno– debemos participar del
diálogo, y cada uno planteó su agenda de futuro, sus inquietudes y sus
propuestas.
Yo mismo formé parte
de muchas de esas mesas y me gustaría que ustedes pudieran estar ahí, para ver
el entusiasmo que despierta ese trabajo en común, cómo se van destrabando
obstáculos, cómo van surgiendo soluciones a partir del aporte de todos.
Si pudimos avanzar en
todas estas cosas, si pudimos sentarnos a dialogar, si pudimos evitar una
crisis que se nos venía encima, si pudimos generar trabajo y empezara reducir
la pobreza, si pudimos asfaltar barrios enteros que estaban sumergidos en el
barro, si pudimos pasar del aislamiento a la integración con el mundo,
imaginemos las cosas que vamos a poder en el futuro.
Sí: animémonos a
imaginarlo, porque mucho de lo que imaginamos está sucediendo y porque tenemos
la capacidad de hacer. Y no me refiero a la política, me refiero a la vida. No
me refiero a los partidos políticos, me refiero a las personas; a las personas
que creemos que podemos y merecemos vivir mejor.
Hace un año, en este
lugar, en este recinto, les dije que teníamos que construirlas bases para que
la Argentina pudiese crecer veinte años en forma consecutiva, que así
derrotaremos la pobreza y fortaleceremos a la clase media, haciendo lo que
había que hacer.
Y eso es lo que
hicimos; ese crecimiento invisible sucedió. Es como cuando empezamos un edificio:
en el pozo no se ve lo que estamos haciendo –no se ven las estructuras que
estamos poniendo, los pilotes, volcando el hormigón–, pero esa base existe,
está, y sobre ella se construye el resto. Y esto es lo que está sucediendo. Los
argentinos empezamos a ver los frutos de eso y cada transformación está hecha
sobre bases firmes; y va a durar para toda la vida. (Aplausos.)
Por eso, nuevamente
los invito al entusiasmo del hacer, a la alegría de sentirse comprometidos, de
sentirse protagonistas de su propio futuro, al orgullo de pertenecer ala
generación que está cambiando a la Argentina para siempre. (Aplausos.)
Y los invito a todos,
a los que piensan distinto, a que por un minuto abran su mente y su corazón y
piensen que todo lo que les estamos proponiendo, con absoluta buena fe, puede
funcionar. Está funcionando; y los necesitamos a todos. (Aplausos.)
Porque nuestros
verdaderos enemigos son la resignación, la indiferencia; necesitamos de todos
unidos. Porque siempre les digo: los argentinos unidos somos imparables para
derrotarlos con coraje, con entusiasmo, con fuerza; y así dar lugar a esta
Argentina que tanto
soñamos y nos merecemos.
Con esta idea en la
cabeza y con este sentimiento en mi corazón, dejo formalmente inauguradas las
sesiones ordinarias del Congreso de la Nación. Muchas gracias. (Aplausos.)
Informe: LPO y
Parlamentario.com
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