martes, 27 de marzo de 2018

Las trabas en el funcionamiento de Diputados

Un debate pendiente bajo la lupa de especialistas

Por Carolina Ramos

Sesiones que terminan de madrugada. Diputados corriendo de un lado a otro para poder cumplir con las comisiones. Reuniones que se superponen y sucesiones eternas de discursos en el recinto. Son escenas que se naturalizaron en los últimos años, pero que reflejan las numerosas e importantes trabas en el funcionamiento de la Cámara baja.

La reforma del reglamento es un debate que los diputados vienen postergando desde el fin del bipartidismo. Mientras tanto, las prácticas que tienden a obstruir el curso parlamentario se profundizan: el recinto está cada vez más fragmentado, las sesiones ordinarias quedaron en desuso y la actividad se concentra en dos días de la semana, martes y miércoles.

Con ese diagnóstico negativo sobre la mesa, el CIPPEC (Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento) elaboró un puntilloso informe al que accedió parlamentario.com, donde plasmó una serie de propuestas para modernizar y agilizar las reglas de Diputados.

“Este informe es parte de un trabajo conjunto que venimos realizando con las autoridades de la Cámara y de la Comisión de Peticiones, Poderes y Reglamento, para que principalmente se adopten medidas para evitar la fragmentación”, explicó a este medio Marcelo Leiras, director del programa de Instituciones Políticas del CIPPEC.

El documento fue redactado por Alejandro Bonvecchi, Nicolás Cherny y Lautaro Cella. Los especialistas sostienen que “modernizar el Congreso argentino requiere reformas que incentiven la cooperación entre los diputados y fortalezcan la efectividad y productividad legislativa, sin perder la capacidad para reflejar la pluralidad política”.

Entre las principales iniciativas, figuran las de aumentar el número mínimo de miembros requerido para la integración de un bloque; formalizar los interbloques; reagrupar las comisiones; poner un límite más estricto a las cuestiones de privilegio; y hasta instituir sesiones que, en lugar de tratar leyes, se destinen exclusivamente a los discursos políticos.

Las propuestas del CIPPEC

Menos fragmentación

Obtener una banca por una misma boleta no siempre deriva en la pertenencia a un mismo bloque. Según el CIPPEC, la Cámara de Diputados argentina es una de las legislaturas con mayor cantidad de bloques pequeños en América Latina: en 2017, 29 de los 40 bloques contaban con tres o menos integrantes. Con la composición actual, hay nada menos que seis monobloques.

La institución propone que los bloques tengan "un mínimo razonable" de integrantes. Hoy el piso es de tres, y el CIPPEC quiere llevarlo a cinco. No sólo eso: sugiere "premiar" con mayor tiempo en el uso de la palabra a las fuerzas que cumplan con esa exigencia. Para las que no, instan a reducir el tiempo y también el presupuesto.

Otra opción es formalizar los interbloques, una modalidad que se hizo muy popular en los últimos años, donde los bloques pueden generar alianzas entre ellos sin perder la identidad. El CIPPEC propone un mínimo de 20 diputados; dotar a sus líderes de recursos para una secretaria técnica donde surjan proyectos de consenso; y obviamente, minutos adicionales para el uso de la palabra en el recinto.

Comisiones más efectivas

Entre 1983 y 2017 la cantidad de comisiones aumentó de 26 a 45. Hoy ocurre que, mientras algunas concentran los giros y registran hiperactividad, otras se reúnen escasas veces -o nunca- durante el año. El CIPPEC puja por volver al número original de comisiones y fusionar las que abordan temáticas afines -por ejemplo, hoy hay ¡tres! que se abocan a la economía-.

Los martes caóticos de comisiones ya son moneda corriente. Por la superposición de reuniones, los diputados deben correr de una a otra para dar quórum y participar de los debates. Por eso se propone que cada uno pueda integrar un máximo de cinco.

Otro punto adicional es que los dictámenes de minoría deben tener como mínimo tres firmas de legisladores. Sucede que varios diputados -según confiesan fuera de micrófono- firman despachos unipersonales con el sólo fin de disponer de tiempo para hablar en el recinto. Otro factor que tiende a alargar las sesiones.

Mejor uso del tiempo en el recinto

En el último tiempo, una herramienta de excepción se volvió una constante. Se trata de las “cuestiones de privilegio”, esto es, planteos que pueden formular los legisladores cuando se creen afectados en su honor. Lejos de ese objetivo, los diputados recurren a ese tipo de mociones para pronunciar discursos políticos que, uno tras otro, insumen buena parte de la sesión y desvirtúan el debate parlamentario.

“Las autoridades de la Cámara están interesadas en poner un límite. Debemos generar mejores condiciones para legislar”, sostuvo Leiras. Las propuestas del CIPPEC en ese sentido son concretas: restringir las cuestiones de privilegio a una por bloque, y trasladarlas al final de la sesión.

Otra sugerencia es la de instituir sesiones específicamente dedicadas a las declaraciones expresivas, o bien destinarles un tiempo durante los informes del jefe de Gabinete. Y por último, se propone una reforma aún más audaz: aplicar un sistema automático para cortar el uso de la palabra cuando termina el tiempo del orador.

Refuerzo de Labor Parlamentaria

Es la comisión integrada por los jefes de bloque, donde se “cocina” el temario de las sesiones. El año pasado, las reuniones de la CLP escasearon por la ausencia total de sesiones ordinarias en pos de las especiales. De esa forma, el oficialismo evita tener que acordar con la oposición los proyectos a tratar.

Para reforzar la construcción de consensos, el CIPPEC insta a que la CLP esté integrada por bloques con un mínimo de cinco miembros, y alienta a que se integren los líderes de los interbloques con más de 20 legisladores, de modo de premiar la agregación.

© Parlamentario.com

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