Un joven de 18 años
abrió fuego en una escuela secundaria de Miami (Florida) y tras un cerco
policial fue detenido.
Familiares de los alumnos aguardan información policial sobre el tiroteo que ya costó la vida de 16 personas. (Foto/AP) |
Mundo - Estados
Unidos ha vivido este miércoles 14 de febrero la última pesadilla de su
imparable cadena de masacres con armas de fuego. En la tranquila localidad de
Parkland (30.000 habitantes), a una hora en coche al noroeste de Miami
(Florida), un tirador ha abierto fuego en la escuela secundaria Stoneman
Douglas dejando un reguero de sangre y espanto con al menos 16 muertos, según
avanza la cadena CNN con base en
información policial. Un número indeterminado de heridos ha sido trasladado a
hospitales de la zona y los medios locales apuntan que podría llegar al medio
centenar.
Las balas empezaron a sonar pasadas las dos de la tarde hora
local. Alrededor de hora y media después el sheriff del condado de Broward,
donde se encuentra Parkland, comunicaba que el tirador había sido detenido y
trasladado en ambulancia a un hospital. Según la agencia Associated Press, el responsable de la masacre es el joven Nicolás
Cruz, de 18 años. El atacante disparó dentro y fuera del instituto, y fue
arrestado en el exterior del centro. Medios locales indican que podría tratarse
de un exalumno que anteriormente había despertado temores en el instituto por
sus amenazas a otros estudiantes –hasta el punto de que se le habría prohibido
entrar en el centro con mochila–. Imágenes del arresto muestran al sospechoso,
vestido con una camiseta roja, pantalones y botas negras, siendo inmovilizado
por agentes de policía.
Cuando empezó el tiroteo la escuela estaba cerca de terminar
su jornada académica. El instituto Stoneman Douglas tiene alrededor de 3.200
alumnos. Es uno de las más grandes del condado de Broward, una zona urbana
acomodada del área metropolitana de Miami. "Es una situación terrible, un
día horrible para nosotros", ha dicho el director de escuelas del condado,
Robert Runcie.
Inmediatamente después del tiroteo la escuela activo su
código rojo de emergencia y multitud de agentes locales y federales llegaron al
lugar. El cerco al tirador duró más de una hora. Las autoridades establecieron un perímetro de seguridad e
impidieron que los familiares de los estudiantes se acercaran al área de
riesgo, sobrevolada por helicópteros. En las imágenes de la televisión local, decenas
de estudiantes salían del instituto con las manos en alto y en fila, escoltados
por agentes armados con armas semiautomáticas y chalecos antibala. Un número
indeterminado de alumnos y profesores se quedaron atrapados en el interior de
la escuela y recibieron órdenes de la policía de atrincherarse donde estuvieran
hasta que llegasen agentes a auxiliarlos. Grabaciones del interior del centro
difundidas por redes sociales muestran escenas de pánico y gritos entre el
sonido explosivo de las ráfagas de disparos de alto calibre.
La Casa Blanca ha comunicado que el presidente Donald Trump
ha sido informado del suceso. "Estamos siguiendo la situación. Nuestros
pensamientos y oraciones están con los afectados". Minutos más tarde el
mandatario ha reaccionado en Twitter:
"Ningún niño ni profesor ni nadie más debería sentirse inseguro en una
escuela estadounidense". Según registros del FBI, desde la masacre de la
secundaria de Columbine en 1999 (15 muertos incluidos los dos adolescentes
tiradores) hasta 2016 se habían producido medio centenar de atentados o
intentados de atentado con arma de fuego en escuelas de EE UU que dejaron 141
muertos.
El 6 de enero de 2017, hace poco más de un año, un tirador,
Esteban Santiago Ruiz, mató a cinco personas e hirió a otras seis en el
aeropuerto de Fort Lauderdale, a menos de una hora en coche de la secundaria
Stoneman Douglas.
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