Por Carlos Pagni
La disputa por la reforma previsional abandonó la calle e
ingresó en los tribunales. El nuevo campo de batalla exige nuevas estrategias.
Quienes se oponen al cambio en la forma de actualizar las jubilaciones están
obligados a reemplazar la capacidad de movilización y, según sea el caso, de
depredación, por la destreza procesal. El Gobierno y los adversarios de su
iniciativa siguen trenzados en su duelo.
Ahora es una disputa cifrada. Pero,
desde el punto de vista político, crucial. Porque no sólo están en juego los
ingresos de los jubilados. También se discute la posibilidad de que, con el
ahorro que permite el nuevo cálculo, María Eugenia Vidal cuente con $ 65.000
millones para volcar en el deteriorado conurbano bonaerense. Es la geografía
hacia la que se ha replegado el kirchnerismo. Su última frontera. Es lógico que
la controversia sea despiadada.
Para Mauricio Macri y sus colaboradores ese fondo es crucial
desde el punto de vista político. Pero también fiscal. El ahorro que deriva de
la reforma jubilatoria permitiría despejar intranquilidades sobre el frente
fiscal. Es un objetivo principal del Gobierno, como debería advertirse esta
mañana, durante la conferencia de prensa que ofrecerán Marcos Peña, Nicolás
Dujovne, Federico Sturzenegger y Luis Caputo. Anoche había un hermetismo
cerrado sobre ese mensaje, más allá de una autocelebración del cumplimiento de
las pautas fiscales. Pero podrían conjeturarse algunas orientaciones, a partir
de las discusiones monetarias y financieras que dominaron al gabinete en los
últimos meses. Se podría anunciar alguna forma de coordinación de la política
monetaria del Banco Central con el Poder Ejecutivo, lo que incluye sincerar las
metas de inflación respecto de expectativas razonables. Un dato clave para
ordenar las paritarias. El Central comenzaría a reducir su financiamiento al
Tesoro. Y Caputo a emitir Letes en pesos, bajando su exposición al mercado
internacional. Si se verificaran estas novedades, habría que volver a apostar a
la capacidad predictiva de Elisa Carrió, quien el domingo le dijo a Jorge
Liotti, en este diario, que esperaba un cambio de la estrategia de
Sturzenegger. Anoche se le sumó Miguel Pichetto: "Se creen que están en el
Bundesbank", ironizó.
Al mismo tiempo, Peña y los ministros adelantarían mañana el
próximo paquete de reformas: reavivar el proyecto laboral, un programa de
compre nacional y la demorada ley de mercado de capitales.
La reforma jubilatoria forma parte de este rompecabezas. La
primera jugada para ponerla en entredicho la hizo el líder de la Confederación
de Trabajadores de la Economía Popular, Juan Grabois, acaso el dirigente social
más cercano al papa Francisco. El jueves 14, mientras la Cámara de Diputados
intentaba sesionar por primera vez para tratar la ley, Grabois presentó,
asumiendo el interés de todos los jubilados, un recurso de amparo en el fuero
previsional para que un juez impida la sanción de la reforma. Gonzalo
Estivariz, el secretario Legal y Técnico de la Ansés, festejó. Alguien
inauguraba un expediente. Era lo que él necesitaba para poner en marcha su
estrategia: reclamar que todos los planteos sean absorbidos por ese juzgado.
Esa solicitud fue ideada, en realidad, por Fabián Rodríguez Simón, el más
activo asesor jurídico de Mauricio Macri, y por el procurador del Tesoro,
Bernardo Saravia Frías. Rodríguez Simón, Saravia Frías y Estivariz pretendían
evitar un riesgo aprendido en la guerra del aumento de tarifas del año pasado:
que las cautelares se multipliquen en innumerables tribunales del país.
Con esa lógica institucional que rige a la Argentina, cada
bando comenzó a estudiar, más que los expedientes, las supuestas orientaciones
personales de los jueces. El amparo de Grabois aterrizó en el despacho del juez
Fernando Strasser. Allí fue también una segunda presentación, por
inconstitucionalidad, una vez que la ley fue aprobada. Para quienes pretenden
que se suspenda la reforma fue una mala noticia. Strasser se había pronunciado
a favor del oficialismo el año pasado, cuando se discutió la reparación
histórica del sistema previsional. Tal vez porque sospechaba que el juez
fallaría en el mismo sentido en este nuevo caso, Grabois se entrevistó con el
magistrado, acompañado por dos abogados especialistas en jubilaciones. Fue una
reunión acalorada. El líder de la CTEP pidió a Strasser que deje el expediente
por tratarse de un juez subrogante que está esperando que el Senado lo
convierta en titular. Strasser se ofendió y comenzaron a levantarse la voz.
Funcionarios del oficialismo afirman que, según el juez, arguyó que "mi
presentación tiene el aval de Su Santidad". Grabois lo niega. Y tiene un
argumento a su favor: el acta en la que quedó registrada la reunión no refiere
a la supuesta mención del Papa.
Strasser dictó ayer una resolución que avala la pretensión
planteada por Estivariz, el abogado de la Ansés. Allí establece dos criterios.
Primero, que su juzgado es el único que puede tratar la ley jubilatoria y
cualquier planteo colectivo debe agregarse al de Grabois. Segundo, que deben
extenderse hasta la semana que viene los plazos para el tratamiento del tema.
Es una decisión clave. Supone que no hay urgencia para resolver el cálculo de
las jubilaciones, debido a que el primer pago se realizará en marzo. Por lo
tanto, no hay una urgencia que justifique habilitar la feria judicial para
resolver la cuestión.
Grabois sufrió una pasable derrota. Es probable él se
convenza de que Strasser actuó condicionado por la aprobación de su pliego en
el Senado. Si es así, sería un condicionamiento imaginario. En la Casa Rosada
se enteraron de que Strasser está esperando ese acuerdo por la recusación de
Grabois. Un colaborador de Macri llamó a Federico Pinedo para preguntarle por
el trámite, que la semana pasada quedó suspendido. Pero Pinedo no supo dar
respuesta. Una lección para Cambiemos: maquiavélico no sólo hay que parecer,
hay que ser.
Grabois recuperó el ánimo al final de la tarde. Otro abogado
había presentado un amparo a favor de un jubilado, por un problema de ajuste en
sus haberes. Y también recusó a Strasser. Adujo que tenía un conflicto personal
porque el juez lo había denunciado ante el Colegio de Abogados en el marco de
la causa por la Reparación Histórica. El abogado es Miguel Ángel Fernández
Pastor, uno de los alfiles del neokirchnerista Leopoldo Moreau en el sistema
previsional. Moreau, quien junto con su yerno, Agustín Rossi, forma la guardia
pretoriana de la señora de Kirchner, siempre estuvo interesado en el sector
jubilatorio. Sería mezquino atribuirlo a que durante años contó con la Ansés
como una gran bolsa de trabajo para su clientela. ¿Por qué negar algún amor por
los abuelos? Al servicio de esta gerontofilia estuvo siempre Fernández Pastor,
quien fue director de la Ansés durante la gestión de Fernando De la Rúa. Y
continuó con Sergio Massa, durante la de Eduardo Duhalde, con quien Moreau
inició su irreversible aproximación al peronismo.
Fernández Pastor consiguió ayer que la Cámara Previsional
acepte su recusación. Es lo que entusiasmó a Grabois. Él también fue hasta la
Cámara por lo mismo. Aun cuando su aspiración tiene una debilidad: olvidó
recusar a Strasser antes de recaer en su juzgado por segunda vez, en el planteo
de inconstitucionalidad.
El conflicto de Grabois con Strasser podría volverse
intrascendente. Hoy el magistrado comenzará sus vacaciones y será reemplazado
por el juez Juan Fantini. Los abogados de la Ansés temen a Fantini. Además de
haberse enfrentado con él en la batalla por la Reparación Histórica,
aparecieron problemas de "estética visual", como diría la moralista
de Nordelta. Fantini tendría su despacho decorado con un busto de Perón y un
póster de Francisco. Las mismas devociones de Grabois. Pero, como en el caso
del pliego senatorial de Strasser, los paranoicos no deben ilusionarse: hasta
ayer Grabois no conocía ni la existencia de Fantini.
La suerte inmediata de la nueva fórmula jubilatoria depende
de Fantini. ¿Podría anular la decisión de Strasser y habilitar una avalancha de
reclamos que vuelva mucho más incierto el futuro de la ley? Tendría 48 horas
para hacerlo. El lunes habrá un juez de feria a cargo del fuero: Walter
Carnota.
Los esgrimistas se enfrentan todavía en el plano cautelar.
La cuestión de fondo, si la ley es o no inconstitucional, tendrá un curso más
lento. Por tratarse de una acción donde el que demanda representa a un sujeto
colectivo, tiene un régimen procesal especial. Debe certificarse la identidad
del grupo y esperar a la publicación de edictos, lo que podría demorar las
definiciones hasta marzo.
También hay que prestar atención a otro detalle. En
septiembre, la fórmula de actualización que estableció el kirchnerismo podría
ser impracticable. Esa ecuación es que liga los ajustes a la evolución de los
ingresos tributarios de la Ansés. Y esos ingresos tenderán a cero: el pacto
fiscal que acaba de aprobar el Congreso eliminó la deviación a la Ansés del 20%
del Impuesto a las Ganancias.
De todos modos, lo más probable es que el conflicto navegue
hasta la Corte. Allí existiría una mayoría con posición tomada. El artículo 14
bis de la Constitución garantiza la intangibilidad de las jubilaciones. E
"intangibilidad" debe ser interpretada como preservación de su poder
adquisitivo respecto de la inflación. Si, al final del camino, ésta fuera la
doctrina, Macri habría ganado la batalla.
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