El juez Julián
Ercolini procesó a Diego Lagomarsino como partícipe necesario del asesinato del
exfiscal.
El juez Julián Ercolini afirmó que la muerte del exfiscal Alberto Nisman, "no obedeció a un suicidio". |
Judiciales - El
juez federal Julián Ercolini procesó al técnico en informática Diego
Lagomarsino como partícipe necesario del asesinato del fiscal especial de la
causa AMIA, Alberto Nisman.
En su fallo, Ercolini afirmó que la muerte del fiscal,
ocurrida en enero de 2015, "no obedeció a un suicidio".
Lagomarsino, quien asesoraba a Nisman en temas informáticos,
reconoció en más de una oportunidad ser el dueño del arma de la que salió el
disparo que mató al fiscal, aunque siempre sostuvo que el investigador se la
había pedido prestada un día antes de aparecer muerto.
En simultáneo, el juez federal Claudio Bonadío dejó más
cerca del juicio oral a Cristina Kirchner por el encubrimiento de Irán, luego
de habilitar la feria judicial y estableció que las partes del caso Amia se
expidan a partir del 10 de enero.
Horas antes del fallo, en declaraciones a América, Lagomarsino había dicho que
tiene "terror de que se cometa una injusticia", en referencia a la
posibilidad de que se le dicte prisión preventiva, al tiempo que sostuvo que el
ex fiscal lo metió "en un quilombo". "Nisman me cagó la
vida", aseguró.
En un fallo de 656
páginas, Ercolini le trabó a Lagomarsino un embargo de 15 millones de pesos, le
prohibió salir del país y, aunque no le dictó la prisión preventiva, dispuso
que sus desplazamientos sean controlados mediante una tobillera con GPS.
El supuesto experto en informática no podrá alejarse de su
domicilio declarado por más de 24 horas ni más de 10 kilómetros sin
autorización del juez y deberá comparecer al juzgado cada 15 días.
El magistrado también procesó a 4 custodios de Nisman a los
que acusó de haber cometido el delito de "incumplimiento de los deberes de
funcionario público" por desproteger al fiscal del caso AMIA.
A los policías federales Rubén Benítez, Luis Miño y Armando
Niz, el juez los procesó como coautores del delito de "incumplimiento de
los deberes de funcionario público" y de "encubrimiento
agravado" por "tratarse de un hecho precedente a un delito
grave".
A todos les trabó embargos de 500 mil pesos, les prohibió
salir del país y les fijó la obligación de presentarse en ante el juzgado
federal 10 cada 15 días. En tanto, al custodio Néstor Durán el juez le trabó un
embargo por 50 mil pesos de embargo y lo procesó solo por "incumplimiento
de los deberes de funcionario público".
El fallo
En el fallo, Ercolini se refirió al suceso directamente como
"El homicidio de Nisman" y determinó que más allá de las lesiones cráneo encefálicas y
la hemorragia propias del disparo en la cabeza del que fue objeto Nisman,
"lo cierto es que se observaron distintas lesiones en su cuerpo que según
los profesionales de Gendarmería Nacional Argentina, podrían ser compatibles
con las maniobras de reducción de la víctima por parte del o los autores que le
causaran su muerte cuyo objeto era el de asegurar el resultado fatal".
Basándose en las pericias de Gendarmería, el juez aseguró
que la alfombra del baño en el que fue encontrado Nisman, por la posición en la
que fue hallada en el suelo con las piernas y pies de la víctima sobre ella y
con manchas de sangre, particularmente de forma casi estirada y no centrada en
el lugar, "es demostrativa de la presencia de terceras personas en la
escena del crimen y de su participación en el hecho". "Esto es así, toda vez que de haberse
tratado de un disparo autoinfligido y en soledad, la caída del cuerpo al suelo
la habría movido del lugar, arrugado y/o plegado, hallándose en un sitio y/o
posición distinta y posiblemente de forma desprolija o irregular", afirmó
Ercolini.
"Explicaron los expertos que los autores materiales del
hecho habrían asistido la caída del cuerpo, acomodándolo en el suelo al igual
que lo hicieron con la alfombra allí ubicada, lo que realizaron para intentar
disimular un suicidio o hacer la escena del suceso confusa, conclusiones con
las que concuerdan, en su mayoría, con las de las querellas", agrega el
juez.
Ercolini sostuvo que la participación de Lagomarsino estuvo
principalmente vinculada a la introducción de un "arma amiga" en el
departamento que Nisman habitaba en una torre del exclusivo complejo Le Parc de
Puerto Madero.
Lagomarsino, quien asesoraba a Nisman en temas informáticos,
reconoció en más de una oportunidad ser el dueño del arma de la que salió el
disparo que mató al fiscal, aunque siempre sostuvo que el juez se la había
pedido prestada.
"Para diseñar el plan que tenía como objetivo quitarle
la vida a Nisman, era necesario que alguna persona de su confianza concurriera
a visitarlo, lograra ingresar y recolectara información de importancia sin
despertar sospechas, ya que Nisman se encontraba hasta con las cortinas de su
departamento cerradas en esos días, posiblemente para restringir el acceso a
las labores que se encontraba realizando ", asegura el fallo.
"Por ello, debido al hermetismo con el que se manejó el
Fiscal durante ese fin de semana, la colecta de información en cuestión solo
podía conseguirla alguien que fuese de su más cercano entorno. Así, la relación
que Nisman y Lagomarsino mantenían lo habilitó a ingresar el 17 de enero de
2015 a la vivienda del Fiscal en dos oportunidades, que cuanto menos habría
servido para el reconocimiento del sitio y de la situación en la que se
encontraba en Fiscal, sin despertar sospechas", indicó el juez.
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