Aníbal Fernández
publicó una carta en Facebook con duras críticas a Cristina Kirchner, acusándola
de querer destruir
al peronismo con un frente “berreta”.
Aníbal Fernández |
Nacionales - "No
soy ni agorero ni un traidor", aclaró Aníbal y explicó: "Solo
desprecio esta pretendida construcción (berreta) que lejos de parecerse a un
frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más a quienes desde
la impotencia, como les pasa a los nenitos, han intentado hacernos desaparecer
y sin embargo, día a día nos multiplicamos".
Por otro lado, Aníbal defendió a Julio De Vido, a quien fue
a visitar el lunes al penal de Marcos Paz, en otra nítida crítica a Cristina,
que ni siquiera mencionó al exministro de Planificación luego de que fuera
detenido.
"Hoy hay leales que están presos por leales y traidores
que no sólo gozan de las mieles de su entrega, sino que cada tanto son
convocados por el "nuevo espacio" para ver si vuelven al redil, o si
negocian, o si dialogan, o si articulan o si... coso", disparó.
La carta completa de
Aníbal Fernández:
Como un hermoso jarrón
chino -ese objeto valioso y preciado por toda la familia, al que nadie le
encuentra el lugar adecuado-, nuestra conducción atraviesa al Peronismo… que no
la atraviesa.
Nuevas construcciones
(el mismo perro con diferente collar); uniones de similares características que
partiduchos liberales acotados desde Juan Perón al rol de herramientas
electorales, alianzas policromáticas; armados horizontales que, sin embargo,
tienden a orbitar en torno a la estrella de un sistema político-planetario que
se obsesiona en juntar asteroides, cometas que pierden su brillo, cuerpos
celestes varios, pero ninguno con la densidad adecuada, casi todos fugaces,
absolutamente pasajeros.
Estos “espacios
políticos/partiduchos” no tienen la densidad ni la carnadura y textura del
Movimiento Nacional ¿Será que el Peronismo no ha sido invitado a esta cita?
¿Qué digo invitado? Ha sido, más bien, des-invitado y aunque el “nuevo espacio”
(creado o por crear) contenga algunos nombres respetables y muchos militantes
que vibran con las mismas consignas que voceaba el pueblo peronista en el ´45 o
la gloriosa JP en los cercano/lejanos ´70s… no es el Peronismo. No respeta ni
sostiene el valor constitutivo de la Lealtad. No contiene el rigor del Luche y
Vuelve. Nadie, ahí dentro, daría “la vida por Perón”, ni por los peronistas. Y
si bien es cierto, como decía Néstor, que “Con el Peronismo no alcanza”, es más
cierto como cerraba él aquella frase: “Sin el Peronismo no se puede”.
Y no. No se puede.
Aunque decidan una campaña light y amateur para evitar que se recuerde a la
“Vieja Cristina”, hacedora de tanto, mientras la “Nueva Cristina” habla de los
logros de sus dos gobiernos; y aunque se limpie el horizonte de “dirigentes
estigmatizados”, dirigentes que se han roto el alma en nombre del Proyecto (por
favor no me incluyan en esta calificación), aunque te pidan que no vayan a los
actos, no integres las listas, no juegues… No se puede.
No se puede hacer campaña
con el culo en la mano. No se puede ser socio de un club que no te quiere como
un socio más, aunque pagues rigurosamente la cuota que, además no es barata. No
se puede “parecerse” al enemigo utilizando hasta su terminología, sin pagar
consecuencias. No se puede “ignorar” el fuego amigo y disfrazarlo de
vehemencia. No se puede “aceptar o perdonar” las peores agachadas de mierda en
nombre de la Unidad y la Concordia.
Y no importa si te
soplan en la oreja algunas consignas pensadas por especialistas ecuatorianos,
portugueses o de la Conchinchina. El Peronismo tiene lógicas que la teoría de
la comunicación política mundial no entiende. Es imposible recuperar con las
redes lo que se ha perdido en la calle. Qué se le va a hacer. Todos hemos
cometido errores. El tema es no defenderlos como si fuesen una herencia.
Por lo demás, es
innegable el ataque cotidiano de los medios, la (in)Justicia, las
Corporaciones. Como es innegable que, como dicen por ahí, están llevando a cabo
una “cacería”. Pero las piezas de caza apreciadas en este coto, son bien
definidas y casi todas sufren la desprotección de la manada. Distinto de lo que
predicaba Juan Perón cuando nos avisaba que "La unidad nos da la fuerza,
la solidaridad la cohesión."
Puede ser que la
Lealtad ya no “garpe” electoralmente. Pero (y perdón por agarrarme de Juan
Perón con tanta fuerza), “Hay dos clases de lealtades: la que nace del corazón
que es la que más vale y la de los que son leales cuando no les conviene ser
desleales”. Hoy hay leales que están presos por leales y traidores que no sólo
gozan de las mieles de su entrega, sino que cada tanto son convocados por el
“nuevo espacio” para ver si vuelven al redil, o si negocian, o si dialogan, o
si articulan o si… coso.
Hace 72 años que, los
de afuera (que son de palo) nos auguran “el fin del peronismo”. Eso quisieran
porque lo que nos pasa hoy nos pasó alguna otra vez y siempre, siempre, fue el
Pueblo peronista, su lealtad, su solidaridad, lo que sacó al país adelante.
¿Tenés alguna duda que volverá a suceder lo mismo con el Peronismo?
No soy ni agorero ni
un traidor… Solo desprecio esta pretendida construcción (berreta) que lejos de
parecerse a un frente compuesto por fuerzas de distintos palos, se asemeja más
a quienes desde la impotencia, como les pasa a los nenitos, han intentado hacernos
desaparecer y sin embargo, día a día nos multiplicamos.
¿Sin el Peronismo?…
hummm, no. ¿Sabés que no?
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