El proyecto logró 43
votos a favor, 23 en contra y tres abstenciones luego de ocho horas de
discusión.
Nacionales - La
reforma previsional, resistida este miércoles en las calles y rechazada por un
sector de la oposición, marcha firme a convertirse en ley. El Senado aprobó el
proyecto de ley promovido desde el Gobierno con 43 votos afirmativos, 23
negativos y tres abstenciones, al cabo de casi ocho horas de un intenso debate,
marcado por una multitudinaria movilización.
La iniciativa fue debatida en conjunto con el Pacto Fiscal y
la ley de Responsabilidad Fiscal, proyectos también aprobados, en una jornada a
tiempo completo que arrancó con la jura de 23 de los 24 senadores electos,
entre ellos la expresidenta Cristina Kirchner.
Cambiemos consiguió el apoyo del grueso del bloque
mayoritario, que conduce Miguel Pichetto, para avanzar con el cambio en el
cálculo del haber jubilatorio, que el Gobierno debió aplicar por las
modificaciones acordadas con gobernadores sobre distintos impuestos.
Con el proyecto aprobado este miércoles, las jubilaciones se
calcularán en un 70% en base al índice inflacionario, y un 30% según el nivel
de variación salarial (RIPTE). El texto original contemplaba sólo el factor de
la suba de precios y un plus por PBI, que el peronismo consideró insuficiente.
“Esta es una fórmula que, a nuestro criterio, va a permitir
la protección de una movilidad adecuada en relación a los sueldos de los
trabajadores en actividad, y también en relación a lo que se puede perder en
poder adquisitivo”, sostuvo Laura Rodríguez Machado (Pro) como miembro informante.
Los senadores del ala kirchnerista que rechazaron el
proyecto fueron Ana Almirón, Anabel Fernández Sagasti, Marcelo Fuentes, Silvina
García Larraburu, Virginia García, Ruperto Godoy, Nancy GonzálezMaría Ester
Labado, María Inés Pilatti Vergara, Marina Riofrío y María de los Ángeles
Sacnun.
Dentro del PJ-FpV, también se opusieron Eduardo Aguilar,
Hilda Aguirre, Liliana Fellner, Mario Pais, Omar Perotti y Carlos “Camau”
Espínola. La lista de votos en contra se completa con los puntanos Adolfo Rodríguez
Saá y Liliana Negre, los neuquinos Guillermo Pereyra y Lucila Crexell, y los
representantes del interbloque Progresistas Fernando “Pino” Solanas y Magdalena
Odarda.
Las tres abstenciones fueron de los bonaerenses Juan Manuel
Abal Medina (PJ-FpV), Jaime Linares (GEN) y el chubutense Alfredo Luenzo.
Además, hubo otras tres ausencias: las del riojano Carlos Menem, el santafesino
Carlos Reutemann y el santacruceño Alfredo Martínez.
En el texto se establece una garantía adicional para los
haberes que estén por debajo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, equivalente al
82%, y a su vez se abre la posibilidad a trabajadores del sector privado de
optar por jubilarse a los 70 años -tanto hombres como mujeres-.
En nombre del kirchnerismo, Nancy González explicó, con
placas impresas, cómo el haber jubilatorio sufrirá una merma de sancionarse la
ley. Según la chubutense, el monto será de 7.660 pesos con la nueva fórmula,
cuando si se continuara con la movilidad actual, los jubilados ganarían 8.200
pesos.
Más aún, la legisladora estimó que con el cambio en la
reforma previsional introducido en comisión, el aumento con respecto al
proyecto original será de apenas 43 pesos, “que no sirven ni para comprar una
tira de Bayaspirina”.
En la misma sintonía, la santafesina María de los Ángeles
Sacnun denunció que la futura ley “vulnera los derechos adquiridos”, y el
sanjuanino Ruperto Godoy denunció que el Estado “está ausente” en la defensa de
los jubilados, que necesitan protección por no estar sindicalizados.
La radical Silvia Elías de Pérez recogió el guante. “Vamos a
decir las cosas como son: 1.158.116 personas ya han teniendo su reparación
histórica; 457 mil salieron ya de cobrar la mínima; el porcentaje promedio en
sus haberes ha sido del 35%; y hay 389 mil abuelos de más de 80 años que han
tenido un incremento aún mayor”, detalló.
Desde la oposición también se oyeron quejas por el
tratamiento “exprés” que tuvo el proyecto -el dictamen se reunió en la primera
reunión de la Comisión de Trabajo y Previsión Social-. “Estamos sesionando de
espaldas a la realidad del país”, desaprobó “Pino” Solanas, y el neuquino
Pereyra dijo que el despacho “no tuvo ningún tipo de consenso”.
El representante del MPN y sindicalista del petróleo
advirtió que el proyecto “lleva a una pérdida real del salario”, y especificó:
“Si tomamos como ejemplo el año 2017, encontramos que los jubilados hubieran
perdido este año un 3,5%”.
A su turno, la puntana Liliana Negre confesó: “La verdad,
hemos hecho muchas cuentas y la movilidad actual es muy superior”. “Hay un dato
objetivo: se va por un monto de dinero claro sobre las jubilaciones. Ese monto
impacta sobre nuestros mayores”, advirtió.
La mano derecha de Adolfo Rodríguez Saá también aprovechó
para reclamar que “los jueces empiecen a pagar el impuesto a las Ganancias de
una vez por todas” y “que se reduzcan las jubilaciones de privilegio de los que
más tienen”.
Por su parte, el bonaerense Jaime Linares (GEN) opinó que
“en función de la necesidad de los jubilados”, hubiese sido mejor una fórmula
con una única variable y no polinómica, de modo de generar un “equilibrio”.
Puertas afuera del Congreso, el moyanismo, las CTA y la
Corriente Federal de los Trabajadores protestaron contra las reformas
previsional y laboral, con presencia también de organizaciones sociales como la
CTEP y el Movimiento Evita, y agrupaciones del kirchnerismo, entre ellas La
Cámpora, Nuevo Encuentro y Kolina.
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