Por Giselle Rumeau |
Mauricio Macri es un hombre de suerte. Apenas dos meses
atrás, el panorama político y económico se presentaba desolador para su
gobierno de cara a las PASO. Los retoños verdes comenzaban a brotar sin que
nadie los viera y la estrategia de polarización alentada contra Cristina
Kirchner se había vuelto un boomerang, a juzgar por la buena performance que le
auguraban las encuestas a la ex mandataria. Pues bien, a 20 días de las
elecciones legislativas de octubre, el universo dejó de conspirar en su contra.
El Indec anunció la semana pasada una mejora de 4,9% de la actividad económica
durante el mes de julio, en relación con igual periodo del año anterior. La
inflación viene en franca desaceleración y en septiembre fue superada por la
recaudación, que creció un 33,15% más que en igual mes de 2016. La pobreza,
pesadilla del Gobierno, sigue siendo altísima e involucra a unos 11 millones de
argentinos pero bajó a 28,6% en el primer semestre, dos puntos por debajo de la
medición del mismo periodo del año anterior.
No es todo. Aunque aún está por verse si el crecimiento es
genuino y no un efecto rebote de un año calamitoso como el 2016, el electorado
comienza a percibir esa mejora, lo que permite al Gobierno llegar a la recta
final con un pico de optimismo social. Según un sondeo de la firma DAlessio
Irol/ Berensztein publicado por El Cronista, un 53% de los consultados cree por
primera vez desde que se hace el estudio (julio de 2016) que la economía está
mejor que hace un año.
La lista de buenas noticias para el Gobierno se completa en
el ámbito judicial. Varios magistrados, reacios a enfrentarse con el poder,
comenzaron a acelerar las causas al ver que las posibilidades electorales del
kirchnerismo se desvanecen. Así, y para deleite del macrismo, es incesante el
desfile de ex funcionarios emblemáticos de la corrupción K por los tribunales
de Comodoro Py. "Quién hubiera dicho que el otrora poderoso Julio De Vido
iba a estar sentado en el banquillo de los acusados por la tragedia de Once
tras zafar en el primer juicio", repiten por los pasillo de la Casa Rosada
con un entusiasmo desbordante.
En los últimos días, el ex ministro de Planificación también
fue indagado por las irregularidades en las contrataciones de buques con gas
licuado; el ex vicepresidente Amado Boudou -con múltiples investigaciones
abiertas, se sentó en el banquillo de los acusados por la causa Ciccone, y el
juez Claudio Bonadio decidió citar a declaración indagatoria a los ex jefes de
Gabinete Aníbal Fernández, Jorge Capitanich y Juan Manuel Abal Medina en el
marco de una causa que investiga presunto delito en el manejo de un programa
sobre residuos durante la gestión K.
La detención del ex titular de la UOCRA La Plata Juan Pablo
Pata Medina, acusado de asociación ilícita, lavado de dinero y coacción
agravada -justo en momentos en que se conoció una encuesta de la Universidad
Abierta Interamericana (UAI) que coloca a los sindicatos como la institución
menos confiable para los argentinos- también fue una de las fotos más
celebradas.
Como si fuera poco, Cristina Kirchner -que le ganó al
candidato de Cambiemos, Esteban Bullrich, por 20.000 votos en las primarias del
13 de agosto- no logra sumar votos por fuera de sus seguidores duros, aquellos
dispuestos a apoyarla aunque ella misma reconociera a viva voz que desvalijó al
Estado. No hay un día en que la ex presidenta no genere alguna polémica cada
vez que abre la boca. Con un patetismo prodigioso, la semana pasada acusó al
maquinista Marcos Córdoba de ser el responsable de ocasionar la tragedia de
Once "por no frenar a tiempo". No sólo desconoció la sentencia de la
Justicia que condenó en diciembre de 2015 a 21 de los 28 acusados, entre ellos,
sus ex secretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi. Lo
pavoroso es que la ex líder de un Gobierno que siempre se propuso como nacional
y popular se cargó al eslabón más frágil de la cadena, nada más y nada menos
que un trabajador.
La Casa Rosada festeja sin pausa sus exabruptos. Las
encuestas más prudentes que maneja la mesa chica del poder auguran el triunfo a
Bullrich por tres puntos, dejando en claro que Cambiemos está captando gran
parte del voto de Sergio Massa. Ese pronóstico está en sintonía con un sondeo
de Opinaia, una de las pocas consultora que acertaron el resultado de las PASO,
que con proyección de indecisos le otorga un 41,3% a Cambiamos contra el 38,3%
de CFK.
Así las cosas, no hay dudas de que Macri es un hombre de
suerte. Sencillamente porque sus errores siempre son opacados y superados con
creces por los del kirchnerismo. Ni siquiera la gravedad de la desaparición de
Santiago Maldonado parece haber hecho mella entre su electorado. "La
interpretación que están haciendo los ciudadanos en la redes sociales acerca de
lo que sucede con la desaparición de Maldonado está más condicionada por sus
propias ideas políticas, que por la información periodística o por las
representaciones que provienen de los protagonistas del acontecimiento", señala
Luciano Elizalde, decano de la Facultad de Comunicación de la Universidad
Austral, sobre la base de un estudio de percepción. La grieta, otra vez,
arrasándolo todo.
Está claro que los planetas se alinearon para Macri pero
tampoco es cuestión de restarle mérito a su gobierno y la pregunta se presenta
de manera inevitable: ¿casualidad o estrategia?
"Hay de las dos cosas", dice Orlando DAdamo,
director del Centro de Opinión Pública de la Universidad de Belgrano, cuyo
trabajo estuvo en sintonía con el resultado de las primarias. "El Gobierno
diseñó desde antes de las PASO una estrategia que hoy se muestra exitosa.
Eligió a su principal adversario, CFK, y ella se ajustó a esa estrategia de
polarización. Además, y tal como era previsible, la ex Presidenta ha hecho
declaraciones sobre temas diversos y ha caído en sus habituales contradicciones
("No odio", seguido de "nunca odié a nadie tanto como a
López"), que son funcionales a la campaña de Cambiemos. Dada la
personalidad de CFK, era algo esperable y es lógico que se haya especulado con
esto. De Vido y Boudou en el banquillo suman al Gobierno, así como el
espectáculo del Pata Medina y cualquier hecho violento. Desde ya, hay
imponderables. El caso Maldonado no podía preverse. Pero la gente mantiene el
crédito abierto y las expectativas positivas de la economía lo sustentan
incluso más fuertemente que en agosto", explica el analista político.
Sergio Doval, director del Programa Opinión Publica de
Universidad Abierta Interamericana (UAI) y titular de Taquion -la consultora
que más se acercó con su pronóstico al resultado de las PASO-, coincide.
"Hay una estrategia clara pero también hay una ayuda del kirchnerismo. Por
ejemplo, las declaraciones polémicas de Cristina Kirchner sobre la tragedia de
Once colaboran con la campaña del Gobierno. Ella no está captando nuevos votos
opositores como aquellos que se fueron a un espacio más mensurado como el de
(Sergio) Massa o (Florencio) Randazzo. En cambio, hay estrategia del Gobierno
cuando Esteban Bullrich no habla de educación pese a haber sido el ministro en
la Ciudad y la Nación. Esto está marcando que la elección tiene un clima de
cambio de época que está diluyendo los temas más cotidianos", señala.
¿Mejora genuina o
rebote?
Hasta aquí, no es arriesgado decir que el Gobierno supo
aprovechar estratégicamente los errores de sus adversarios. Pero la madre de
todas las dudas es saber si el repunte económico es genuino y no un efecto
rebote del espantoso año 2016.
"Ambas cosas", sostiene Federico Furiase,
economista y director de Ecogo, consultora más conocida como Estudio Bein.
"Lo más importante es que el Gobierno logró por fin coordinar los ejes de
la política económica para generar un crecimiento y una recuperación en el
corto plazo. Con el mercado financiero jugando a favor, el macrismo entendió
que tenía que maximizar la gobernabilidad y el margen de construcción política
para tener el equilibrio social contenido y poder pasar por el Congreso las
reformas estructurales. Gobernabilidad mata sostenibilidad", explica.
Según el economista, "esta coordinación se viene
notando en la política de ingreso, donde los salarios reales se recuperan en
torno a 3% sobre la caída de 6 puntos del año pasado; en una política fiscal
que sigue siendo expansiva en relación al gasto social y las jubilaciones -que
contribuyó a mejorar el poder adquisitivo de los salarios- y a la obra pública,
que permitió una recuperación de la construcción y la industria; y en la
política de crédito al sector privado en pesos, que está creciendo 39%
interanual, por arriba del PIB nominal, algo que tiene un impacto en el consumo
de bienes durables. En tanto, la política monetaria, que es menos contractiva
del lado de los agregados monetarios, convalida este crecimiento del
crédito".
"Con el mercado financiero jugando a favor y la
coordinación de los ejes económicos, Macri llegará a las elecciones con una
economía creciendo en la zona de 4,5 interanual en el tercer trimestre, en
relación al mismo periodo de 2016, con un ritmo de inflación de 18% y un costo
financiero local en niveles bien bajos frente a las tasas bajas de los bonos de
Tesoro de los Estados Unidos", agrega.
Ahora bien, para que este repunte sea sustentable en el
tiempo, Furiase advierte que se debe poner el foco en tres ejes.
"Hay que financiar el aumento del desequilibrio
comercial externo y para eso es importante que se mantenga el financiamiento a
tasas de interés razonables. También es importante que las exportaciones
empiecen a aumentar para no depender exclusivamente del financiamiento del
exterior", remarca.
Desde el lado fiscal -agrega- hay que ir bajando
gradualmente el déficit, manteniendo el crecimiento económico para ir de esa
forma también bajando el costo de la deuda. Y en el plano monetario, insiste en
la importancia de "aumentar la credibilidad del Banco Central, que permita
ir ganando espacio desde el lado de la inflación y del dólar para bajar la tasa
de Lebacs e ir descomprimiendo esta bola de nieve".
-¿Y si el mercado internacional se pone más exigente?
-pregunta El Cronista.
-En ese caso, el financiamiento de estos tres puntos puede
requerir de un tipo de cambio real más alto y para ese entonces sería
importante que la credibilidad del Banco Central permita corregir los
desequilibrios sin deteriorar el poder adquisitivo de los salarios. En
definitiva, significa que el Banco Central tiene que apuntar a bajar el
traslado a los precios de la devaluación -dice Furiase.
En el ámbito político, Doval destaca que será importante
saber a quién elige el macrismo como interlocutor en la oposición. "Ante
un peronismo dividido y con Massa en caída, Cristina será la peronista que
saque más votos aunque pierda, y por eso va a querer intervenir en la toma de
decisiones internas"
DAdamo cree que un triunfo de Cambiemos dejará al Gobierno
fortalecido para poder crear los consensos necesarios y gobernar los dos años
que le quedan. Y remata: "La idea del helicóptero amarillo, con la que
soñó la oposición kirchnerista al inicio del mandato, parece haberse
diluido".
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