La canciller alemana
lograría un triunfo marcado por
la entrada de Alternativa por Alemania
en el Bundestag.
Angela Merkel logra su cuarto mandato pero asoma la sombra del nazismo en Alemania y en toda Europa con la llegada de un partido de ultraderecha. |
Por Ana Carbajosa
Cuatro años más para la era Merkel. El partido de la
canciller alemana ha ganado las elecciones alemanas por cuarta vez consecutiva
y por una holgada mayoría después de 12 años al frente de la primera economía
europea, según los resultados de las primeras proyecciones publicados por la
televisión pública ARD, pero queda muy debilitado.
La Unión cristianodemócrata
(CDU/CSU) habría obtenido un 32,9% de los votos, seguida de la socialdemocracia
(SPD) que habría sufrido una derrota histórica -peor resultado desde 1949- al
obtener el 20,5% de los votos. "Esperábamos un resultado mejor",
reconoció Merkel, quien también recordó que "somos el partido más fuerte y
no puede haber coalición de Gobierno sin nosotros". El bloque conservador
que lidera fue el que más apoyos ha perdido rozando también mínimos históricos.
Hasta un millón de ellos migraron a la extrema derecha.
Los resultados provisionales confirman además la noticia
temida desde hace semanas: un partido de extrema derecha entrará en el
Parlamento por primera vez desde la segunda Guerra Mundial. Y lo hará como el
tercer partido más votado, con una representación muy por encima del 5%
necesario para acceder al Bundestag. Con un discurso xenófobo y contrario al
euro, Alternativa por Alemania (Afd) habría logrado un 12,9% de los votos,
según los sondeos.
La aritmética indica que la ultraderecha de Afd podría
tener, según las cifras preliminares cerca de 90 escaños en el Parlamento, lo
que supone un potencial para marcar la agenda política y el debate nacional sin
precedentes. "Vamos a recuperar nuestro país y nuestro pueblo", dijo
el colíder del partido, Alexander Gauland poco después de conocer los primeros
resultado. El ministro de Exteriores, Sigmar Gabriel, consideró recientemente a
Afd "verdaderos nazis".
Extremismos aparte, buen parte de los alemanes ha votado por
el continuismo. Merkel representa aún para muchos ciudadanos la estabilidad, en
un mundo convulso en el que habitan Trump, Erdogán y Kim Jong-un. Representa la
asertividad y la firmeza necesarias para hacer frente a las amenazas
internacionales. Es también para sus votantes, la artífice de un periodo
económico, que a pesar de la lacerante desigualdad que recorre el país y los
estragos proyectados en el exterior por su política comercial, ha reportado
altas cotas de bienestar a millones de ciudadanos en Alemania. El domingo por
la mañana, Volker Kraftczyk, un ingeniero aeronáutico de 47 resumía bien ese
sentimiento después de votar en un barrio del norte de Berlín. "Es una
mujer fuerte que nos representa bien en el resto del mundo. Y aquí dentro..
Alemania es uno de los países más ricos del mundo. No nos podemos quejar,
¿no?". Aún así, la caída de más de ocho puntos que ha sufrido el bloque
conservador -el que más pierde y sobre todo en favor de la ultraderecha y en el
Este-, indica que la crisis política nacida tras la llegada de 1,3 millones de
refugiados al país sigue viva.
La dirección del SPD anunció que repetir una nueva gran
coalición como la que han mantenido hasta ahora con el bloque conservador de
Merkel no es una opción. Formar un Gobierno con Verdes y Liberales sería
entonces la única opción viable para el partido de la canciller alemana,
obligada a buscar un socio de coalición para alcanzar la mayoría.
El discurso del candidato del SPD, Martin Schulz, centrado
en la justicia social, no ha acabado sin embargo de cuajar. Las cifras
iniciales apuntan a una debacle socialdemócrata. El SPD habría obtenido su peor
resultado de la historia de la Alemania moderna, un 20,5%. Por momentos, a
principios de año, pareció que Schulz podría haber sido la esperanza blanca de
la socialdemocracia alemana, pero hoy ha quedado meridiano que no es así. Aún
así, Schulz aseguró ayer que cuenta "con el respaldo de la dirección para
renovar el partido". Y consideró el desembarco de Afd "un punto de
inflexión". A su juicio refleja hasta que punto, "la acogida de más
de un millón de refugiados divide todavía a nuestro país. Lo que para unos ha
sido un acto de humanidad y caridad, para otros es una amenaza. No hemos
conseguido persuadir a todos nuestros votantes que Alemania es lo
suficientemente fuerte como para no dejar a nadie atrás".
Si los dos grandes partidos han visto cómo sus apoyos se
desplomaban, las formaciones pequeñas se
han visto sin embargo refozados en esta elección. Die Linke, el partido de la
extrema izquierda obtendría un 9,2% al igual que los Verdes y 10,7% los liberales,
que volverán a entrar en el Parlamento, después de cuatro años de ostracismo
extraparlamentario. Su irrupción ha sido otra de las grandes novedades de estas
elecciones. Vuelven con fuerza renovada de la mano de Christian Lindner, un
candidato joven y dinámico que podría plantear muchos quebraderos de cabeza a
Merkel. El FDP no ve con buenos ojos los planes de la canciller para reformar
la eurozona y crear un presupuesto para la zona euro, además de nombrar un
ministro de finanzas para la moneda única.
Hasta ahora, cuatro partidos –cinco contando a la CSU, el
ala bávara del partido de Merkel, que concurre a las elecciones en bloque con
al CDU- se sentaban en el Parlamento. A partir de ahora serán seis. Se prevé
que esa fragmentación complique la formación de Gobierno. A la vista de los
resultados preliminares y del rechazo del SPD a una nueva gran coalición, la
única opción viable sería la llamada coalición Jamaica por los colores de la
isla caribeña –CDU, liberales y Verdes-.
La coalición Jamaica sería una novedad, nunca antes ha sido
testada en el ámbito estatal. A la imprevisibilidad se le suman las
contradicciones y líneas rojas de tres partidos muy diferentes que estarían
condenados a entenderse bajo un mismo techo político. Refugiados, cambio climático
y sobre todo la reforma de la eurozona que Merkel ha prometido emprender de la
mano de París son algunos de los asuntos que complicarían la formación de una
coalición Jamaica.
Los votantes han mostrado un escaso apetito por repetir gran
coalición, según la caída de 15 puntos porcentuales que habrían sufrido los dos
grandes partidos. El Gobierno conjunto ha contribuido, según coinciden los
expertos al resurgimiento de Afd, un partido que explota el discurso de que
todos los políticos son iguales y ellos son los únicos que se atreven a decir
los que las fuerzas del establishment no se atreven. En la calle, muchos
electores mostraban un cierto hastío tras cuatro años de nueva gran coalición.
"He venido a votar, pero no sé para qué, si al final en la gran coalición
todo es lo mismo", decía por la mañana una votante que se declaraba
ecologista de izquierdas después de depositar su papeleta en Berlín.
A partir de esta noche da comienzo el complejo baile de
alianzas que podría prolongarse durante semanas e incluso meses y que debería
culminar con la formación de una coalición que gobierne la primera economía de
Europa.
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