La convocatoria fue
declarada ilegal por el gobierno español mientras que en la Generalitat hay
pugnas internas
por la independencia catalana.
Mundo – Más de
5,3 millones de catalanes están llamados a votar este domingo en un referéndum
de secesión que fue declarado ilegal por España y que quedó en manos de
militantes independentistas que mantienen ocupados decenas de centros de votación
y podrían "tomar" otros espacios para que la Policía no impida la
consulta.
Lo que pase finalmente con el referéndum del 1 de octubre
dependerá del rumbo que tomen los acontecimientos durante las horas previas al
comienzo de la jornada electoral, cuando los agentes de la policía catalana
tienen que haber desalojado la gran mayoría de los puntos de votación,
cumpliendo órdenes de la Justicia.
El referéndum catalán abrió la mayor crisis política e
institucional de la historia reciente de la democracia en España.
Pugna interna
El gobierno catalán (Generalitat) debería declarar la
independencia, en cumplimiento de su nueva ley, si este domingo se celebra el
referéndum, pero si considera que no se ha podido realizar -debido a la acción
de la policía- se abrirá una pugna interna.
Nadie duda de la victoria del "sí" en caso de que
se pueda celebrar la consulta suspendida por la justicia, pues los contrarios a
la independencia han llamado a no votar para no legitimar un referéndum ilegal
y "de parte".
La ley catalana del referéndum aprobada el pasado día 6
gracias a la mayoría independentista prevé que en 48 horas el parlamento
catalán proclame la independencia, tras la victoria del "sí".
Pero dentro del partido gobernante, el PDeCAT, hay
dirigentes que se oponen a declarar la independencia, y el propio presidente
catalán, Carles Puigdemont, no garantiza que lo hará.
Si el gobierno catalán considera que la consulta no se ha
podido celebrar de forma normal debido a la acción de la policía, surge la
pugna entre los partidos que forman el gobierno catalán.
El PDeCAT se opone a aprobar una declaración unilateral de
independencia (DUI) en caso de que el referéndum resulte fallido.
Consultado sobre la aprobación de una DUI, Puigdemont
respondió que se deberá buscar "una agenda política para aplicar los
resultados" que sea "razonable, realista y efectiva".
En cambio, su socio en el gobierno, Esquerra republicana de
Catalunya (ERC), y el partido anticapitalista CUP, que le da el apoyo necesario
para gobernar, apuestan por proclamar la independencia.
"Si una violencia extrema del Estado imposibilita
físicamente el referéndum en la mayor parte del territorio, proclamaremos la
República catalana", dijo hoy el diputado Carles Riera, en un encuentro
con corresponsales, ANSA entre ellos.
Dentro del PDeCAT también hay dirigentes que apuestan por
sentarse a negociar con Madrid una mejora en la financiación de Cataluña y un
mejor encaje de la región en la Constitución, y también un referéndum pactado.
La CUP se opone a cualquier tipo de negociación: "Para
prevenir esa tentación, está la CUP", señaló Riera, que considera que
"sería una traición al movimiento popular".
La CUP ha convocado para el 3 de octubre una huelga en
Cataluña -que no cuenta con el apoyo del PDeCAT ni de los sindicatos
mayoritarios- "para defender la proclamación de la República
catalana".
Puigdemont también tiene otra posibilidad: disolver el
parlamento catalán y convocar elecciones autonómicas anticipadas, opción que le
pide el gobierno español.
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