Sebastián Piñera |
Por Ignacio Fidanza
(Santiago, enviado especial)
Las primarias chilenas no ofrecieron sorpresas: El ex
presidente Sebastián Piñera se impuso en las primarias de la alianza de derecha
Chile Vamos y la periodista Beatriz Sánchez en el izquierdista Frente Amplio.
Piñera tuvo un importante triunfo con luces y sombras. Logró
cumplir su objetivo de obtener una votación superior al millón de personas.
Pese a que a partir de las dos de la tarde la votación prácticamente se murió
porque empezó la final de la Copa Confederaciones entre Chile y Alemania, el
frente de Piñera logró atraer a un millón doscientos mil votantes.
De esos votos Piñera sacó más de 770 mil votos, superando
largamente a su flamante rival del Frente Amplio, que apenas alcanzó los 270
mil votos.
El lado menos agradable vino por el otro objetivo que se
habían trazado en el comando de campaña de Piñera: Conseguir que su candidato
superara el 70% de los votos en su coalición. No fue así, el empresario superó
por poco el 57% y tuvo que soportar que el senador populista de derecha, Manuel
Ossandón, superara el 27%. Este político lo molestó en toda la campaña y
especialmente en el picante debate televisivo de la semana pasada.
En un lejano tercer lugar quedó el "Macrón
chileno", el diputado Felipe Kast, ex ministro de Piñera que obtuvo apenas
un 15% y ahora se inclinaría por disputar una candidatura a senador en las
generales de noviembre. Kast fue mucho más contenido en sus ataques a Piñera e
incluso esta noche se acercó a felicitarlo al comando de campaña ubicado en una
discreta casa del coqueto barrio de Las Condes. Ossadón prefirió quedarse en su
bastión electoral de Puente Largo, el municipio más poblado de Chile, del que
fue alcalde.
Es verdad que Piñera sacó una credencial importante de esta
contienda: Aceptó someterse a una competencia democrática para convalidar su
candidatura, cuando los socios mayoritarios de la gobernante Nueva Mayoría
-nuevo nombre de la Concertación- eludieron las primarias y mandaron a su
candidatos de manera directa a la primera vuelta: El socialista Alejandro
Guillier y la democratacristiana Carolina Goic.
"Con Chile Vamos sacamos cuatro veces más votos que
nuestros rivales del Frente Amplio, superamos la barrera del 1,2 millón de
votos y este candidato ganó en todas las regiones de Chile por casi el 60% de
los votos", celebró Piñera en su discurso tras las primarias.
En el Frente Amplio -una suerte de Podemos chileno- que se
ubica a la izquierda de la Nueva Mayoría, la periodista Beatriz Sánchez aplastó
a su rival el sociólogo Alberto Mayol, por más del 67% de los votos, pero en
una elección de muy menguada concurrencia de poco más de 300 mil votantes.
"No es justo compararnos con Chile Vamos que tiene veinte años en
política", se defendió la periodista, que -es verdad- es el fenómeno
político del momento porque en pocos meses irrumpió en las encuestas.
Chile sigue siendo Chile y el Frente Amplio puede ser
izquierdista, pero ya gobierna el municipio de Valparaiso con Jorge Sharp,
quien lejos de disparar el gasto estatal, se encargó de equilibrar las finanzas
y reducir el déficit.
Como sea, en su discurso en el austero comando de campaña de
Chile Vamos en el que convidaron panchos y Coca-Cola ligth, Piñera se esforzó
sobre todo en dirigir un mensaje a los desencantados del modelo chileno que
explican el surgimiento de Frente Amplio.
El acceso para todos a la educación y una mejora en las
pensiones estuvieron entre sus promesas, junto con el compromiso de "sacar
de la pobreza a los dos millones de compatriotas" que siguen en esa
situación. También propuso que Chile vuelva a crecer fuerte y generar más
empleos de calidad.
Durante los cuatros años de su presidencia Chile creció por
arriba del 4 por ciento y durante el mandato de Bachelet osciló entre el uno y
el dos por ciento.
El único momento en que criticó a su sucesora fue cuando
prometió que se terminaría la idea nefasta de "la retroexcavadora",
una figura que la administración de Bachelet utilizó para ejemplificar su
voluntad de avanzar a fondo con reformas que conviertan a Chile en un país con
mayor equidad social, imagen que fue muy mal recibida.
Es que Chile pese a sus luces y sombras es la economía mas
desarrollada de Latinoamérica y en los últimos treinta años alcanzó logros
impactantes en materia de infraestructura, estabilidad macroeconómica y
reducción de la pobreza. Como suele suceder, la irrupción de una pujante clase
media, ahora presiona al sistema para que encare reformas inclusivas y esto
abre un debate fascinante sobre como alcanzar ese objetivo.
La izquierda del Frente Amplio propone más Estado y la
derecha -en este país la derecha no tiene complejos de identificarse como tal-
sostiene que es una economía más competitiva que genera más empleos privados la
que logrará ese objetivo y subrayan que Bachelet con su
"retroexcavadora" boicoteó un circulo virtuoso que ahora es necesario
reconducir.
En el plano operativo, fue la primera vez que los chilenos
que viven en el extranjero estuvieron habilitados a votar en las primarias, que
salvo incidentes menores se desarrollaron de manera casi impecable. Dos horas
después de cerrado el comicio el Servel (Servicio Electoral) ya había escrutado
más del 80 por ciento de los votos.
Si bien Piñera podría aparecer como el gran ganador de la
jornada, no es sencillo lo que le queda por delante: Hoy las encuestas le
otorgan el liderazgo con una intención
de votos un poco por debajo del 30 por ciento, pero en Chile hay ballotage
obligatorio si no se alcanza el 50 por ciento y del otro lado tiene el
electorado dividido entre la centroziquierda de la Nueva Mayoría y la izquierda
del Frente Amplio.
El domingo Piñera pareció reconocer lo que viene cuando
pidió sumar esfuerzos para enfrentar lo que viene: "las elecciones de
noviembre y diciembre", es decir, primera y segunda vuelta.
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