Era la directora del
diario Clarín, viuda del fundador de ese matutino, Roberto Noble. Protagonizó
duros choques
con el kirchnerismo.
Ernestina Herrera de Noble, directora del diario Clarín, falleció este miércoles a los 92 años. |
Nacionales - La
empresaria periodística Ernestina Herrera de Noble, una de las principales
propietarias del Grupo Clarín, murió este miércoles a los 92 años, según
confirmó ese medio de prensa.
La viuda de Roberto Noble dirigió el diario Clarín durante
casi cincuenta años y se convirtió en una de las mujeres con más fortuna de la
Argentina.
Durante su gestión al frente de Clarín, el diario pasó a
formar parte del mayor multimedios del país.
En los últimos años, la empresa protagonizó fuertes
tensiones con el gobierno de la ex presidenta Cristina Kirchner.
La empresaria había nacido el 7 de junio de 1925 en la
ciudad de Buenos Aires, y a comienzos de la década del 50, siendo bailarina de
flamenco, conoció a Roberto Noble, entonces del diario Clarín.
En 1967, contrajo matrimonio con el empresario periodístico,
quien murió dos años más tarde y a partir de allí ocupó la dirección del
diario, respaldada por el economista y político desarrolista Rogelio Frigerio.
“Llegué con una tremenda determinación: debía continuar la
obra de Noble. No imitándolo, porque las personas son insustituibles y cada uno
tiene su estilo. Pero sí teniendo presentes sus principios”, sostenía en una
entrevista la directora de Clarín al recordar el momento en el que asumió su
cargo.
Bajo su conducción, el diario se transformó en el más
vendido de habla hispana y el octavo en el mundo. De este modo, comenzó su
proceso de diversificación a otras tecnologías de la comunicación, como la
radio, la televisión, el cable e Internet, que posteriormente conformaron el
Grupo Clarín.
Durante la última dictadura militar, el diario Clarín, junto
con La Nación y La Razón pasaron a controlar la empresa Papel Prensa, la mayor
productora de papel del mercado nacional.
Durante su carrera recibió numerosas reconocimientos, entre
ellos la Legión de Honor en grado de oficial por el gobierno francés, la Orden
al mérito de la República de Italia, la Real Orden de Isabel la Católica de
parte del gobierno español y el Premio al Logro Editorial por la Asociación
Mundial de Periódicos.
Fue miembro del Instituto de Prensa Internacional y del
Consejo del Museo Internacional de Televisión y Radio, y la primera editora
latinoamericana en integrar el Comité Consultivo de la UNESCO para la Libertad
de Prensa.
En 2002, atravesó uno de los momentos más dolorosos de su
vida. El 17 de diciembre de ese año, el entonces juez federal de San Isidro,
Roberto Marquevich, la detuvo sin siquiera haberla citado a declarar, basándose
en una denuncia carente de pruebas sobre la posibilidad de que los hijos de la
Herrera de Noble fueran hijos de personas desaparecidas durante la última
dictadura militar. Pocos días más tarde la Cámara Federal de San Isidro ordenó
su excarcelación.
Al tiempo, la Justicia destituyó al magistrado por haber
ordenado la detención sin causa, prejuzgando y con manifiesta enemistad.
Las primeras sospechas respecto del origen de sus hijos se
habían querido instalar durante el menemismo a través de personajes vinculados
a los servicios de inteligencia. Años más tarde, ya en el kirchnerismo, la
denuncia volvió a reflotar, apalancada en una ofensiva mediática sin
precedentes. La persecución incluyó la toma compulsiva de muestras genéticas de
los hijos de la directora de Clarín, el allanamiento a sus domicilios, la
modificación de leyes y hasta la amenaza por parte de la ex presidenta Cristina
Fernández de Kirchner de recurrir a tribunales internacionales si un fallo
judicial no favorecía su postura.
En 2011, tras contrastar el ADN de los hermanos Noble
Herrera con todas las muestras del Banco Nacional de Datos Genéticos, se
determinó que no eran hijos de personas desaparecidas. Aunque este resultado
fue reconocido por todos los organismos de derechos humanos, la familia Noble
no recibió ningún tipo de disculpas. La Justicia determinó el sobreseimiento de
la directora de Clarín en todas las instancias.
El caso Noble fue el más grave de los hostigamientos que
sufrió la directora de Clarín y el Grupo en general. Pero se inscribió en una
escalada mucho más amplia y sistemática, que incluyó más de 1200 acciones
directas entre 2008 y 2015. A ellas se refirió Ernestina Herrera de Noble en
uno de sus últimos discursos al personal del diario.
“Hoy Clarín vive tiempos que ponen a prueba nuestra
fortaleza y nuestra templanza. Nunca pensamos que, en democracia, el ejercicio
de nuestra tarea nos traería tan duras consecuencias. Nunca pensamos que la
persecución y los ataques podían adquirir métodos tan brutales. Han puesto todo
el Estado contra nosotros. Pero nos seguiremos defendiendo con la verdad y con
la ley, como siempre. Este es el costo que pagamos por negarnos a canjear
nuestra independencia. Este es el costo que pagamos por seguir reflejando la
realidad. Mostrando lo que el poder quiere ocultar o disfrazar. No conseguirán
que nos apartemos de nuestro compromiso con la sociedad", precisó en esa
ocasión.
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