Por Gabriel Profiti |
"La jugada salió mal". Sin excusas, los laderos de
Florencio Randazzo ven el horizonte poco alentador luego de que Cristina
Kirchner sacrificara al PJ para pulverizar cualquier posibilidad de que surja
un nuevo liderazgo partidario.
Las ilusiones del exministro de enfrentar a su exjefa en las
PASO de Buenos Aires, afirmado en el voto "anti K", se esfumaron con
la decisión de la expresidenta de armar el Frente Unidad Ciudadana y dejarle el
sello fundado por Juan Domingo Perón.
La estrategia se completa con la aparición de otros dos
frentes para competir en las primarias peronistas contra Randazzo, el liderado
por el intendente de José C. Paz, Mario Ishii, y otro asociado a Guillermo
Moreno.
El exministro adjudica al cristinismo esa germinación para
dividirle los fondos de campaña del PJ y los espacios publicitarios gratuitos
en medios.
Ahora resta confirmar lo que todos dan por descontado: que
la expresidenta será candidata por Buenos Aires y que hará campaña por la
solución de problemas que nunca resolvió en ocho años de jefa de Estado, como
la inseguridad y la inflación, contra el ajuste inexorable que vendrá después
de octubre.
Según distintas encuestas, la carrera arrancaría con el
oficialismo en primer lugar, luego Cristina, detrás el Frente 1País de Sergio
Massa y Margarita Stolbizer y cuarto Randazzo.
El movimiento K tiene contraindicaciones y varios
intendentes peronistas estaban que trinaban, lo mismo que Daniel Scioli, pero
ninguno se animaba a rebelarse porque los votos aún son de ella.
Ojo que tampoco estaban dispuestos a entregar la iconografía
peronista y en esas lides se animaban todas las discusiones.
Muy probablemente esta nueva escisión opositora le
descontará puntos al espacio de la expresidenta y hasta podría impedirle una
victoria en octubre, pero le garantiza su supervivencia política, a menos de
que sufra una derrota rotunda en las elecciones.
El escenario fue descrito por el jefe del bloque de
senadores del PJ, Miguel Pichetto, enfrentado a su exjefa, como la
"conurbanización de la política". Es que en esos cordones
metropolitanos todavía reina.
En los hechos, los gobernadores peronistas del interior ya
no le responden a la expresidenta, pero primero buscarán hacerse fuertes en sus
territorios.
Mientras tanto Randazzo quedó mal parado. Sus laderos más
fieles como los intendentes Juan Zabaleta (Hurlingham), Gabriel Katopodis (San
Martín) y Eduardo "Bali" Bucca (Bolívar) le juraron lealtad el
viernes en una cumbre catártica, pero seguían envueltos en rumores sobre su
continuidad en esa formación.
"A lo sumo vendremos menos al centro y haremos más
campaña en el territorio para fidelizar al vecino, pero acá nos quedamos. Ya
está", se resignó uno de esos alcaldes quien debe pensar también en
conservar su fortaleza en el Concejo Deliberante local.
Randazzo jura que va a jugar, incluso solo y piensa
replantear su discurso.
Además de apuntar contra el Gobierno, como había ideado,
también podría ir fuerte contra Cristina, de acuerdo con el consejo de su jefe
de campaña, Alberto Fernández.
Es un lugar incómodo porque debería criticar a quien fue su
referencia y a la que nunca había cuestionado hasta que le negó la posibilidad
de competir por la Presidencia en 2015.
Para el hombre de Chivilcoy el escenario mutó
dramáticamente: pasó de querer sacar provecho del voto "odio" en
internas abiertas a poder ser víctima del voto útil si en las PASO no se
muestra competitivo y el votante ve en otro candidato más potencial para
representarlo.
Vidal se calza los
guantes
La fragmentación peronista emerge como el mejor escenario
para Cambiemos, que también debe definir su oferta de candidatos.
Prácticamente todas las encuestas dan arriba a los delfines
de la gobernadora Vidal aun sin saber cómo se van a acomodar.
Si nada cambia, el presidente Macri lograría una fortaleza
inesperada en la provincia estratégica.
De todos modos, nadie quiere calzarse laureles de antemano:
despunta una disputa áspera con figuras de primer nivel.
Un anticipo de esa puja se dio esta semana cuando Cristina
Kirchner denunció el cierre de los comedores escolares durante el paro docente
y Vidal la acusó directamente de mentirosa.
Massa también se prepara para competir. Cerca suyo confirman
que si Cristina es candidata, el líder del Frente Renovador volverá a recorrer
la provincia como hizo exitosamente en 2013, ahora en compañía de Stolbizer.
Lo que falta es ver si van en fórmula para el Senado o si
Massa encabeza la lista de diputados. El plan B massista indica que si no va
Cristina, sale a la cancha Malena Galmarini.
La provincia también será una caja de resonancia de los
grandes temas nacionales. Massa trata de encontrar espacio en la cancha
hurgando en dramas no resueltos de la gestión, mientras mide la longitud de la
Avenida del Medio por donde gusta moverse.
Macri intentó ganar la agenda esta semana con la denuncia de
las mafias que operan para multiplicar juicios laborales y apuntó directo
contra Héctor Recalde, jefe de los diputados kirchneristas y abogado de la CGT.
Lo hizo horas antes de que el Indec diera otra mala noticia
sobre el índice de desempleo.
Sin embargo el temario se repartió porque el Gobierno
nuevamente le dio el bisturí al mono para que recorte pensiones a
discapacitados.
Consecuencia: una nueva marcha atrás oficial.
Despega también el escándalo Odebrecht a varias bandas.
La Justicia parece ponerse en marcha en acuerdos con Brasil,
pero hay muchos intereses en juego.
En el Congreso avanza la figura de la Responsabilidad Penal
Empresaria para lograr que las empresas jueguen como delatoras de casos de
corrupción.
Pero como ninguna ley es retroactiva, el proyecto oficial
tiene una cláusula especial para que la firma brasileña coopere por vía
administrativa (no judicial).
De aprobarse, el acuerdo con Odebrecht lo llevaría a cabo el
Procurador del Tesoro, Bernardo Saravia Frías, cuya independencia está
cuestionada.
0 comments :
Publicar un comentario