Por Giselle Rumeau |
Como en una letanía interminable, el Gobierno volvió a
prenderle una vela al mercado y espera ahora que la recuperación de la economía
comience a verse en el segundo trimestre. En sintonía con las voces de
economistas de distinto índole y pelaje, el entorno de Mauricio Macri cree que
entre abril y junio se dará el ansiado rebote económico, cuando la inflación
muestre una mayor desaceleración, la reactivación de la obra pública sea un
hecho y dinamice la construcción, y las paritarias otorguen alguna mejora al
salario real, que permita un repunte del consumo masivo, madre de todas las
batallas en tiempos electorales.
Esta vez, juran, no será una promesa vacía como la de los
brotes verdes del segundo semestre de 2016 que nunca crecieron y, mucho menos,
evitaron que el año cierre con una contracción de la economía de un 2,3%.
"No queremos terminar como Moisés, que se quedó en la entrada de la tierra
prometida", dice con ironía mística un hombre cercano al jefe de Gabinete
Marcos Peña, al hacer referencia a esa brecha monumental abierta entre lo que
quiere hacer el Gobierno y su capacidad para lograrlo. ¿Por qué se quedan
siempre en las puertas de la tierra de Canaán?, redobla la apuesta 3Días. Y
enseguida aparece el latiguillo inevitable: "Los cambios profundos llevan
tiempo. No se puede corregir tantos errores en tan corto plazo".
Otro hombre que suele asesorar al Presidente reconoce en
estricto off de record la serie de groseros errores de política y gestión
cometidos especialmente a comienzos de año, desde el polémico acuerdo con el
Correo -que afecto la credibilidad de Cambiemos-, pasando por la quita de 20
pesos para los jubilados y el desacertado plan de Precios Transparentes, que
planchó el consumo. "Tenemos que bajar la ansiedad y acostumbrarnos a
manejar los tiempos de Gobierno", dice en línea con el pensamiento del
jefe de Gabinete.
Sean cuales sean las causas, ambos funcionarios consideran
que la gestión está bien encaminada y que en el corto plazo empezará a bajar el
mal humor social. Destacan que ya sentaron las bases en estos 15 meses de
Gobierno para que la economía repunte por rebote y aseguran que el Presidente
volvió a retomar la iniciativa política con una batería de anuncios y buenas
noticias con las que esperan conjurar el efecto de los meses torrentosos del
primer trimestre.
El mix combina lanzamientos de medidas destinadas al corazón
de la clase media y media baja y anuncios de estadísticas oficiales más
benévolas, como el que acaba de confirmar que la caída de la actividad se
detuvo. Por caso, Mauricio Macri anunciará la semana que viene -posiblemente el
martes- una leve baja del índice de pobreza, al presentar datos del Indec. Será
casi una revancha personal, luego del sabor rancio que le dejó el último
informe del prestigioso Observatorio de la Deuda Social Argentina de la UCA,
que reveló en marzo un crecimiento de la pobreza a 32,9% desde fines de 2015 y
la aparición de 1,5 millones de nuevos pobres. Aunque las cifras de la caída
sean mínimas, se trata de un gesto político, una señal del cambio de tendencia
que espera aplacar la tensión social reinante.
No es todo. El gobierno apuesta a que en el segundo
trimestre exista una reacción más marcada de la economía, a partir de la
demanda de líneas de financiamiento de créditos hipotecarios y el plan
Procrear. Ayer, el ministro de Finanzas Luis Caputo y los titulares de los
bancos Nación, Provincia de Buenos Aires y Ciudad, presentaron de manera
conjunta una línea de créditos hipotecarios en pesos, a 30 años de plazo, con
cuotas atadas a la inflación y ajustables por la Unidad de Valor Adquisitivo
(UVA), a una tasa de interés inferior al 5% anual, que se lanzará en los
próximos días.
Incluso, en la Casa Rosada buscan por estas horas cerrar un
acuerdo con la mayoría de los gobernadores para achicar entre un 15 y 20% el
monto de las cuotas de los préstamos hipotecarios, a partir de la baja del impuesto
a los Ingresos Brutos, que las entidades bancarias deben pagar por los
intereses que cobran por cada cuota del crédito. El pan comenzaría por la
Ciudad y la Provincia de Buenos Aires.
Tras varias cavilaciones sin sosiego, también se decidió
reparar el error de cálculo y la falta de timming político para aplicar el plan
Precios Transparentes. La intención es prorrogar por otros seis meses los
planes de compra con tarjeta de crédito Ahora 12 y Ahora 18. Pero la secretaría
de comercio no sólo negocia para que los bancos ofrezcan planes de 3 y 6 cuotas
sin intereses; también le hicieron una propuesta similar a las grandes cadenas
de supermercados y electrodomésticos.
En voz baja reconocen que la popularidad del Presidente cayó
en febrero cerca de ocho puntos por el traspié de Precios Transparentes, que
contrajo el consumo, en especial en el rubro de indumentaria y
electrodomésticos. Aunque aseguran que el mandatario ya recupero cerca de 2
puntos. "Lo que se pierde rápidamente se recupera del mismo modo. Son
puntos que se ganan o pierden por euforia o enojo del electorado. No es algo
permanente", insisten. Y como muestra recuerdan que el nivel de aprobación
de Mauricio Macri y su gobierno está por encima del 40%. "Es elevado para
un mandatario que sólo tenía un 32% de voto propio", remarcan con
optimismo.
De todos modos, ambos funcionarios aseguran que el repunte
del segundo trimestre no acabará con los cortes de calle y los piquetes. Creen
que las organizaciones sociales y los gremios más combativos alineados con el
kirchnerismo seguirán mostrando las fauces hasta el fondo, con una clara
estrategia de desgaste y desestabilización. E insisten en que el Gobierno no
saldrá a reprimir esos bloqueos, por temor a que la Policía Federal -que acaba
de pasar a regañadientes a la órbita de la Ciudad- "no actúe como
corresponda". Sólo esperan que el cambio de tendencia les quite argumentos
a los piqueteros para justificar esos reclamos callejeros.
Así las cosas, no se sabe si el segundo trimestre llegará
con brotes verdes pero, a juzgar por las expectativas del Gobierno, traerá
encima una carga pesada.
0 comments :
Publicar un comentario