Un momento perpetuado con una esttética cinematográfica. |
Foto: Gregory
Crewdson
Gregory Crewdson
es un fotógrafo estadounidense (nacido el 26 de septiembre de 1962 en Brooklyn,
Nueva York) famoso por sus imágenes surrealistas y de elaborada escenificación
que muestran hogares y vecindarios norteamericanos.
Sus obras muestran escenas ficticias que diseña
concienzudamente y con todo lujo de detalles para construir visualmente la
sensación que está en su cabeza, lo que él llama momentos congelados,
habitualmente inquietantes y que nos recuerdan a las películas clásicas de
terror, gracias a una estética profundamente cinematográfica: paisajes urbanos
desolados, calles vacías misteriosas, personas que deambulan por calles
mojadas, algunas desesperadamente solitarias, mujeres desnudas que reflexionan
cabizbajas.
Las imágenes creadas por Gregory Crewdson son únicas: la intensidad de sus colores, los
reflejos y frecuentemente, aquella calma que provoca una atmósfera a veces de
ensueño, otras de pesadilla.
Las fotografías de Crewdson
se pueden apreciar, inicialmente, sin mucho esfuerzo. Pero, al mismo tiempo,
están cubiertas por otro humo, pues aquella capa visual de belleza oculta las
verdades, secretos y misterios que subyacen en cada encuadre. Ahí residen las
compulsiones de su autor, los cuchicheos de su mente, el recuerdo infantil de
aquellos desconocidos que se escabullían por el sótano de su casa con sus
enigmas y confidencias.
La presentación de las fotografías de Gregory Crewdson es tan monumental como el tamaño de sus escenas.
Para crearlas, el autor requiere de una producción compleja, un amplio equipo
de trabajo y, frecuentemente, desembolsos desorbitados. Son imágenes diseñadas
para ser colgadas en los muros de un museo, o galería, o como parte del acervo
de alguna colección particular.
Antes de ser creadas, las fotografías de Crewdson ya tienen un comprador que
estará dispuesto a desembolsar entre sesenta y ochenta mil dólares por cada
una.
Sus imágenes clásicas consisten en una escena congelada, un
momento perpetuado, de una escena de los suburbios que ha sido hermosamente
iluminada, con colores intensos, formas nítidas en toda la imagen y encuadres
muy abiertos. A primera vista parecen fotos fijas extraídas de una película.
Son imágenes donde su precisión, calidad y belleza saltan a la vista, pero
donde suele aparecer una persona sola, alejada y desconectada. En estos planos
generales, si se examinan con suficiente cuidado, generalmente se encontrarán
otras formas humanas más pequeñas y multitud de pequeños detalles que
constituyen pistas para comprender lo que está ocurriendo.
Estas enigmáticas escenas son el fruto de una larga
preparación cuasi-cinematográfica y con presupuestos que rivalizan con la
producción de películas enteras.
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