"Más que un
partido político, el PRO
es un grupo de intereses"
Daniel Arroyo: "El Gobierno nacional se equivoca siempre para el mismo lado". |
Por Déborah De Urieta
Para Daniel Arroyo, ex ministro de Desarrollo Social
bonaerense, no hay una sino cuatro Argentinas: la de los sectores en situación
de pobreza estructural; la de los vulnerables; la de las clases medias y la de
las clases altas. Y a ese panorama le agrega la instalación de una
"grieta" social. "Hay un conflicto fuerte y un riesgo: que las
tres Argentinas de arriba vean que el problema es la de abajo. Y nada bueno
pasaría", advierte. De allí que su último libro se llame Las cuatro Argentinas
y la grieta social.
En el texto analiza problemáticas como los ni-ni, el déficit
en infraestructura y el hecho de que tener trabajo formal ya no garantiza salir
de la pobreza, además de cuestiones como el sobre-endeudamiento y la crisis
habitacional.
"Lo único que ha sido constante en la Argentina es que,
cada gobierno que vino, aumentó la cantidad de programas sociales", dice.
Y asegura que nueve millones de personas reciben algún tipo de cobertura y, aun
así, hay un "32% de pobreza, 10% de desocupación y 20% de desocupación en
los jóvenes". Por eso, para él, el problema no son los planes sociales,
sino la economía; la falta de generación de empleo. Pero el libro no sólo
brinda un diagnóstico, sino también incluye una serie de propuestas para
"una nación integrada".
En una entrevista concedida a 3Días, el autor aborda estas
cuestiones, da su visión sobre la gestión de María Eugenia Vidal, relativiza la
"pesada herencia" y critica la sucesión de errores del gobierno de
Mauricio Macri.
-¿Cómo se achica la grieta social?
-Hay que hacer una gran revolución con el mundo del trabajo
y el Estado tiene que definir con claridad cuidar determinados sectores,
promover mercado interno, construcción, textil, comercio, metalmecánica. Y
hacer una revolución educativa, con una escuela secundaria diferente: ir al
sistema dual y que en los últimos dos años, los jóvenes puedan estar en la
escuela y hacer pasantías. Con eso estaríamos achicando la grieta social,
porque las personas verían que el esfuerzo y el trabajo les permiten mejorar, cosa
que hoy, casi nadie ve; hay una forma de movilidad social ascendente
alternativa, que es la venta de droga.
-Fuiste candidato a vicegobernador de la Provincia. ¿Cómo ves la
gestión de Vidal?
-Creo que Vidal tomó una provincia quebrada, estoy
absolutamente convencido, y que le pone una mirada social y una dedicación, un
esfuerzo y un conocimiento de lo que pasa en la calle, que no tiene el gobierno
nacional. En ese plano, la creo bienintencionada y bien dispuesta, y me parece
que la mayoría de los bonaerenses también. Pero no ha habido grandes cambios.
El tema salud está absolutamente colapsado. En seguridad no hubo cambios
sustantivos, más allá de haber cortado parte de la cúpula del servicio
penitenciario. En materia social dio mucha asistencia alimentaria -eso ayudó a
evitar males mayores- pero la pobreza sigue aumentando. No hubo grandes cambios
en la gestión, más allá de que tomó algo muy difícil de gobernar, y lo hace con
una dedicación y honestidad muy respetable.
-A nivel Nación, ¿se puede hablar de la "pesada herencia" o
hay problemas de gestión?
-El problema es de gestión del actual Gobierno. Lo de
"pesada herencia" lo matizaría: los últimos cuatro años del
kirchnerismo fueron muy malos en materia social y le dejó un lío bárbaro. Pero
Alfonsín tuvo que construir una democracia; Menem tuvo la hiperinflación; De la
Rúa, la convertibilidad y Duhalde, 57% de pobreza. Los últimos cuatro años del
kirchnerismo fueron muy complicados, pero comparado con otros ciclos
históricos, no es tan crítico. El Gobierno tiene que poner en marcha sus
propias políticas. Tiene claro qué hacer con el mercado: quiere promover los
sectores del siglo XXI, determinados servicios, vincularse y globalizarse. Pero
no sabe qué hacer con el Estado: cómo construir un mercado interno, cómo armar
la cadena de comercialización. Y en los próximos años, los niveles de pobreza
no tendrán que ver con lo que haga el Ministerio de Desarrollo Social, sino el
de Trabajo y la Secretaría de Comercio Interior; con cuánto se controle la
cadena de comercialización, que es donde se distorsionan los precios. Ahí, las
cosas no están funcionando bien.
-¿Cómo la ves a Cristina Kirchner?
-Me da la impresión de que exacerba la confrontación, que
vive yendo para atrás y que tiene una mirada demasiado piadosa sobre su
gestión. Que estábamos mejor hace un año, es evidente, pero no estábamos en
Disneylandia, había problemas serios. No hizo una revisión crítica de lo que ha
encarado, sino que lo defiende a ultranza. Le doy el gran mérito de haber
tocado el corazón de mucha gente, que es de un valor incalculable, pero no está
construyendo futuro, está contrastando lo que hace mal este gobierno con lo que
había antes. No está pensando para adelante, sino para atrás, y la sociedad no
quiere eso.
-¿Qué opinión te merece la "sucesión de errores" del
Gobierno?
-Se equivoca siempre para el mismo lado. Que a alguien se le
ocurra tocar el índice para actualizar jubilaciones, asignaciones familiares,
AUH, sólo tiene una explicación: intentó ahorrar $ 3000 millones. Si el mismo
gobierno se manda un tarifazo de 150% o el hijo le condona la deuda al padre,
es todo en la misma dirección. La sucesión de errores tiene que ver con dos
cosas: con la lógica de "tiramos esto y, si pasa, pasa; vemos hasta dónde
llegamos". Y hay un problema en el sistema de toma de decisiones. Es
imposible que haya siete ministros que interactúen en la economía. Eso puede
tener lógica en un país estable, acá no.
-¿Se puede comparar a Macri con De la Rúa, como hizo Massa en el audio
que se conoció?
-Creo que hay un punto de contacto, y es que es una
bestialidad que alguien decida bajar las jubilaciones. Es imperdonable que el
Gobierno haya hecho eso. Lo de De la Rúa es específicamente incomparable,
porque las bajó un 13%, pero nadie debería tentarse con eso. Al Gobierno nunca
le tuve fe en lo económico y social, siempre pensé que estaba mal encaminado,
no perversamente. Pero le tenía fe en lo republicano. Pensé que iba a ser una
derecha moderna, más republicana, pero con lo de las jubilaciones, lo del
blanqueo a familiares, lo del Correo, con intentar poner dos miembros de la
Corte, no ha tenido esa parte. Y ése era su legado, porque si la Argentina
necesitaba algo, era un partido más republicano y, en eso, fue una decepción.
-Macri, ¿gobierna para los ricos?
-Macri está haciendo una transferencia de recursos de los
que menos tienen a los que más tienen. La cuenta es fácil: el Estado sigue
gastando lo mismo y hay más pobres, quiere decir que estás sacando de abajo y
llevando para arriba. No diría que sólo gobierna para los ricos, porque hay
distintas situaciones, pero es objetivo que está distribuyendo al revés.
-A los miembros del PRO, ¿les cuesta salirse de su rol de empresarios?
-Hay un tema fuerte de conflictos de intereses. No creo que
les cueste ponerse en el rol de la función pública. Creo que, por un lado,
subestimaron la función pública, y es bastante más complicada que el sector
privado. Por otro lado, están cruzados por intereses: su vida posterior tiene
que ver con lo privado. Entonces, mientras están en lo público, tratan de
potenciar ese sector privado que hace a su continuidad. En algún sentido, el
PRO, más que un partido político, es un grupo de intereses. Es un conjunto de
gente que tiene determinados intereses, que buenamente va al Estado, pero que
en realidad sigue teniendo la camiseta de esos intereses. Eso no debería
suceder, porque el rol del Estado es ser regulador, no tener la camiseta de los
dos lados del mostrador. El conflicto de intereses se da en muchísimas áreas.
Candidato
Daniel Arroyo es uno de los actores más importantes dentro
del Frente Renovador, que lidera Sergio Massa: fue candidato a vicegobernador
de la provincia de Buenos Aires, con Felipe Solá como compañero de fórmula, y
este año será candidato a diputado nacional.
"Hemos hecho un muy buen trabajo parlamentario juntos,
y lo natural sería que terminemos en un acuerdo electoral", dice Arroyo
cuando se le pregunta sobre una posible alianza de su espacio con Margarita
Stolbizer.
Para él, la líder del GEN le aportaría una mirada
republicana al Frente Renovador, además de que ayudaría a que su espacio, que
se presenta como "la ancha avenida del medio", se amplíe.
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