El mendocino Celso
Jaque debe normalizar un partido sumido en graves luchas intestinas.
Celso Jaque, interventor del PJ jujeño, debe afrontar un duro desafío para normalizar ese partido. |
Jujuy - El
exgobernador mendocino Celso Jaque tiene menuda tarea por delante. Como
interventor designado para la normalización del Partido Justicialista en Jujuy,
debe cambiar 16 años en que no hubo elecciones internas y la dirigencia del
partido se atomizó, desperdigándose en diferentes fuerzas. Inclusive, hoy el
vicegobernador del radical Gerardo Morales proviene del PJ.
Se trata de Carlos
Haquim, que llegó a presidir el PJ, fue diputado nacional y se sumó luego al
espacio peronista de Sergio Massa, mediante el cual llegó a la fórmula con
Morales.
Haquim fue desplazado de la presidencia del PJ el 2 de diciembre
precisamente por Celso Jaque, como interventor de esa fuerza. Pero ahora -se
indica en Jujuy- el diálogo está abierto con él y con todos, aunque la
situación del partido es compleja, atento a la situación en la que lo ha sumido
la situación judicial de Milagro Sala y las denuncias de corrupción que pesan
sobre ella y que embarran a la gestión justicialista anterior.
Jaque lidia con la resistencia de una dirigencia en donde
todos los referentes parecen estar peleados entre sí. "Le señalamos a
Jaque que lo mejor para todos es que no haya más pelea, porque ya le han hecho
muchísimo daño las personas que estuvieron antes en el PJ, y lo que debiéramos
esperar es la resolución de la Justicia para que nos allanemos a trabajar todos
juntos sabiendo que ya tenemos fallos favorables de la justicia local y
esperamos que Servini de Cubría falle como corresponde, a favor de quienes
ganaron las elecciones internas y tenemos el Congreso del Partido funcionando a
pleno, recorriendo la provincia", declaró a la prensa local el diputado
Pedro Segura, tras ser recibido por el mendocino.
Jaque tiene un año de plazo para lograr su cometido. Hoy, la
carta de un concejal del PJ en un medio jujeño pintó de lleno la situación
partidaria: "Varios notables dirigentes responsables del estado del
partido, se encontrarían, sospechados de corrupción, desfalcos, conductas
deshonestas y desleales con los votantes y con los mismos compañeros que los
ayudaron a llegar a distintos cargos y que a hoy, ya ni los saludan. Estos
desaires en política, a la larga, se pagan", escribió.
Mientras tanto, Jaque sigue convocando a los dirigentes al
diálogo y parece convencido de que ese sapo de otro pozo, esta vez, conseguirá
fortalecer al peronismo.
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