Por Guillermo Piro |
Carta de George Bernard Shaw a Winston Churchill: “Dear
Churchill: Aquí le envío dos invitaciones para el estreno de mi próxima obra:
una para usted y otra para un amigo. Si es que tiene uno”. Respuesta de Winston
Churchill a George Bernard Shaw: “Dear Shaw: Cuestiones de Estado me impiden
acudir al estreno de su obra, pero prometo ir a una segunda función. Si es que
hay una segunda función”.
Cito ese intercambio epistolar porque es genial y porque
ejemplifica bien el tenor que suele tomar el desprecio y el odio británico, que
nunca abandona el buen humor (aunque Shaw era irlandés, o sea nada más que un
inglés perpetuamente ebrio). Y a propósito de un nuevo intercambio, no
epistolar esta vez pero intercambio al fin, entre dos artistas británicos:
Anish Kapoor y Stuart Semple (aunque Kapoor es indio, o sea nada más que un
inglés perpetuamente sobrio).
En marzo de 2016, Kapoor compró los derechos exclusivos para
utilizar, con fines artísticos, un tipo de color negro, el vantablack,
considerado el negro más negro del mundo. El hecho de que Kapoor fuese el único
que pudiera utilizar este color desató muchas polémicas en el mundo del arte.
Uno de los más críticos fue Semple, quien en respuesta al pigmento negro más
negro del mundo el mes pasado inventó el pigmento rosa más rosa del mundo y
decidió que puede ser adquirido por cualquiera, menos por Kapoor.
El nombre vantablack deriva de Vertically Aligned NanoTube
Arrays (“disposiciones de nanotubos alineados verticalmente”) y de black
(“negro”). El color, efectivamente, está compuesto por microscópicos cilindros
de carbono. La luz queda atrapada entre estos cilindros, rebotando, de lo que
resulta que los rayos son completamente absorbidos. De hecho el vantablack
absorbe el 99,965 por ciento de la luz, lo que da como resultado un negro
negrísimo (si se ilumina con una linterna un objeto pintado con vantablack, el
objeto no refleja la luz). Fue producido por una empresa británica, la Surrey
NanoSystems, y originalmente tenía fines militares: servía para pintar los stealth,
los “aviones furtivos”, indetectables por radar.
De modo que en marzo, Kapoor adquirió los derechos
exclusivos para el uso del vantablack, y Semple inventó el “rosa Semple”
y lo puso en venta en su sitio de internet. Entre las muchas cosas que se
pueden leer en la página en que se vende “el rosa más rosa del mundo” hay una
especificación: en el momento de la compra hay que confirmar que uno no es
Anish Kapoor, que uno no es un colaborador suyo y que no lo está comprando para
dárselo a él. Pero a pesar de todas estas recomendaciones, Kapoor pudo hacerse
del rosa. Y el 23 de diciembre publicó en su cuenta de Instagram una foto en la
que se ve su dedo medio recubierto con el pigmento rosa de Semple.
A algunos la cosa los hizo reír (a mí, por ejemplo), pero a
otros les pareció un comportamiento infantil para un artista de su nivel. Pero
poco después llegó la respuesta de Semple, quien en un video publicado también
en Instagram muestra los dedos índice y medio en V pintados de un color negro
muy intenso, tan intenso que bien podría tratarse del vantablack de Kapoor.
Puede ser una tontería, pero convengamos que en términos británicos un tontería
es casi siempre una genialidad.
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