Falleció a los 75
años debido a complicaciones por esclerosis lateral amiotrófica. En enero de 2016,
Agensur.info dio cuenta de su lucha.
Ricardo Piglia falleció este viernes, a la edad de 75 años. |
Arte - El escritor
Ricardo Piglia falleció este viernes a los 75 años a causa de las
complicaciones generadas por la esclerosis lateral amiotrófica, una enfermedad
degenerativa que padecía hace años, dejando a la literatura hispanoamericana
huérfana de una de sus voces más lúcidas y representativas, capaz de transitar
los intersticios entre la crítica, la novela, el ensayo, el guión y la
docencia.
Su muerte enluta al mundo de las letras a poco de haber sido
publicada la segunda parte de esa obra total que conforman "Los Diarios de
Emilio Renzi"; alter ego que atravesó con mayor o menor asiduidad su
trabajo y que comenzó a delinear hace 57 años como por obra del azar, cuando
tomó un cuaderno y en medio de una mudanza que lo obligaba a abandonar con sus
padres su ciudad natal de Adrogué, anotó las primeras observaciones sobre su
propia vida.
Esos diarios, tarea titánica que implicó un inmenso trabajo
de relectura y edición que lo mantuvo ocupado hasta el fin de sus días, son el
legado más cercano que deja Piglia a sus lectores: el presente constante de un
narrador en estado puro, siempre interviniéndose a sí mismo.
Caracterizada por los cambios de registros y estilos, la
escritura profana de Piglia funcionó como radiografía de época y, mejor que
nadie, encarnó ese borramiento de bordes con textos que destilaban pura
literatura más allá del género en el que pudieran encuadrarse y de la
insistencia con que los cruzara.
De esta manera, su huella trasciende la novela para alcanzar
el cine -como guionista y a partir de su propia obra en el caso de la
taquillera "Plata quemada"; pasa por la pantalla chica, donde ofreció
una gimnasia similar a la del claustro y el ensayista, con programas como
"Borges por Piglia"; y se inmiscuye hasta en la ópera, para la que
adaptó "La ciudad ausente".
Esa versatilidad no fue su única constante, la otra acción
irrenunciable de este escritor fueron sus diarios: páginas y páginas escritas
pacientemente, en forma aleatoria, repetitivamente durante más de 50 años; las
mismas que concibieron a Emilio Renzi, personaje, alter ego y seudónimo de
quien reconoció en esta reiteración "la novela de una vida".
"Para mí es una novela aunque el material sea
verdadero y personal", dijo sobre los diarios que comenzó a garabatear a
los 16 años mientras dejaba Adrogué para migrar a Mar del Plata; que lo
acompañaron en sus primeros días de escritor en Buenos Aires; y luego en los
Estados Unidos, adonde impartió clases durante 15 años en universidades como
Harvard y Princeton; hasta el reconocimiento a su regreso, en 2001, al país.
Ricardo Emilio Piglia Renzi nació el 24 de noviembre de
1941; este crítico y teórico que supo surfear la
"desliteraturización" de la novelística actual, se formó en Historia
de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP); trabajó 10 años en distintas
editoriales durante su estancia en Buenos Aires; y dirigió la emblemática Serie Negra que difundió autores como
Dashiell Hammett y Raymond Chandler.
En 1967 recibió una mención especial del VII Concurso Casa de las Américas de Cuba
que derivó en "Jaulario", su primer libro de cuentos; en 1977 llevaba
publicados "La invasión" y "Nombre falso", pero pasaron
tres años más hasta su reconocimiento internacional, en 1980, con Renzi
protagonizando su primera novela, "Respiración artificial".
De 1986 es "Crítica y ficción", libro que reúne
ensayos de sus obsesiones: "La lectura de la ficción", "Sobre
Roberto Arlt", "Narrar en el cine", "Una trama de
relatos", "Sobre Cortázar", "El laboratorio de la
escritura" y "Sobre el género policial".
Su siguiente novela demoró seis años. Era "La ciudad
ausente", que en 1992 mostraba cuentos generados por una máquina inventada
para sustituir a una amante muerta; subtextos similares entrecruzó en
"Blanco Nocturno", la novela donde él mismo resumió: "Renzi
tiene una pequeña crisis, se encierra en una casa de Adrogué y se produce una
historia con una mina que vive enfrente".
A mediados de los 90 comenzó a guionar filmes como
"Corazón iluminado" (1996), de Héctor Babenco; o "La sonámbula,
recuerdos del futuro" (1988), de Fernando Spiner; mientras que "La
ciudad ausente" fue transformada en ópera junto al músico Gerardo Gandini
y estrenada en el Teatro Colón tres años más tarde.
De esa época, 1997, es el pequeño escándalo del Premio Planeta en torno a "Plata
Quemada", en el que uno de los finalistas, Gustavo Nielsen, denunció
"predeterminación en favor de la obra de Piglia".
Con el nuevo milenio su reconocimiento se acrecentó, la
cuestionada novela llegó al cine con un premio Goya; el mismo año guionó
"El astillero", de David Lipszyc, sobre la novela homónima de Juan
Carlos Onetti; y de 1999 es el ensayo "Formas breves".
Los premios arreciaron y llegó el Iberoamericano de Letras
José Donoso, en coincidencia con el lanzamiento en 2005 de dos ensayos
ineludibles, el "Diccionario de la novela de Macedonio Fernández" y
"El último lector"; seguido por el premio de la Crítica de España en
2010; el Rómulo Gallegos en 2011 y el Iberoamericano de Narrativa Manuel Rojas
en 2013, cuando Anagrama lanzó su última novela, "El camino de Ida".
Su incansable trabajo escribiendo y analizando literatura lo
llevó al Konex de Brillante en 2014, mientras estaba al frente de la filmación
para televisión de "Los siete locos" y "Los lanzallamas",
sobre las novelas de Roberto Arlt.
Experto en las obras de Jorge Luis Borges y Witold
Gombrowicz, en 2015 compartió con esos escritores el Premio Formentor de las
Letras, el mismo que habían recibido maestros como Samuel Beckett y Saul
Bellow, en reconocimiento a una obra "que se desenvuelve armónicamente
entre la originalidad, la cultura popular y la tradición más exigente".
Fue Carlota Pedersen, nieta de Marta Eguía -su pareja-,
quien recibió el galardón junto a su amigo y editor español Jorge Herralde,
responsable de publicar "Los diarios de Emilio Renzi" que restan
completarse, luego de la aparición en 2016 de "Los años felices", con
el tercer volumen titulado "Un día en la vida", que aparecerá este
año.
"Nunca he podido estar en el lugar indicado o en el
momento justo. O no llego, como en este caso", escribió en la carta de
agradecimiento.
Es la literatura, esa "forma privada de la
utopía" siempre "un poco incómoda" que había definido en
"Prisión perpetua", la que definirá ahora, sin su mirada atenta pero
con su legado a cuestas, hacia qué nuevas formas y lecturas se encamina su
obra.
La nota de
Agensur.info
El 5 de enero de 2016, Agensur.info
publicó una nota del diario El Mundo,
de España, que bajo el título de LA TREMENDA LUCHA DE RICARDO PIGLIA, daba
cuenta de la enfermedad de Piglia destacando que “el seguro privado que tiene
contratado el escritor, Medicus, no aceptó costear los medicamentos prescritos
por su médico. Piglia recurrió al juzgado y consiguió un dictamen del juez Iván
E. Garbarino que reconocía el derecho del paciente a reclamar al asegurador el
importe de las medicinas”, pese a lo cual, Medicus no le coestó los
medicamentos. (Lea la nota completa en
este enlace: http://www.agensur.info/2016/01/la-tremenda-lucha-de-ricardo-piglia.html#more)
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