Por Gabriel Profiti |
Voto duro, voto blando, posible, difícil e imposible. Esas
son las categorías con las que el oficialismo mide el escenario en la provincia
de Buenos Aires, termómetro electoral del país, donde concentrará energías en
retener las fidelidades obtenidas en 2015.
El mapa del voto está distribuido en los 135 distritos
bonaerenses, cada uno de ellos dividido en zonas que reflejan dónde están los
posibles adherentes de Cambiemos y donde residen los "difíciles e imposibles".
"Tenemos que dejar de lado el voto imposible, es perder
tiempo y recursos ahí. Sabemos que hay un sector de la población que no nos
votaría nunca, así que iremos a sostener lo que logramos en 2015 con política y
con gestión", aseguró una fuente de primer nivel del Gobierno bonaerense
en diálogo con NA.
Con esa premisa de abordaje selectivo, en el oficialismo
encaran el principal desafío de las elecciones de medio término y también
relativizan la última encuesta publicada por la consultora Management &
Fit, que mostró a los candidatos de Cambiemos en tercer lugar detrás del PJ y
el massismo.
"Tenemos las acciones de Gobierno, las obras en marcha,
a la figura con mejor imagen del país y 70 intendentes: es imposible que en la
elección se reflejen los números de esa encuesta", se entusiasmaron cerca
de la gobernadora María Eugenia Vidal.
El sondeo, realizado en los últimos días de diciembre,
indicó que la fórmula Sergio Massa-Margarita Stolbizer tendría una intención de
voto de 35%; Daniel Scioli y Cristina Kirchner cosecharían un 29,7%, mientras que
una fórmula oficialista de Jorge Macri y Elisa Carrió sumaría 18%.
En las generales de octubre de 2015 Vidal obtuvo el 40% y
Mauricio Macri el 33% en territorio bonaerense.
Según el relevamiento de Cambiemos, el voto
"imposible" ahora supera por poco el 20% si se mide a la gobernadora
y trepa al 35% si la imagen de la campaña es Mauricio Macri, cuya gestión en el
sondeo de Management & Fit es aprobada solo por el 39%.
Así, la mayoría de las actividades de gestión y de campaña
de Vidal y sus candidatos se concentrarían en los sectores donde el mapa
muestre el amarillo de "voto duro, blando y posible".
La mandataria, además, agendará "cortes de cintas"
en continuado a medida que se acerque la elección. La premisa es tratar de
mostrar algunos resultados de las obras encaradas entre el primer y el segundo
año de gestión.
La administración provincial volverá a tomar deuda para
infraestructura -el endeudamiento fue aprobado junto al Presupuesto- y mandará
a la Legislatura una nueva Ley de Obra Pública con el objetivo de agilizar las
adjudicaciones.
El tema no es menor. Las falencias de la infraestructura
provincial difícilmente puedan resolverse rápido. Para evitar las inundaciones
-que volvieron a golpear al Norte bonaerense esta semana-, el presupuesto total
superaría los $300 mil millones, cifra inabordable, calcularon en el gobierno
de Cambiemos.
Candidatos a la carta
Siguiendo la lógica del votante posible e imposible, en
Cambiemos ven como el principal rival a Massa. Entienden que el voto
kirchnerista engrosa los "imposibles", por lo que se preparan para
competir con el tigrense en las otras franjas del electorado.
De todos modos, en el frente oficialista esperarán a ver
quiénes serán los postulantes de la oposición para definir los propios.
"No tenemos la obligación de instalar candidatos, la imagen de la
provincia es María Eugenia, así que vamos a estirar todo lo que se pueda la
definición de las candidaturas", aseguran.
Elisa Carrió encajaría perfecto en una pelea de fondo contra
Massa y Cristina Kirchner. Es posible que el líder del Frente Renovador y la
expresidenta también jueguen a la indefinición sobre si serán candidatos o no
hasta el final.
Hace unos días, Carrió les anticipó a Vidal, Horacio
Rodríguez Larreta y Mario Quintana que será "funcional" a Cambiemos,
al compartir una cena en su casa de Exaltación de la Cruz.
El jefe de Gobierno porteño ya le dio la bienvenida a su
eventual candidatura en la Ciudad de Buenos Aires y Vidal también sabe que
"Lilita" es un activo electoral, pero recela de la posibilidad de que
quiera competir en una primaria.
Mientras tanto, el menú de candidatos bonaerenses del oficialismo
incluye a Jorge Macri, Gladys González, Facundo Manes y no descartan al
ministro de Educación nacional, Esteban Bullrich, pese a que el Presidente negó
que vaya a desprenderse de uno de sus mimados del gabinete.
También buscarían convencer a un intendente identificado con
el partido y las miradas apuntan a tres de electos recientemente: Diego
Valenzuela (Tres de Febrero), Martiniano Molina (Quilmes) y Nicolás Ducoté
(Pilar).
En ese trayecto hacia las elecciones, el jefe de Gabinete y
mano derecha de Vidal, Federico Salvai, armó una mesa provincial de Cambiemos
con referentes de la UCR, la CC y FE para contener y evitar desplantes de los
aliados del PRO.
En esas discusiones preliminares, hubo objeciones de los
radicales a Manes, pero no se escucharon propuestas alternativas. Maricel
Etchecoin, de la CC-ARI bonaerense, postuló a Carrió.
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