"Le haría una
crítica al Gobierno: confiar
en el peronismo es mortal"
en el peronismo es mortal"
Fernando Iglesias: "Los peronistas bloquearon la reforma política porque roban urnas y cometen todo tipo de delitos para mantenerse en el poder". |
Por Déborah De Urieta
Fernando Iglesias es uno de los críticos más duros del
kirchnerismo, y del peronismo en general. Esta vez, el autor de Es el peronismo, estúpido - Cúando, cómo y por qué se jodió la
Argentina, vuelve a la carga con La
década sakeada. Memoria y balance de
una catástrofe nacional y popular, su último libro. Se trata de un repaso
de los 12 años de kirchnerismo, en el que, con hechos y datos, intenta
demostrar que fue "lo peor que le pudo pasar a la Argentina".
En un
mano a mano con 3Días, el ex diputado
habla sobre el gobierno del matrimonio Kirchner como un "totalitarismo
incumplido", la gestión de Cambiemos y las sugerencias del presidente de
la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, de sumar peronistas al espacio.
-Definís al kirchnerismo como una "catástrofe nacional y popular".
Aun así, gobernaron durante 12 años. ¿A qué se lo atribuís?
-En primer lugar, heredaron un país en una situación
extraordinariamente favorable: una enorme tolerancia social hacia cualquier
cosa que hiciera el Gobierno y una situación económica internacional
increíblemente favorable a la Argentina. En el libro me esfuerzo por
fundamentar con datos concretos que la expresión "viento de cola" fue
perfectamente fundada. Las exportaciones argentinas triplicaron su valor
mientras bajaba el costo de todas las importaciones. Así que tuvieron por lo
menos cuatro años de auge económico muy similares, por otra parte, a los
primeros cuatro años en la Convertibilidad con Menem. De manera que era
razonable que los reeligieran. Después se enfrentaron a una crisis, pero
también coincidió, cuando ves todas las variables económicas, con que el
período de 2010 y el 2011 fue bueno.
-¿Qué diferencia encontrás entre el peronismo y el kirchnerismo?
-Dedico un capítulo del libro a decir que el kirchnerismo es
un peronismo. Y muestro las enormes coincidencias que hay. Ahora, algunos
peronistas dicen: "Pero el kirchnerismo no fue peronismo". Eso parece
más bien una disculpa, pero en muchos aspectos, el peronismo original, el de
Perón, fue peor. En términos de represión, se torturaba a opositores. El jefe
de la bancada opositora, Balbín, terminó preso por desacato, por sus
declaraciones en el Congreso. También cuento la anécdota de Yupanqui, que cayó
en la famosa Sección Especial Anticomunista y le rompieron la mano. Pero fueron
tan ineficientes que le rompieron la derecha y para tocar la guitarra era
zurdo.
-Decís que el kirchnerismo es un "totalitarismo incumplido".
¿Por qué?
-"Totalitarismo" porque tenían todos los rasgos
del totalitarismo. Cuando Cristina dice "vamos por todo", está
diciendo eso, vamos por todo el poder político, vamos a manejarlo todo, vamos a
controlarlo todo. El Congreso se transformó en una escribanía, al poder
judicial lo tenían maniatado, y con la prensa avanzaron hasta donde pudieron.
El problema que tuvieron fue por inoperancia propia. Recuerdo en el libro lo
que llamo el "septeto de la muerte", es decir, los que terminaron a
cargo de los siete cargos más importantes durante el kirchnerismo: Cristina,
presidenta; Boudou, vicepresidente, Aníbal, jefe de Gabinete; Scioli, a cargo
de una provincia; Timerman, canciller; Kicillof, ministro de Economía, y De
Vido, a cargo de Infraestructura. Como fueron tan incapaces, lo que obtuvieron sistemáticamente
fueron derrotas. Creo que el kirchnerismo fue una colección de derrotas.
-¿Por ejemplo?
-Dedicaron casi cuatro años a tratar de destruir a Clarín y
no lo lograron. Quisieron entregarles los hijos de Noble -con una acusación que
se demostró falsa- a las Abuelas y tampoco pudieron. Quisieron acabar con la
oposición y tampoco pudieron. Sitiaron a la Ciudad de Buenos Aires durante ocho
años, hicieron todo lo posible para que le fuera lo peor posible y quien era el
jefe de Gobierno terminó derrotándolos en una elección presidencial. Pensaron
en una sucesión con Scioli y la perdieron. Quisieron entregarle la Provincia al
narco a través de Aníbal, perdieron. Ni hablar de proyectos a favor del país.
Querían crear una burguesía nacional y terminaron con Cristóbal López y Lázaro
Báez. El kirchnerismo fue una sucesión de derrotas disfrazadas por un relato
triunfalista y épico que dejó al país en una condición lamentable.
-¿Encontrás diferencias entre el gobierno de Néstor y los dos de
Cristina?
-Sí, básicamente, el paso del tiempo. Como en todo
populismo, el tiempo es enemigo. Porque el populismo está hecho para consumir
la riqueza acumulada, sin generar nada nuevo. Néstor se basó en tres cosas:
situación internacional extraordinariamente favorable, el mayor ajuste de la
historia argentina, que lo hizo Duhalde, y consumo de activos. Se comieron
todos los activos. Se parece mucho a lo que pasó con Perón y Menem. Cuando
dividís por la mitad las dos primeras presidencias de Perón, los 10 años de
Menem y los 12 años que estuvieron ellos, encontrás lo mismo: creció muchísimo
al principio, porque es el momento de la fiesta, y después creció tres o cuatro
veces menos, según el gobierno. Arman una fiesta y después, al momento de pagar
la cuenta, se paga. El país todavía la está pagando.
-Monzó sugirió que Cambiemos sume dirigentes peronistas. ¿Qué pensás?
-Si es una persona que se considera peronista, y es honesta,
no hay que hacer una caza de brujas. Me preocupa la idea de la "pata
peronista". Me parece que Monzó alude a "si queremos mantener la
gobernabilidad, necesitamos una pata peronista". La última vez que la
Argentina intentó eso tuvo a un peronista de vicepresidente, Chacho Álvarez, y
fue uno de los principales responsables de que se cayera el gobierno de la Alianza.
Si lo que quiso decir es que hay que buscar una pata peronista, me parece que
no aprendemos nunca.
-¿Qué te pareció el primer año de Cambiemos? ¿Le harías alguna crítica?
- Críticas muchas, pero menores. En general, me pareció que
fue muy bueno, considerando la circunstancia. Sé que el país está peor que en
diciembre de 2015, pero hay que ver la película, no la foto. Íbamos derecho a
una crisis como la de 2001-2002. En el libro demuestro con cifras que el país
que entregó Cristina, en las principales variables económicas, se parece
muchísimo al de mediados de 2001. Cuando ves eso y lo que este Gobierno logró,
con un poder político muy bajo, con minoría parlamentaria absoluta, creo que el
balance es muy bueno. Y el retroceso hay que medirlo en términos racionales.
Argentina, gracias al kirchnerismo, tiene una economía de serrucho: los años en
que hay elección, crece, porque imprimieron dinero y acomodaron la economía
para que durante el año de elecciones crezca, y la cuenta la pagaban el año
siguiente.
-¿Cómo ves que se haya bloqueado, al menos por ahora, la reforma
política?
-Lo tomaría como una autoconfesión del peronismo de las
provincias de que hacen fraude. Está muy claro: no la quieren porque roban
urnas y cometen todo tipo de delitos para mantener el poder. Y ahí le haría una
crítica al Gobierno: confiar en el peronismo es mortal.
-¿Cómo ves a Cambiemos en las elecciones del año que viene?
-Depende de la economía. Si repunta, y creo que lo hará para
febrero o marzo, y si se hacen listas lógicas, con candidatos razonables,
Cambiemos va a hacer una buena elección.
-¿Se derribará el mito de que sólo los peronistas pueden gobernar?
-Eso está por verse. Veo mucha superficialidad y mucho
periodista enojado porque no recibe pauta. Están creando un clima muy espeso y
muy injustificado, los mismos que en 2014 miraron para otro lado. Acá hay gente
que durante 12 años justificó cualquier cosa y los parámetros eran Cuba,
Venezuela, África. De un día para otro, se despertaron en Suecia. Estornuda un
ministro y sale todo el mundo a pedir la excomunión. Se les nota mucho el
cambio de actitud.
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