Por Analía Argento
Hace un mes y tres días la gobernadora bonaerense María
Eugenia Vidal firmó el decreto 1345 con el que puso en vigencia la Ley 14.848.
Estableció así que desde el 2017 todas las listas de candidatos para cuerpos
colegiados (Legislatura, Concejos deliberantes y consejos escolares) se
repartirán en partes iguales, e intercalados uno a uno, entre hombres y
mujeres.
Vidal se puso a la par del reclamo de mujeres de otras fuerzas políticas, principalmente de Malena Galmarini, esposa de Sergio Massa y tal vez candidata en una campaña en la que la gobernadora tendrá que poner el cuerpo y plebiscitar su propia gestión. Quedó, sin preverlo, un paso adelante del gobierno nacional que tras las frustradas negociaciones con la oposición se queda sin la reforma política y sin la boleta electrónica para todo el país.
Sobre paridad de género hubo dos proyectos en el Congreso de
la Nación. Uno con media sanción que salió del Senado y el otro que recorrió el
camino inverso: fue desde la Cámara de Diputados, dentro del paquete de reforma
política, hacia la cámara Alta donde se trabó después de una reunión entre
gobernadores y senadores del justicialismo la semana pasada.
Las mujeres de la Cámara de Diputados no se resignan.
Victoria Donda, que días atrás fue anfitriona de Malena Galmarini en el acto de
cierre del congreso de Libres del Sur, prometía ayer empujar el tratamiento de
la media sanción que llegó del Senado. Incluso algunos de sus asesores buscaban
un atajo en el decreto de convocatoria a sesiones extraordinarias donde el ítem
número 4 habilita el tratamiento para diciembre "del Proyecto de Ley por
el cual se introducen diversas modificaciones al Código Electoral
Nacional".
En el Frente Renovador también piden aprobar el 50/50 en las
listas, una bandera que el massismo enarboló en Provincia y quiere hacer
flamear a nivel nacional. Parece difícil que Cambiemos le dé esa posibilidad
cuando Massa y su equipo presionan para imponer condiciones en un proyecto
clave como es la modificación del impuesto a las Ganancias.
Margarita Stolbizer, del GEN, también empuja en ese sentido.
Señalaban en su equipo a este diario que tratarán de sacar la ley. Y confían en
que en Diputados se puede votar la media sanción que llegó desde el Senado y
separada de la reforma electoral. "Pero será necesaria voluntad política
para conseguir mayoría calificada porque no hay dictamen de comisión",
advertía Stolbizer. La ecuación es posible pero no es fácil: dos tercios de los
presentes en el recinto.
Un asesor se esperanzaba anoche: "Hay chances". Y
recordaba la sesión del 19 de octubre en el Senado donde la ley de paridad de
género obtuvo 57 votos a favor y tan sólo dos en contra. Un dato clave son las
dos disidencias: el presidente provisional de la Cámara alta, Federico Pinedo,
y el cordobés Ernesto Martínez. Ambos son de Cambiemos.
Aquel texto introdujo el artículo 60 bis en el Código
Nacional Electoral y fijó la obligatoriedad de intercalar candidatos de ambos
sexos en las listas de legisladores nacionales.
En el Frente para la Victoria también buscan aprobar esa
iniciativa mientras lideran la oposición a la boleta electrónica.
En el bloque de Cambiemos, donde muchas diputadas
(especialmente radicales como Karina Banfi) militan por la paridad, fueron
tajantes: el Gobierno quiere insistir con la reforma electoral, el proyecto
propio, y no contempla el tratamiento de la media sanción. Sin eufemismos
subrayaban: es todo, o nada.
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