Por Gabriel Profiti |
"Te voy a cagar a trompadas", le gritó el hoy
diputados de Cambiemos y ex vicepresidente de la AMIA, Waldo Wolff, a Daniel
Rafecas, luego de que el juez federal les anticipara a un grupo de dirigentes
de la comunidad judía que iba mantener archivada la denuncia del fallecido
fiscal Alberto Nisman contra la expresidenta Cristina Kirchner.
El episodio muestra el nivel de tensión que se vive en los
tribunales respecto de la presentación que hizo el fiscal de la causa AMIA
cuatro días antes de aparecer muerto y que desde hace unas semanas altera a la
Cámara de Casación.
Recopilemos: basado en el Memorandum de Entendimiento con
Irán y sobre la base de escuchas telefónicas, Nisman denunció por encubrimiento
del atentado a la AMIA a los expresidenta, el excanciller Héctor Timerman, el
diputado Andrés Larroque, Luis D’Elía, Jorge Alejandro "Yussuf"
Khalil, el exjuez Héctor Yrimia, Ramón "Allan" Bogado y el líder de
Quebracho, Fernando Esteche.
Tras la muerte Nisman, el fiscal Gerardo Pollicita solicitó
49 medidas de prueba para avanzar con la denuncia, pero Rafecas decidió
archivarla.
El año pasado el magistrado estaba acosado en el Consejo de
la Magistratura por el kirchnerismo -al que iban a sumarse radicales por
antiguas cuentas- pero este año mantuvo la línea de acción pese a que Wolff lo
denunció ante el mismo cuerpo por esta causa.
Frente a los dirigentes comunitarios, Rafecas habría
argumentado que el fiscal fallecido no estaba en su sano juicio.
La decisión del juez fue ratificada por los jueces de la
Sala I de la Cámara Federal Eduardo Freiler y Jorge Ballestero -Eduardo Farah
votó en disidencia- y que también desestimó el fiscal ante la Cámara de
Casación Penal, Javier De Luca.
Paralelamente, el juez federal Claudio Bonadio dio curso a
una denuncia por traición a la patria contra Timerman por haber reconocido en
una conversación que los iraníes con los que se estaba negociando el Memorándum
eran los autores del atentado. Esa causa también está en Casación, en la Sala
IV.
Este año, con la nueva administración, la DAIA, brazo
político de la comunidad judía, buscó desbloquear el archivo de la denuncia de
Nisman señalando que aquella conversación de Timerman comprendía nueva prueba
del encubrimiento.
El derrotero fue el mismo: rechazo de Rafecas, ratificación
de la Cámara Federal y desestimiento de De Luca, aunque el hecho de que la DAIA
pretenda ser querellante habilitó un subterfugio para que la denuncia pueda ser
analizada finalmente por la Sala I de la Cámara de Casación, pese al bloqueo
del fiscal.
La Sala I está presidida por Ana María Figueroa, ligada al
kirchnerismo, al igual que el presidente de la Cámara Alejandro Slokar y De
Luca, activo miembro de la agrupación Justicia Legítima. La completan los
jueces Mariano Borinsky y Gustavo Hornos, quienes actúan como subrogantes.
Estos dos últimos estarían dispuestos a que la denuncia se investigue.
Hay una idea generalizada en tribunales y en la comunidad
judía de que la presentación que hizo Nisman contra Cristina y cía es endeble.
El argumento de que el memorándum se firmó para intercambiar soja por crudo no
es sólido, pero dejó 330 discos compactos de escuchas telefónicas.
Más bien, si hubo un pacto, pudo pasar por una gestión del
entonces presidente venezolano Hugo Chávez para que la Argentina asistiera a
Irán en materia nuclear. "Todos dice que Nisman se había guardado
información para presentarla con el correr de la causa", señalan voceros
comunitarios. Difícil saberlo.
Pero hay condicionantes o agravantes. Este año la Corte
Suprema de Justicia determinó que la justicia federal investigue la muerte de
Nisman, porque sobrevino a causa de su trabajo como fiscal. El expediente lo
tiene el juez Julián Ercolini, a quien la DAIA ya le solicitó que tenga en
cuenta la denuncia de Nisman contra Cristina para ver si puede tener
vinculación con su muerte.
Maniobras y
contramaniobras
En un amplio entramado de querellantes, defensores, jueces y
fiscales, uno y otro sector tejen estrategias para lograr el avance o el
bloqueo de la causa, mientras que la verdad y la justicia parecen accesorias
detrás de la pelea política.
En ese contexto, el fiscal De Luca solicitó que se desestime
el pedido de la DAIA de ser querellante por cuestiones formales y el abogado de
Timerman, Alejandro Rúa, solicitó la recusación de todos los jueces que se
hayan excusado en alguna las múltiples causas derivadas del atentado a la AMIA.
Si prosperaba el planteo, solo era posible que intervinieran
Ana María Figueroa, presidenta de la Sala I y Angela Ledesma, dos camaristas
que vienen votando en sintonía con el kirchnerismo.
El pedido fue rechazado por la Sala IV que analiza la causa
por traición a la patria y también integran Borinsky y Hornos junto a Juan
Carlos Gemignani. Ahora debe ser analizado por la Sala I, pero Figueroa decidió
excusarse a raíz de las publicaciones que hicieron foco en la pulseada y
solicitó a sus pares que la sigan.
Hornos y Borinsky se abocaban este fin de semana a resolver
la cuestión. Lo más probable es que no se excusen, rechacen la recusación y
admitan como querellantes a la DAIA. En esa línea, reabrirían la investigación
contra Cristina.
Si eso ocurre, habrá que ver si el caso vuelve a Rafecas o
si se sortea un nuevo juez. Es probable, sin embargo, que la decisión judicial
termine en la Corte por el recurso extraordinario de uno o en queja del otro.
El máximo tribunal resolvería el año próximo.
Si la denuncia sigue bloqueada, Bonadio la asumirá por la
conexidad de la "traición a la patria": "Terminaría investigando
el bombardeo de Hiroshima a partir de un tiroteo en la esquina", graficó
un hombre cercano a los expedientes.
Dentro de esta pulseada a Fernando Esteche, acusado por
Nisman, se le ocurrió decir que los jueces deben abstenerse de investigar a
Cristina Kirchner porque "pueden aparecer muer..."
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