El combinado
albiceleste obtuvo la Ensaladera de Plata
por primera vez en su historia.
Grandes victorias de Del Potro y Delbonis.
Con el triunfo de Federico Delbonis sobre Ivo Karlovic, la Argentina obtuvo la Copa Davis por primera vez en su historia. |
Deportes - El
2016 fue el año en que finalmente Argentina se metió en el Olimpo del tenis.
Luego de cuatro finales perdidas, el equipo nacional se consagró campeón de la
Copa Davis por primera vez en su historia al superar en condición de visitante
a Croacia en la serie decisiva. Se trata de la primera vez que el país se alzó
con la Ensaladera de Plata en los 116 años de vida del certamen.
El combinado "Albiceleste" estuvo integrado por
Juan Martín del Potro, Federico Delbonis, Leonardo Mayer y Guido Pella, en
tanto que Daniel Orsanic se desempeñó como capitán. Con un ajustado pero
heroico triunfo por 3-2 en el Zagreb Arena, todo ellos imprimieron sus nombres
en lo más alto del tenis argentino. A la consagración se suman Renzo Olivo,
Carlos Berlocq y Juan Mónaco, quienes no estuvieron en la final pero
participaron de las series preliminares.
La historia comenzó a escribirse el viernes, con la disputa
de los dos primeros singles. Delbonis saltó a la cancha para jugar ante Marin
Cilic, el tenista número uno de Croacia. Aunque el local logró una clara
diferencia en los dos primeros parciales, el tenista de Azul se repuso e igualó
el partido, pero no puedo evitar la caída ante el número seis del ranking en el
quinto parcial.
Argentina comenzó con el pie izquierdo, pero Del Potro iba a
traer tranquilidad. El tandilense impuso su jerarquía y, con su victoria en
cuatro sets ante Ivo Karlovic, dejó la serie 1-1 al final de la primera
jornada.
La caída en el dobles iba a complicar el panorama argentino.
Orsanic dispuso que Del Potro juegue el sábado junto a Mayer, pero la presencia
del as de espadas "Albiceleste" no pudo evitar la derrota ante la
sólida dupla croata integrada por Cilic e Ivan Dodig.
El domingo traería la consagración argentina, aunque no sin
pelea. En el primer duelo, se enfrentaron las dos primeras raquetas de ambos
países. Del Potro perdía los dos primeros sets ante Cilic y parecía que la
ilusión se desvanecía, pero el tandilense demostró una vez más su inigualable
capacidad de superación para ganar tres parciales en fila, quedarse con el
partido e igualar la serie 2-2.
Toda la responsabilidad del cierre recayó en Delbonis, quien
debió enfrentar al gran sacador Karlovic y logró el triunfo consagratorio.
Todo fue emoción y festejos. Tras las decepciones de las
finales perdidas en 1981, 2006, 2008 y 2011, Argentina por fin quebró el
maleficio y gritó campeón. De una vez por todas, la historia hizo justicia con
la jerarquía del tenis nacional.
El triunfo de
Delbonis
Los milagros existen: acorralada y a centímetros de la derrota,
la Argentina reaccionó este domingo con una extraordinaria actuación de Juan
Martín Del Potro y una sólida definición de Federico Delbonis para conquistar
la Copa Davis por primera vez en su historia.
Delbonis, 41 del ranking mundial, sumó el punto decisivo
para el 3-2 con un 6-3, 6-4 y 6-2 sobre Ivo Karlovic, 20 de la clasificación.
Un par de horas antes, Del Potro cerraba una actuación que
ya está grabada como una de las mayores hazañas del tenis nacional.
En un electrizante partido, el tandilense volvió de lo que
parecía una derrota consumada para imponerse a Marin Cilic, número seis del
mundo, por 6-7 (4-7), 2-6, 7-5, 6-4 y 6-3 y cerrar la batalla de cinco horas
con el meñique izquierdo fisurado.
"Si todo esto termina bien, va a haber sido la victoria
más importante de mi vida", diría Del Potro mientras Delbonis aún luchaba
por la victoria.
Terminó bien: la Argentina logró ganar el trofeo tras cuatro
finales perdidas y se suma como decimoquinto país campeón en la historia de un
torneo que todas las grandes potencias del tenis ya habían alzado al menos una
vez.
Delbonis, derrotado tres de las cuatro veces que se había
medido con el gigante Karlovic (2,11 metros y dueño de un saque devastador),
jugó el partido más importante de su vida y respondió a la perfección.
El jugador de Azul entró a la cancha decidido a mandar, a no
jugar a merced del dictado arrasador de Karlovic, y lo logró para que 4.000
argentinos en el Arena Zagreb estallaran en una gran fiesta, en el cierre de un
año deportivo que entregó sinsabores con la selección de fútbol.
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