El expresidente
uruguayo estaba en grave estado luego
de sufrir un golpe en la cabeza. Duelo
oficial.
Uruguay - El
expresidente Jorge Batlle falleció en el CTI del Sanatorio Americano como
consecuencia del grave estado en el que se encontraba tras sufrir un fuerte
golpe en la cabeza, durante una visita en Tacuarembó.
El Poder Ejecutivo decretó duelo oficial para el martes 25
con honras fúnebres y bandera a media asta en todas las reparticiones del
Estado, tanto dentro del país como en el exterior tras su fallecimiento.
El velatorio se realizará desde las 8:30 horas hasta las
14:00 en el Salón de los Pasos Perdidos. A las 15:00 saldrá un cortejo para la
Casa del Partido Colorado y se detendrá antes de seguir al Cementerio Central
donde será enterrado a las 16:30 horas.
Jorge Batlle fue abogado, político del Partido Colorado y un
actor importante en la política uruguaya desde la década de 1960 hasta inicios
del siglo XXI. Electo Presidente de la República entre 2000 y 2005.
Su vida desde siempre estuvo signada por la política. Nació
el 25 de octubre de 1927, hijo de Matilde Ibáñez y de Luis Batlle Berres, quien
fuera presidente de la República entre 1947 y 1951, presidente del Consejo
Nacional de Gobierno (1955) y consejero nacional (1956-1959).
Candidato presidencial en las elecciones de 1971, fue
derrotado por Juan María Bordaberry, a quien respaldaba el entonces presidente
colorado Jorge Pacheco Areco. La Lista 15, que entonces era blanco de todo tipo
de ataques por parte de la extrema izquierda y de la extrema derecha, integró
el gabinete de Bordaberry.
El 25 de octubre de 1972 Jorge Batlle denunció públicamente
que en una repartición militar se realizaban averiguaciones ilegales sobre
presuntas corruptelas políticas y que pretendían desprestigiarlo. Fue procesado
por la justicia militar por el delito de “ataque a la fuerza moral del
Ejército” y permaneció dos meses en prisión.
La Lista 15 retiró a sus tres ministros del gabinete de
Bordaberry, entre los que se hallaba Julio Sanguinetti (en Educación y
Cultura).
Al día siguiente del golpe de Estado del 27 de junio de 1973
los militares impidieron la distribución de Acción, que debió cerrar, en tanto
radio Ariel fue vendida para pagar las deudas del periódico. Jorge Batlle fue
proscripto formalmente por la dictadura en 1976 mediante el Acto Institucional
Nº 4 que, con la firma del presidente Aparicio Méndez, prohibió la actividad
política a miles de ciudadanos que habían sido candidatos en las elecciones
nacionales de 1966 y 1971.
No cesó jamás de realizar actividades políticas. Integró la
dirección clandestina de su partido, hizo campaña contra la reforma
constitucional impulsada por el régimen en 1980, apoyó al sector de Sanguinetti
en las elecciones internas de los partidos de 1982 y fue desproscripto el 13 de
noviembre de 1983, en pleno proceso de apertura democrática.
Respaldó el acuerdo del Club Naval de agosto de 1984 y en
las elecciones nacionales de noviembre de ese año apoyó la fórmula
Sanguinetti-Enrique Tarigo, que resultó triunfadora, en tanto él fue electo
senador.
En 1988 resistió la intención de Sanguinetti de que Tarigo
fuera el candidato presidencial del oficialismo (“siento como si me hubieran arrancado
un brazo”, afirmó en alusión a su antiguo socio político) y forzó la
realización de elecciones internas en el Partido Colorado.
Al año siguiente se casó con Mercedes Menafra y en las
internas de mayo derrotó a Enrique Tarigo con el 56,3% de los votos. Hizo una
campaña electoral provocadora y perdió la presidencia por amplio margen ante el
blanco Luis A. Lacalle.
De nuevo candidato casi forzado en 1994, obtuvo una magra
votación, aunque contribuyó al triunfo de Julio Sanguinetti, quien asumió por segunda
vez la Presidencia de la República para el período 1995-2000.
Fue senador hasta 1998 y respaldó la reforma constitucional
de 1996, que introdujo la candidatura única por partido, el sistema de balotaje
y las elecciones municipales separadas de las nacionales.
En 1999 desafió de nuevo al delfín de Sanguinetti, esta vez
Luis Hierro López, y lo derrotó en las internas de abril. El Partido Colorado
se encolumnó rápidamente tras la fórmula Batlle-Hierro y en octubre obtuvo el
segundo lugar (32,8% de los sufragios) tras el frenteamplista Tabaré Vázquez
(40,1%). En el balotaje disputado el 28 de noviembre la fórmula colorada
Batlle-Hierro, con el respaldo del Partido Nacional, se impuso a la
frenteamplista Vázquez-Rodolfo Nin Novoa con el 54,13% de los sufragios contra
el 45,87%.
Jorge Batlle había alcanzado por fin la Presidencia de la
República en el quinto intento y tras más de medio siglo de acción política. Pero,
de alguna manera, sus tribulaciones –y las de un país– recién se iniciaban.
Una de sus primeras acciones fue crear una Comisión para la
Paz que hasta 2003 investigó decididamente sobre la suerte de 26 desaparecidos
durante el régimen dictatorial. Intentó profundizar la apertura de la economía
uruguaya, reformar el Estado y combatir los monopolios estatales, aunque
encontró una cerrada oposición de la izquierda y, en ocasiones, del sector de
Sanguinetti.
El 7 de diciembre de 2003 el 62% de la población votó en un
referéndum a favor de derogar una ley que permitía a la petrolera estatal Ancap
asociarse con operadores privados.
Aceptó la instalación en Fray Bentos de una planta de
celulosa de la finlandesa Botnia, crucial para sostener el desarrollo de la
forestación, lo que implicó un grave deterioro de las relaciones con Argentina.
La detección de focos de aftosa en 2001 dejó a Uruguay fuera
de los mercados de carnes más refinados.En abril de 2002 rompió relaciones con
Cuba luego de un intercambio de declaraciones con Fidel Castro.
El talón de Aquiles fue la economía. Uruguay había entrado
en recesión a fines de 1998, la que se profundizó a partir de enero de 1999,
cuando Brasil devaluó su moneda, el real, y afectó profundamente el comercio
regional y hundió al Mercosur, hacia el que se dirigía el 50% de las ventas
uruguayas.
El ajuste que debió iniciar en 2000 por el lado del gasto,
terminó haciéndose de mala manera, por el lado de los ingresos, mediante
sucesivos y desesperados aumentos de impuestos en 2002. Ese año el déficit
fiscal se había vuelto un torrente.
En 2001 Argentina cayó en una gravísima crisis económica con
derivaciones políticas, y en 2002, tras los problemas del Banco Galicia, los
argentinos comenzaron a retirar sus depósitos en la banca uruguaya, que
representaban al menos la tercera parte del total. La corrida, agravada por la
comprobación de fraudes en los bancos Comercial y Montevideo, derivó en un
feriado bancario el 30 de julio de 2002, la intervención de varias
instituciones y la retención (“corralito”) de depósitos, cuya devolución se
reprogramó.
Pese a la reticencia del Fondo Monetario Internacional a
asistir al Estado uruguayo, cuyas cuentas estaban deshechas, Batlle logró evitar
la quiebra del sistema bancario gracias a un crédito directo y de corto plazo
del Tesoro de Estados Unidos por US$ 1.500 millones, beneficiándose de su
relación privilegiada con el presidente George W. Bush.
Si bien muchas acciones de su gobierno pueden ser vistas en
perspectivas bajo luces favorables, su carácter y su locuacidad provocaron
graves problemas y críticas; como cuando aseguró en agosto de 2002 ante el
secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O’Neill: "We’re
fantastic"; o calificó a los argentinos de "una manga de ladrones del
primero al último", para luego concurrir a la Casa Rosada a pedir
disculpas públicamente, entre lágrimas, ante el presidente argentino Eduardo
Duhalde. (Una amplia gama de hechos y anécdotas de ese tiempo fueron recogidas
en el libro Con los días contados, del periodista Claudio Paolillo.)
La producción y el salario real se hundieron, muchas
empresas se arruinaron, la desocupación trepó al 20% y la emigración
experimentó un gran salto. La moneda uruguaya se devaluó abruptamente el 20 de
junio.
A pedido de los líderes del Partido Nacional, entre julio y
agosto de 2002 renunciaron el presidente del Banco Central, César Rodríguez
Batlle, y luego el ministro de Economía, Alberto Bensión, quienes fueron
sustituidos por Julio de Brun y Alejandro Atchugarry.
Atchugarry fue un ministro político que tejió con paciencia
delicados puentes con la oposición, que –al apreciar sus grandes posibilidades
de heredar el gobierno y la debacle política argentina– se cuidó de empujar el sistema
económico e institucional hacia el precipicio.
La situación bancaria comenzó a regularizarse y en 2003 se
concretó el canje voluntario de deuda pública con los acreedores, cambiando el
perfil de los vencimientos, con lo que el gobierno logró evitar el default.
La economía comenzó a recuperarse vigorosamente a principios
de 2003, en un proceso sostenido que continuaba en 2013 gracias a una firme
demanda externa de materias primas.
La crisis de 2002 fue un tiempo signado por el miedo, la
angustia y la incertidumbre. El presidente, proclive a las ideas repentinas y a
la improvisación, pareció un capitán a veces brillante y otras veces
profundamente destructivo, lo que le significó una aguda caída de su
popularidad (en 2004, al final de su mandato, sólo 1% de los uruguayos aprobaba
su gestión).
En los comicios nacionales de 2004, en los que el Frente
Amplio triunfó por primera vez y el Partido Colorado cosechó el peor registro
de su historia (10,34%), Jorge Batlle obtuvo una banca en el Senado, que sin
embargo cedió a Isaac Alfie. El presidente electo, Tabaré Vázquez, le ofreció
el cargo de embajador ante Estados Unidos pero lo rechazó.
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