Por Gabriel Profiti |
Con su decisión de continuar realizando ejercicios militares
en las Islas Malvinas, el Reino Unido reiteró patrones de comportamiento
basados en decisiones unilaterales y llevados a cabo tanto ante gobiernos
argentinos dialoguistas como hostiles.
El anuncio tensó nuevamente las relaciones bilaterales, a
poco de que el Gobierno de Mauricio Macri tanteara un acercamiento a Londres,
esbozado en una declaración conjunta que pareció desfavorable a la Argentina y
generó múltiples críticas.
Traducido: la nueva administración ya había pagado un costo
político interno por esas gestiones -enmarcadas por el intento de la canciller
Susana Malcora de convertirse en secretaria general de Naciones Unidas- y pocas
semanas después el Reino Unido ratifica su patrón belicista sobre el
archipiélago.
En esa línea se inscribe la dura respuesta del vicecanciller
Carlos Foradori, quien señaló que en la Argentina "no gobierna más
Leopoldo Fortunato Galtieri", por lo que no hay ninguna razón para probar
el sistema de defensa de la base aérea de Malvinas.
Aclaró que los términos de la declaración conjunta se
mantienen, pero el intento de que las acciones vinculadas a las islas no
afecten el resto de la relación es de difícil cumplimiento. Londres vetó a
Malcorra por ese trasfondo.
Los ejercicios que incluyen el lanzamiento de prueba de
"misiles de corto alcance" se repiten dos veces por año, indicaron
voceros de la Cancillería británica para relativizarlos.
Este año y en 2015 solo hubo uno. Las pruebas son anunciadas
a los organismos internacionales para que estén advertidas embarcaciones y
aeronaves comerciales.
La última gran crisis bilateral a partir de estas maniobras
militares se dio en 2014. El año pasado hubo un ejercicio que no levantó
polvareda y este año, el primer operativo del ministerio de Defensa británico
estaba previsto para abril y fue pospuesto, aunque las razones no fueron
informadas.
Más allá de su condición rutinaria incumplen resoluciones de
Naciones Unidas que insta a las partes a evitar ese tipo de acciones mientras
no esté resuelto el conflicto por la soberanía.
Gran Bretaña ya había incumplido acuerdos sobre pesca e
hidrocarburos firmados bajo la fórmula del "paraguas de soberanía"
durante los gobiernos de Carlos Menem o Eduardo Duhalde y motivó a los gobiernos
kirchneristas a darlos de baja.
Macri es el presidente argentino desde diciembre. Theresa
May asumió este año como primera ministra británica tras la renuncia posterior
a la victoria del Brexit de David Cameron y Antonio Guterres acaba de ser
ungido secretario general de Naciones Unidas. Ante él protestará la Argentina
ahora.
Cambian los actores, pero no la rutina.
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