Así lo determina un
peritaje oficial que se presentará a la Justicia en forma inminente; el informe
complicaría aún más la situación judicial de Cristina y de sus hijos.
Por Hugo Alconada Mon
Las firmas del ex presidente Néstor Kirchner en los libros
societarios de la empresa familiar Hotesur son falsas. A esa conclusión se
encaminan los peritos calígrafos que convocó la Justicia, quienes presentarán
su dictamen de manera "inminente", según pudo saber La Nación sobre
la base de testimonios y documentos.
La confirmación de la existencia de esas firmas falsas en
los libros de Hotesur -controlante del hotel Alto Calafate- complicaría aún más
la defensa de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y de sus hijos.
En particular, de Máximo Kirchner, actual diputado nacional y referente de La
Cámpora.
El dictamen de los peritos terminó de tomar forma el viernes
pasado. Pero los expertos oficiales -uno de la Corte Suprema de Justicia, Juan
Santiago Rattaro, y otro de la Policía Federal, Alejandro Centofanti-, junto
con otro propuesto por la defensa de los Kirchner, José María Buitrago, no
avanzaron sobre las fechas en que pudieron falsificarse esas firmas ni sobre
las tintas utilizadas para cada rúbrica.
El peritaje parecería confirmar la sospecha de la
adulteración dolosa de los libros para justificar a posteriori negocios
irregulares y un potencial lavado de dinero.
Los expertos no precisaron si las firmas pudieron
estamparse, todas con la misma birome, tras la muerte del ex presidente, en
octubre de 2010.
Ésta no sería la primera vez que las firmas de Kirchner
quedaran bajo sospecha. En 2004 también se inició una causa penal por su
presunta falsificación en los decretos 737/03 y 790/04. En esos textos, el
entonces presidente ordenó abrir un sumario militar a tres generales de la
dictadura -Reynaldo Bignone, Ramón Díaz Bessone y Albano Harguindeguy-, que
habían defendido la represión en un programa televisivo. Pero en esa ocasión
las sospechas se diluyeron y la causa terminó en el archivo.
Esta vez, la primera en cuestionar la autenticidad de las
firmas del ex presidente y de los libros societarios de Hotesur fue la diputada
nacional Margarita Stolbizer, a fines de 2015. El fiscal federal Carlos
Stornelli compartió estas sospechas y pidió un peritaje caligráfico.
Las sospechas se centran en dos episodios concretos. El
primero, las horas que siguieron a los allanamientos que ordenó el juez federal
Claudio Bonadio en Río Gallegos, el 13 de julio de 2015, cuando colaboradores
de la presidenta de Hotesur y sobrina de Néstor Kirchner, Romina Mercado,
pidieron 48 horas para entregar los libros societarios o comerciales.
¿Aprovecharon ese tiempo para retocar esos registros?
El segundo episodio bajo sospecha ocurrió entre el 3 y el 11
de noviembre de ese año, cuando tras el apartamiento de Bonadio y con la causa
Hotesur ya en manos del juez federal Daniel Rafecas, la defensa de Mercado
solicitó copias de esos libros. El juez accedió y la defensa retiró los originales
de Prefectura -a cargo de su custodia-, sin que se dejara constancia de nada
llamativo al llevárselos. Pero cuando los devolvieron el personal de Prefectura
indicó que aparecían "enmiendas y tachaduras".
¿Esas correcciones eran previas pero no se había dejado
constancia de ellas? ¿O los acusados aprovecharon la oportunidad para
adulterarlos, como de inmediato sospecharon Stolbizer y el fiscal Stornelli?
Rafecas optó por rechazar las acusaciones, pero recién lo
hizo tras la feria judicial de enero de este año y dos días después se declaró
incompetente, por lo que giró parte de la pesquisa a su colega Julián Ercolini.
Para entonces, la familia Kirchner ya había publicado en el
Boletín Oficial del 1° de diciembre de 2015 un cambio de autoridades en Hotesur
y el contador histórico de la familia, Víctor Manzanares, se presentó ante la
IGJ para registrar esa novedad. Según informó, esa renovación habría ocurrido
en marzo, pero recién nueve meses después se lo comunicó al organismo.
Ya con el cambio de gobierno en marcha, la IGJ optó por no
inscribir ese trámite. Por el contrario, consignó múltiples
"observaciones". Entre otras, diferencias en "la cantidad de
acciones depositadas", "dos montos" de "capital social
inscripto", como también "fechas de registros distintos".
También señaló que faltaban "datos de inscripción del directorio que
convocó a la asamblea" y que la solicitud presentada incumplía con una
resolución del organismo.
¿Por qué Stolbizer concentró energías en estos episodios?
Porque sospechó que la supuesta adulteración de los libros de la controlante
del hotel Alto Calafate podría entorpecer la investigación por presunto lavado
en marcha contra los Kirchner, además de configurar otro delito: la presunta
adulteración de medidas de prueba.
De Rafecas a Ercolini
Para Rafecas, sin embargo, el planteo de Stolbizer fue
infundado. Consideró que sólo pretendía "sembrar dudas donde de modo
alguno las hay", ya que "toda la documentación correspondiente a
estas actuaciones se encuentra bajo estricto resguardo", planteo que
reiteró y amplió luego ante la consulta de LA NACION.
En su resolución, Rafecas no sólo defendió su actuación, la
de su juzgado y la de Prefectura, sino que también elogió al abogado de
Mercado, Carlos Beraldi, quien también defendía a la ex presidenta en la
pesquisa sobre las operaciones de dólar futuro.
Sin embargo, tras declararse incompetente Rafecas, el nuevo
juez a cargo de la pesquisa, Julián Ercolini, ordenó en agosto de este año un
peritaje caligráfico y scopométrico sobre los libros de Hotesur y las firmas de
la familia Kirchner.
Ercolini ordenó ese peritaje a pedido de los nuevos fiscales
a cargo de la pesquisa, Gerardo Pollicita e Ignacio Mahiques. Estimó que debían
investigarse "ciertas anomalías" en esos documentos. Entre otras,
"tachaduras, enmiendas, sobreescrituras".
Ercolini encomendó el trabajo al Cuerpo de Peritos
Calígrafos de la Corte Suprema -liderado por el decano Guillermo Anzorena- y a
la División Scopometría de la Policía Federal, a los que se sumó el perito
calígrafo propuesto por la defensa.
Durante los últimos dos meses, esos peritos evaluaron
"el contenido de las inscripciones originales que lucen en las fojas
tachadas, raspadas o tapadas con corrector líquido" -es decir, Liquid
Paper (ver aparte)- y "la totalidad de las inscripciones manuscritas"
de los libros objetados desde noviembre de 2008, cuando los Kirchner tomaron el
control de Hotesur.
Ercolini también ordenó a los peritos que determinaran si
las firmas de 13 personas que integraron el directorio de Hotesur
"resultan ser de puño y letra de los nombrados o, por el contrario, si
resultan apócrifas". Entre otras, las de Néstor, Máximo y Florencia
Kirchner, y Mercado. También las rúbricas de la hermana de la ex presidenta,
Gisela Fernández, y las de la esposa y el socio de Máximo Kirchner, María García
y Osvaldo "Bochi" Sanfelice. Ahora se conocerán los resultados.
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