"Las mujeres que
llegaron al poder
me defraudaron"
Acher: "Al varón no le gustan las humoristas porque tiene miedo que se rían de él". |
Por Carmen Coiro
Es la experta Doctora Diu, pero también la atolondrada
Chochi la Dicharachera, la hija de una madre difícil y la madre de un
adolescente impaciente, princesa judía, vedette, encuestadora... Gabriela Acher
es una y todos sus personajes que tienen un común denominador: el humor
feminista.
Muchos años antes de que la serie Sex and the City revolucionara el mundo de la televisión, la
actriz, escritora y productora uruguaya Gabriela Acher sacudía a las audiencias
argentinas con sus desenfadadas, agudas y ácidas, pero no menos hilarantes
observaciones sobre la misteriosa relación entre hombres y mujeres. Recorrió un
largo camino que la encuentra hoy, "sexygenaria" en plenitud, con
nuevos proyectos, actuaciones unipersonales y tal vez, más libros, que le
añadieron una satisfacción impensada a su prolífica carrera, con una
repercusión aún mayor, dice ella, que la que obtuvo en televisión.
Acaba de lanzar ¿Qué
hace una chica como yo en una edad como esta?, y ya es un éxito en ventas,
como los fueron sus anteriores La guerra entre los sexos está por acabar o El
amor en los tiempos del colesterol, entre otros.
Se fraguó entre los humoristas más finos, como los uruguayos
que crearon la inolvidable Telecataplum, pero siguió su camino sola sembrando
risas y reflexiones y convirtiéndose en una auténtica vanguardista en el
género.
En su diálogo con 3Días, la actriz y escritora habla
sobre los pro y los contras de hacer humor propio, aporta su mirada sobre la
violencia de género y revela su desilusión porque las líderes que en el mundo
llegaron al poder no lograron aún instalar la defensa y protección a la mujer.
-¿Qué es para vos el humor?
-Fue mi salvoconducto, medicina en estado puro, siempre me
ayudó a sobrellevar cualquier circunstancia y me salvó del destino de ser la
figurita, la actriz que hace el humor de los demás y depende del libreto de
otros.
-El humor relacionado con la cuestión sexual, como tu Doctora Diu, fue
vanguardista.
-La Doctora Diu era una tremenda, la hice hace 25 años, y
creo que hasta hoy no se habla así, con todo lo que hemos pasado las mujeres.
Era una defensora acérrima de las mujeres, una loca total, pero adelantadísima
a su época.
-¿Tuviste problemas en tu vida o tu trabajo por haberte anticipado en
el abordaje de esos temas?
-Con respecto al trabajo no, pero con respecto a los
hombres, sí. Era demasiado revolucionaria para la época. Siempre fui muy
atractiva para los varones, antes de escribir, pero cuando empecé a expresar
mis pensamientos más profundos, empecé a tener dificultades en las relaciones.
-¿Para los hombres la belleza femenina junto a la inteligencia no es
tan tolerable?
-A la inteligente la pueden soportar, pero no soportan el
feminismo y el humor. Una vez se hizo una encuesta en una universidad en los
EE.UU. en la que les preguntaban a mujeres y varones qué era a lo que más le
temían. La mayoría de las mujeres respondieron que lo que más temían era la violencia
física, mientras los varones dijeron que lo que más los asustaba era que se
rieran de ellos.
-¿Tanto rechazan los hombres al humor femenino?
- Creo que es por eso que hay pocas mujeres humoristas. No
han profundizado en ese género porque al varón no le gusta, tiene miedo de que
se rían de él y es muy posible que eso suceda.
-¿Qué opinás sobre los movimientos y manifestaciones que están
realizando las mujeres contra la violencia de género?
-Me parece muy bien que se esté visibilizando el tema. Es
tremendo lo que está pasando, no solo aquí sino en el mundo. Es desesperante, y
creo que tiene que ver con el feminismo. La periodista estadounidense Susan
Faludi, que ganó un Pulitzer, escribió un libro que se llama Reacción. La
guerra no declarada contra la mujer moderna, donde dice que cada vez que el
feminismo hace un avance, la sociedad entera retrocede, genera como una fuerza
de reacción hacia atrás. Cita la película Atracción fatal, donde se muestra a
una mujer independiente, autónoma, segura de sí misma, como una bruja que te va
a hacer daño.
-¿Y cómo ves la situación de la violencia de género hoy?
- Siento que ahora en el mundo está habiendo reacción al
hecho de que las mujeres estamos más cocoritas, independientes, sueltas de
lengua; no estamos aguantando el mismo trato que antes y creo que hay una
reacción generalizada en ciertos varones que no pueden tolerar a estas mujeres
hasta el punto de que las matan.
-¿Los casos de violencia de género aumentaron o están siendo más
difundidos?
-Las dos cosas. Aumentaron y se habla más de eso, pero aún
no lo suficiente. En el epílogo de mi último libro hablo de esto, de la
esperanza que tenía en las mujeres en el poder, y ahora, que hay tantas
presidentas, me han defraudado, no han hecho lo que tenían que hacer por la
salud íntegra de las mujeres y los niños. No sirve sólo que una presidente sea
mujer, también tienen que tener conciencia de género para ocuparse de esos
temas.
-¿Cristina Kirchner tenía conciencia de género?
-Prefiero no opinar. Como dice Woody Allen, un actor no
tiene que opinar de política porque si no, pierde a la mitad del público...
-¿Hay alguna líder femenina que te parezca interesante?
-Me gusta mucho Michelle Obama, que aunque no es presidente,
sí tiene mucha influencia. Me gusta mucho más que Hillary Clinton, pero todavía
no encuentro un modelo de mujer en el poder que se ocupe de las mujeres.
-¿Si ganara Donald Trump en los EE.UU. qué sentirías?
-Me suicido. Me tiro por el balcón. Lo peor que le podría
pasar al mundo. Pero te aseguro que no va a ganar.
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