Por Gabriel Profiti |
El Foro de Inversión y Negocios sirve al Gobierno, de
mínima, para que los elogios sobre "la nueva Argentina" que la crema
del mundo reparte en reuniones internacionales tengan una caja de resonancia
local, donde el clima económico es adverso.
Según publicó la consultora Management&Fit, los índices de optimismo político y económico
se desplomaron en las últimas semanas, justo cuando la administración macrista
ve el punto de quiebre para una reactivación que se hace esperar.
La agenda económica estuvo dominada recientemente por los
vaivenes en las tarifas de gas y luz, junto con índices de pobreza,
desnutrición infantil, desempleo, consumo y ventas minoristas, empeorados
durante estos nueve meses de gobierno.
Todas esas pálidas fueron enmarcadas por movilizaciones,
principalmente de la izquierda, el kirchnerismo y el sindicalismo duro, en
tanto la CGT reunificada suma argumentos para lanzar un paro general en el
congreso del próximo 23.
Un auténtico parto con dolor que para los nuevos gestores
del poder era necesario atravesar a fin de alumbrar un país distinto, "sin
cepo, sin default, sin inflación y conectado con el mundo". Ese fue el eje
del discurso que dio el Presidente al abrir el Foro ante unos 1900 empresarios
de 67 países del mundo.
En el inicio de la reunión empresarial, el Indec difundió el
índice de precios de agosto de solo 0,2%, tendencia bajista acelerada por el
freno al aumento de tarifas.
Según los voceros oficiales, ese es el primer peldaño para
volver a crecer, junto con otros factores como la incipiente reactivación de
Brasil, la inversión "millonaria" en obra pública o la producción
agropecuaria "récord".
Otros ítems que todavía se tornan dudosos para el prometido
nuevo ciclo son el crecimiento del consumo -los salarios y jubilaciones se
acercarían a la inflación a fin de año según el discurso oficial- y la
"lluvia" de inversiones.
En materia económica las "expectativas" juegan un
papel central. En los primeros paneles empresariales y en las reuniones con
funcionarios, los líderes de las multinacionales desparramaron elogios para
Macri y prometieron inversiones, pero al mismo tiempo deslizaron dudas
subyacentes sobre "la estabilidad política" de cara al próximo turno
electoral y la "competitividad" del país.
El gobierno promete encarar la competitividad sin afectar el
poder adquisitivo de los salarios, vía reducciones impositivas, la búsqueda de
"eficiencia" laboral y logística y una reinserción internacional
"inteligente", entre otros cambios estructurales.
No obstante, cosechó muchas objeciones un primer intento
llevado al Congreso por el proyecto de ley de Primer Empleo, al que seguirá
otro sobre reforma de la Ley de Riesgos del Trabajo para reducir la
"industria del juicio".
Para Macri el modelo es Australia, país que multiplicó su
PBI en dos décadas desde 1983 (registró en 2015 un PBI per cápita de 50.962
dólares, mientras que el de la Argentina fue de 13.589 dólares, según el Fondo
Monetario Internacional).
Pero claro, en el mecano argentino esas reformas dejarán
heridos en distintos sectores y dependen de muchos factores, empezando por la
"estabilidad política" y la contención social.
Paolo Rocca, cabeza del holding industrial más importante
del país, habló en el foro de acuerdos políticos amplios para trabajar sobre
bases firmes. Parece todo muy ambicioso. Primero habrá que mejorar las
expectativas y empezar a mostrar otros índices.
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