Por Carlos Gabetta (*) |
La ola mundial de oposición judía al manejo de los asuntos
del Estado de Israel va cuajando al ritmo que cuaja la sensación de que éste
puede acabar sumido en el aislamiento internacional y graves conflictos
internos. Para el progresismo judío la conclusión es obvia: peligra el Estado
de Israel y la cultura judía corre el riesgo de un retroceso; del descrédito.
El lunes pasado, Schlomo Ben Ami, ex ministro de Relaciones
Exteriores de Israel, advirtió en Clarín sobre la posibilidad de que Estados
Unidos reduzca a mínimos o acabe abandonando su alianza con Israel. Tanto la
derecha como la izquierda estadounidenses –por obvias distintas razones y con
distintos métodos y objetivos– exhiben esa tendencia.
El progresivo aislamiento internacional de Israel, ya
detallado aquí
(http://www.perfil.com/columnistas/Hacia-donde-va-el-Estado-de-Israel-20150530-0040.html),
está provocando una positiva reacción judía mundial incipiente en sus formas y
organización, pero ya de proporciones y muy dinámica.
La acelerada fascistización de la teocracia –calificativos
en boca de judíos prominentes– presidida por Benjamin Netanyahu (entre sus
últimas “medidas” figura el veto a la ayuda a los niños refugiados), precipita
esta evolución. En Israel, la asociación Breaking the Silence (Rompiendo el
silencio), formada por más de mil ex combatientes, publicó en Le Monde del
20-5-15 un comunicado de título explícito: “Nosotros, militares israelíes,
llamamos a Israel a detener la estrategia de ocupación”.
En la última edición del periódico argentino Nueva Sion, el
periodista argentino-israelí Shlomo Slutzky da cuenta de un Pacto Solidario
Alternativo; una propuesta pacifista que conecta a Israel y Latinoamérica. Dice
Slutzky: “En 2008 se creó en Estados Unidos JStreet (Calle judía), una ONG que
reúne a estadounidenses que apoyan a Israel y la paz, rompiendo el monopolio
del lobby pro israelí Aipac, que apoya incondicionalmente al gobierno israelí.
JStreet cuenta hoy con unos 250 mil miembros que apoyan al Estado de Israel,
pero no se comprometen con su gobierno, al que solicitan dar pasos por la paz y
critican por haber hecho lo contrario desde 2009. Hay varios movimientos
parecidos en Europa (…). Junto con un grupo de israelíes de origen
latinoamericano decidimos proponer una alternativa adecuada a la realidad
latinoamericana. Un pacto entre quienes compartimos los mismos ideales, tanto
en Israel como en Latinoamérica. Una alianza de judíos latinoamericanos
comprometidos con la justicia social en su propio país y en el mundo, con
quienes desde Israel luchamos por los mismos ideales, en aras de la paz y la
Justicia en Medio Oriente, sobre la base de ‘Dos Estados para dos pueblos’. Una
alianza basada en la posibilidad de defender el derecho a la existencia en paz
y seguridad del Estado de Israel, sin necesariamente aceptar cada decisión de
su gobierno de turno”. Fin de la cita.
El prominente judío George Steiner dijo algo así como que
desde que tienen un Estado, los judíos deben asumir un cambio no sólo práctico,
sino también cultural. Pasaron a dejar de ser la excepción; a ser iguales a los
demás también en ese aspecto. O sea, que tendrán que comenzar a adaptarse y
resolver todos los conflictos de cualquier cultura que dispone de un Estado. La
confrontación de derechas e izquierdas y sus extremos; la vigencia de sus
fundamentalistas políticos y religiosos; la crucial elección entre colonialismo
o paz. Como los estadounidenses con Trump, a enfrentar a sus propios locos; al
costado irracional de su propia cultura.
Cada vez más judíos del mundo y de Israel se hacen cargo de
los conflictos y responsabilidades que comporta la nueva situación. No es
fácil, al cabo de miles de años de diáspora, pero la cultura judía, que ha
empapado a la humanidad de propuestas civilizatorias, va dando muestras de
ponerse a la altura.
(*) Periodista y escritor
0 comments :
Publicar un comentario