Nelson Muloni y la tapa de su último libro de poemas. |
Por Patricia Patocco
“Estoy desilusionado del periodismo, sobre todo porque me
sacó mucho tiempo para la escritura”- dispara Nelson Muloni y comienza una
larga charla.
La intención era hablar sobre “Aquella antigua luz”, su
último libro de poemas, presentado hace algunos meses, y en el que plantea una
vuelta a la infancia, al pasado, al padre y a la madre.
“El problema de perder a
los padres es que uno siente que ha perdido el último contacto con la infancia.
Yo le decía a mi mujer ‘ya no tengo más nada de mi niñez’, con mi viejo
recordaba, porque toda mi infancia pasé de su mano y siento que ahora
desapareció…él era mi ancla, la última”
Y es que, al fin y al cabo, todo es escritura. Porque ¿cuál
es el límite entre una buena crónica y un cuento?, ¿cuál la distancia entre la
palabra que marca una metáfora y la que informa descarnadamente?, ¿se informa
descarnadamente acaso?
“Yo estudiaba en Tucumán y por temas económicos me tuve que volver – comienza contando
Muloni- llaman a concurso para sacar una
emisora de radio en Jujuy y empecé a trabajar allí. En esa época el COMFER se
llamaba CONART, y no se les permitía leer a los periodistas, tenía que ser el
locutor, así que me pusieron en categoría locutor/ redactor para poder hacer
las dos cosas. El 6 de junio de 1970, comenzó a transmitir esa radio que sigue
hasta hoy y paralelamente comenzaba mi vida periodística.”
“Trabajé mucho tiempo allá, luego me voy a hacer el Servicio
Militar y al salir ya no tenía trabajo, así que me fui a una radio de Orán,
allí un grupo de empresarios crearon un diario y comienza mi tarea en gráfica”-
continúa contando
Su vida profesional continuó como la de tantos periodistas,
dependiendo de la vida de cada medio de comunicación “cierra el diario y me
vengo a Salta, acá había un conflicto en el diario Norte y El Tribuno y la
gente echada hacía ollas populares en la plaza. Me contratan para trabajar en
la corresponsalía de El Tribuno de Jujuy, luego vine a El Tribuno Salta, cuando la redacción estaba al lado del
Cabildo. Luego me fui a El Intransigente, ahí encontré a Néstor Quintana quien
habló con Lucio Paz, el director para que me suban de cronista a redactor,
luego redactor calificado y todo el escalafón, teniendo en cuenta la trayectoria que ya había hecho”
-¿Tiempos en que se
respetaba el escalafón profesional?
– Y sí, estaban Benjamín Toro, Luchín Andolfi, Kike
Martínez, Daniel Pantoja, Roberto Gareca, el que es abogado ahora. Hacíamos
unos suplementos fabulosos, por ejemplo el cultural, de color sepia, que fue
considerado uno de los mejores suplementos culturales del país. De allí pasé a
redactor calificado, luego secretario de cierre y después secretario de
redacción, último cargo que tuve. Cuando cierra El Intransigente en 1982 me voy
a Crónica del Noa, que era diario. Pero nunca me desvinculé de la radio,
primero en la Nacional con amigos como Toti Ceballos y Liliana Bellone, luego
con Quintana. Después en diferentes FM, en la Legislatura, en prensa de la
UNSa, hasta que me vuelven a convocar
para un semanario en Jujuy. Fui -con gran resistencia de mí mismo- y sin embargo fue una de las experiencias más
lindas de mi vida porque terminé trabajando también en el canal…así pude
terminar mi casa, trabajando en todos lados.
– ¿Por qué decís que
estás desilusionado del periodismo?
– ¿Sabés que pasa?, escribía mucho, siempre hice análisis
político para varios medios…hasta que fui dejando… Yo escribía, opinaba y de pronto dejé de ver esa ida y vuelta,
como que a la gente no le importa mucho.
Es lindo tener polémicas, pero en temas que desemboquen en algo. Yo me he
peleado con muchos directores de radio porque ellos iban detrás de la pauta y
yo detrás de mis ideas… le puse mucha pasión al periodismo y atrás de eso no le
daba tanto tiempo a mi escritura, a la poesía…
– Se dice que las redes sociales han aportado
mucho al periodismo, qué opinás?
– Sí, claro. Yo las uso mucho y más ahora, con Agensur.info
(el sitio web de noticias del Mercosur, que dirige) en ese sentido se ha
democratizado la opinión y uno percibe el apoyo o la crítica en forma directa.
Pero por otro lado, coincidiendo con Savater y con Discepolín, “no hay
aplazados ni escalafón, lo mismo un burro que un gran profesor”. Opina
cualquiera de cualquier cosa. Yo no me animaría a opinar de la ley de
relatividad porque pasaría vergüenza…Circula mucha información manipulada y lo
malo es que muchos periodistas caen en esto. Un ejemplo, lo que pasó en las
últimas elecciones cuando salió en las redes y se replicó en programas televisivos
que “Alicia Kirchner había sido agredida en una manifestación docente en Santa Cruz”…esa era una información de
2013 y todos sabemos que en días de elección no pueden haber manifestaciones…
Creo que los chicos tienen un gran desconocimiento de lo que ha pasado. Me
parece que hoy está fallando la base
cultural. Hay gente joven que no sabe quién fue Frondizi, por caso. Por otro
lado la mayoría quiere hacer televisión y además, lo primero que se piensa es
en la pauta.
– ¿Pervirtió mucho el
periodismo eso?
– El gobierno y algunos comunicadores o periodistas
viejos…porque eso de que te ofrezcan trabajar y te consigan una pauta como
forma de pago, no va. No es así…el Sindicato de Prensa se debe ver en
figurillas con estas cosas…el estatuto contempla una protección impresionante
para el trabajador, con indemnizaciones importantes…hoy cambió el sistema.
– ¿Y cómo te acompañó
la poesía con ese ritmo de trabajo
periodístico?
– Siempre escribí. En un tiempo editorializaba mucho, pero
la escritura me acompañó siempre. En poesía, mi primer libro fue publicado en
1983, “Los ruidos ajenos”, después “Voces de sombra” y ahora “Aquella antigua
luz”.
En diciembre pasado, Nelson Muloni presentó junto a Martín
Risso Patrón este último libro de poemas “el libro se lo dediqué a mi papá
quien falleció en enero de 2015. Yo ya tenía los poemas, andaba averiguando
cómo publicar y mi papá deseaba intensamente que publique… Vivió conmigo los
últimos años y la verdad quedé muy golpeado con su muerte, así que me puse como empeño, publicarlo y así lo
hice”.
“Creo que toda la creación tiene que ver con lo que uno ha
sido. Ahora estoy escribiendo una
novela, una historia de amor pero
ambientada en la época de Ragone y de la violencia política que vivimos en
Salta. Se llama Capítulo1, por la idea de que este país siempre está en el
Capítulo 1, no avanzamos nunca.”
0 comments :
Publicar un comentario