Por Gabriel Profiti |
La embestida judicial contra el kirchnerismo, algunos
triunfos políticos del macrismo y la deuda económica enmarcan el inicio del
segundo semestre de 2016, justamente el momento en el que el Gobierno fijó la
bisagra para la reactivación del país.
El equipo económico preveía que la salida del cepo, con una
consecuente devaluación y la suba de tarifas iban a tener efectos nocivos en el
segundo trimestre, pero las consecuencias son ahora peores y más largas que las
proyectadas inicialmente.
De hecho, el Indec volvió a publicar esta semana la
evolución del PBI nacional, que descendió 0,7% en el primer trimestre del 2016
con relación al período octubre-diciembre de 2015 y profundizó la recesión (se
registran tres trimestres con bajas).
Se espera que el período abril-junio arroje datos más
desfavorables por lo que las expectativas por el crecimiento se trasladaron al
último trimestre, en el que los llamados "brotes verdes" comenzarían
a tonalizar la actividad.
En ese marco, la salida del túnel se está convirtiendo en
calvario para muchos sectores económicos y sociales y en especial para algunas
pymes afectadas por el nuevo modelo.
El nuevo escenario obligó al Gobierno a cambiar sobre la
marcha. Primero limitó el tarifazo en los servicios públicos y luego comenzó a
tomar medidas de corte social que achicaron la meta de reducción de déficit
fiscal prevista inicialmente.
Cristina en el
banquillo
Si no fuera por José López y su revoleo de dólares al
monasterio de General Rodríguez posiblemente las cosas para Mauricio Macri
serían más difíciles.
Pero ese episodio les recordó a muchos votantes que hoy
tienen menos plata en los bolsillos por qué querían un cambio y dio oxígeno al
Gobierno en la actual coyuntura.
Además, aceleró una embestida judicial contra el
kirchnerismo. Si López, el clan Báez o el detenido acusado de ideólogo del
Triple Crimen de General Rodríguez, Ibar Pérez Corradi, deciden ir para arriba
en sus acusaciones posiblemente la primera línea del gobierno pasado quedará
seriamente afectada.
Es cierto que esta agilidad judicial luego de años de
pasmosa lentitud le quita verosimilitud al proceso, pero ya algunos hombres
relevantes en tribunales se animan a decir que Cristina Kirchner puede quedar
detenida en los próximos meses.
En un mismo día, la Cámara Federal ordenó al juez Sebastián
Casanello avanzar sobre ella en la causa por la ruta del dinero K y otro
magistrado, Claudio Bonadio, dispuso allanar propiedades de la exfamilia
presidencial en Santa Cruz en uno de los expedientes por irregularidades con
las sociedades familiares.
Tal como había hecho al ser citada a declarar por la venta
de dólar a futuro, la exmandataria dijo ser víctima de una persecución política
por parte del "partido judicial" y decidió regresar a Buenos Aires
para visibilizar su defensa.
El argumento no es ingenuo y está emparentado con el mensaje
que bajó el Papa Francisco a muchos kirchneristas que lo visitaron en los
últimos meses: este momento político es similar a lo ocurrido luego del
derrocamiento del general Perón.
"A Macri también le dijo que esto que está pasando se
parecía al '55 cuando lo fue a ver en febrero", aseguró un hombre con
llegada a los círculos del pontífice.
La exhibición del saqueo de las arcas públicas balcanizó al
peronismo, pero la anunciada división entre peronistas y kirchneristas puros no
se oficializó aún.
Por lo pronto, el mensaje que baja el ex arzobispo de Buenos
Aires es el que adoptará un sector del peronismo para tratar de reciclarse y
plantarse como alternativa a partir del año próximo.
Se trata del grupo de intendentes del Conurbano bonaerense,
liderados por Gabriel Katopodis (San Martín), Martín Insaurralde (Lomas) y Juan
Zabaleta (Hurlingham), quienes buscan promover a la figura del ex ministro
Florencio Randazzo hacia 2019.
Ese escuadrón prepara su presentación para el mes próximo
con un discurso superador del kirchnerismo, de rescate a la apuesta por la
inclusión social y condena a la corrupción de la última década, sobre la base
de lo que pregona Francisco.
Habrá que ver si pueden despegarse de los Báez, López y
Jaime, después de haber formado parte del kirchnerismo con distintos grados de
adhesión y responsabilidad.
Randazzo también decidió jugar el año próximo en las
elecciones legislativas para buscar la presidencia en 2019. En pocas semanas
inaugurará un búnker de trabajo en el centro porteño. El exministro mira con
recelo a Sergio Massa pero no descarta un acuerdo para ir a elecciones en un
peronismo unificado.
El Gobierno, por su parte, sabe que su supervivencia en el
poder depende de la gestión y la economía, pero también puso en marcha la tarea
de campo para los comicios de medio término.
Ese trabajo, que viene funcionando con relativa eficacia
para sacar leyes del Congreso, contiene un sesgo kirchnerista: la cooptación de
dirigentes de otras fuerzas.
José Cano, jefe del Plan Belgrano y armador macrista en las
provincias del NOA y NEA tentó al intendente de la ciudad de Salta, Gustavo
Sáenz, quien fue compañero de fórmula de Massa en las presidenciales de 2015
Además, María Eugenia Vidal se dispone a incorporar al
gabinete bonaerense a Joaquín de la Torre, intendente de San Miguel y uno de
los fundadores del Frente Renovador. El libro de pases incluiría a jefes
comunales de vecinalistas y hasta del peronismo como es el caso de Hernán
Bertellys de Azul.
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