miércoles, 15 de junio de 2016

El caso López marca un cambio de época en el peronismo

Massa cree que es el principal beneficiado. El ocaso 
del kirchnerismo.

Por Ignacio Fidanza

Se trata de esos acontecimientos que redefinen la política. La detención de uno de los funcionarios más importantes de los doce años del kirchnerismo, revoleando bolsos repletos de dólares, al interior de un convento semi abandonado, ante la mirada escandalizada de un grupo de monjas, supera la escena más delirante de Tarantino.

“Yo robé dinero, para venir a ayudar acá, me van a meter preso”, gritaba López mientras desparramaba millones de dólares. El problema es que la escena confirma todo lo que se dijo y se sospechaba: Que el kirchnerismo saqueó el Estado, que cobraban las coimas en efectivo y que ahora no saben que hacer con ese dinero.

Como le explicó una fuente muy importante del mundo de las finanzas a este columnista, cuando se llega a una encerrona como la que viven los kirchneristas, la única solución es quemar la plata -sí, como en Breaking Bad-. Amontonarla en un desierto, rociarla de nafta y prenderla fuego. Así de sencillo. Pero claro, la codicia pudo más.

En el plano político, acaso todavía sea pronto para mesurarlo en toda su extensión, pero ya se pueden sacar algunas primeras lecturas. La escena agudiza la degradación del kirchnerismo a un punto que acaso ya no tenga retorno y abre un enorme interrogante sobre una eventual regreso de Cristina Kirchner a la esfera pública para competir en las elecciones del año próximo.

De manera simétrica le da la razón a aquellos peronistas que eligieron apartarse de la conducción de Cristina, como Pichetto, Bossio y la mayoría de los gobernadores. Es razonable entonces esperar una sangría de legisladores y dirigentes hoy identificados como kirchneristas, hacia esas cabeceras de playa.

Le da por otro lado la razón a Massa en su argumento frente a todos aquellos que le piden que regrese al peronismo. “Yo ya pagué el costo de romper ¿Por qué voy a volver a un lugar donde tengo que dar explicaciones por la corrupción y La Cámpora?”, suele responderles.

Son posicionamientos tácticos lógicos y cruzados por los primeros tanteos por las listas del año que viene y la presidencial del 2019. Pero lo que está claro es que la transición política que inició el gobierno de Macri al pasar de un régimen populista a una economía de mercado, tuvo su primera eclosión importante en el peronismo.

Para el Gobierno es una buena noticia porque le saca de agenda el tarifazo y los efectos mas duros del ajuste. Pero a la vez, acelera el cambio de piel en el peronismo, que acaso llegue a las elecciones del año que viene con el kirchnerismo enterrado, y eso lo vuelve un rival mucho más difícil.

Pero el cambio de época más visible se vivió esta tarde, en el Congreso. Allí, Pichetto, Massa, y un grupo de gobernadores peronistas, negociaban la aprobación de los pliegos que propuso el Gobierno para la Corte Suprema y las modificaciones a la ley de blanqueo y pago a jubilados.

Por primera vez en más de una década, las negociaciones políticas más importantes del país se cerraban sin la presencia de kirchneristas.

© LPO

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