SOBERANO DE UN REINO
TEOCRÁTICO ACTUAL BANCA LA AGRESIÓN A LA REPÚBLICA ARGENTINA
Por Martín Risso Patrón |
«No sé qué va a pasar en mi patria, vine a contarle
al Papa la
situación para que nos dé una mano de alguna manera»
[Hebe Pastor de
Bonafini].
Él me escuchó con mucha atención y fue muy cariñoso conmigo
"Si Francisco me
da permiso para decir algo, lo contaré y, si no, queda entre nosotros porque es
mejor que lo haga lo que le voy a pedir y no que se publique". En
realidad, Bergoglio autorizó, bancó e impulsó a Bonafini para que, utilizando
el espacio físico y el tiempo en su residencia de Gobierno, salga a plantear
una especie de guerra sucia con la soberana República Argentina. Además, el
soberano del reino teocrático del Estado Vaticano [reconocido como tal por la
ONU], aparentemente en funciones de su cargo terrenal, se condolió con el
relato de la señora del pañuelo; y la entrevista y su epílogo, fueron materia
de análisis de un estudioso italiano de la relación gobierno-religión en la
Argentina Loris Zanatta, académico nada menos que de la Universidad de Bologna,
alma máter de las universidades europeas. En ese análisis, Zanatta concluye que
la actuación de Bergoglio en el caso de la entrevista con Bonafini, si bien
habla de una reconciliación entre los argentinos, lo que en realidad busca es
un reencuentro en el interior del peronismo, “lo que se puede interpretar también como una viveza por parte de
Bergoglio” [citado por la periodista Marina Artuza en el cotidiano Clarín,
de BA]. Una avivada política con mucho de chicana.
Escuchó con atención y fue cariñoso, el papa a Doña Hebe.
Silencioso estuvo también ante el desparpajo de la anciana en su conferencia de
prensa, para descalificar al gobierno republicano de nuestro país, guste o no
guste éste a cualquiera. Insultadora serial, en su momento se llevó por delante
al mismo Francisco, y continuamente lo hace con Macri, con la Democracia, con
los jueces de la República, con usted, conmigo, con Doña Clota y Don Sencillo,
etcétera. Cariñoso, el papa, en su brillante actuación de “poner la otra
mejilla” ante Hebe y una cáfila de pequeños [pero no menos de cuidado]
cristinistas que la acompañaban para la ocasión, entre los que contaban la
esposa del matón Guillermo Moreno
[hasta hace poco tiempo agregado comercial en Italia], Marta Cascales, que sigue operando para CFK en el minúsculo reino
de dos palmos y menos de 1.000 habitantes, pero con poder omnímodo sobre 1.2
millones de ovejas planetarias. Esto merece un breve análisis.
Soberano extranjero
se entromete en la política interna argentina
Ese podría ser un adecuado título para lo que vivimos la
semana que se fue. Aclarando, con el debido respeto, que el ciudadano argentino
Jorge Mario Bergoglio [79], es a
todos los efectos del Derecho internacional, gobernante de iure de un reino teocrático en el que dicta las leyes, las hace
cumplir y decide en su unicato totalitario. Claro que el Vaticano vive a
expensas de un Estado engendrado en un imperio, que hoy le da seguridad y lo
contiene en su propio territorio soberano, como Estado protegido, que es la Repubblica
Italiana.
Voy a tratar aquí al ciudadano
Bergoglio, como el rey que es, de un Estado institucionalmente reconocido
por las Naciones Unidas, y hoy tiene relaciones diplomáticas con la República
Argentina. O sea. Lo diré con todas las letras: Le caben todas las de la Ley en el marco jurídico internacional. Lo
denuncio como culpable de intromisión en las cuestiones políticas internas de
la República, con el agravante de sostener una quinta columna que hace de las
suyas generando las condiciones de un descrédito mundial para el gobierno
institucional y legítimo. Eso es traición a la Patria, delito connotado en
nuestra Constitución Nacional. Partícipes necesarios: Bonafini, los Moreno y los otros que operan con Bergoglio. Esto,
aunque el soberano Bergoglio se ampare en el gatopardismo de una dualidad
insoslayable en sus gestiones públicas, en las que nunca, nunca, nunca se sabe
muy bien con qué máscara actúa: Si la de la gloria de los Cielos [que le
garantiza el rebaño planetario], o la del rey vaticano [que le permite mantener
los concordatos con otros Estados soberanos, republicanos, para recibir jugosos
emolumentos de los dineros del Pueblo, sin interesar si el paisanaje es de
condición ovina, o no].
Apostillo aquí que, Portugal, durante la II Guerra Mundial,
si bien neutral, ayudó a los nazis contra los aliados, lo que le valiera una
reprimenda diplomática y económica de los aliados, en particular los EE.UU. de
Norteamérica, aplicando acuerdos preexistentes; sucedió con otros países
neutrales pero no tanto, que daban lugar a los nazis para expresarse contra la
Democracia. Salvando las distancias, nuestro
caso tiene una forma jurídica idéntica. Por lo tanto la movida lógica y
esperable, consiste en que el gobierno de la República, por los mecanismos
institucionales del Servicio Exterior de la Nación, se exprese por lo menos con
una contundente protesta diplomática
ante el Vaticano; el terrenal, claro.
Sencillamente, por dar lugar en el trono de la elocuencia, a
los traidores de la Democracia que planean una sucia guerra interna.
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