Por Tomás Abraham |
Domingo a la noche
Entrega de los Martín Fierro. Intratables fue bien tratado
por los premios otorgados a Santiago del
Moro y Jonathan Viale. El programa hizo revivir el debate político en los
medios luego de un monólogo a dos voces durante años. Casi todos los programas bajaron línea editorial desde
que en 2008 se declarara la guerra a los medios “hegemónicos”.
Otro premiado,
Animales sueltos, supera hoy al de la época del Coco Silly y la farándula. La
mesa que ahora forman con el Turco Asís, el profe de Pablo y el monje negro
tiene humor y análisis. Durante la ceremonia, los insultos de Lanata estuvieron
de más, a pesar de los silbidos y de otros que extrañaban públicamente a
Cristina. Citó a Verbitsky, a quien el conductor rara vez olvida, porque en su
columna de Página/12 habría escrito que la corrupción es una “excusa”, pero no fue
del todo así. El periodista cristinista propuso hablar “en serio” del tema
incluyendo a Macri, Rocca, Eurnekian, Bulgheroni, y por supuesto al Imperio
Británico y sus offshore planetarios. Lo que sí es cierto es que hace más fintas que Neymar para no nombrar a
los Kirchner como parte de los negocios del poder que con esmero encubre.
Por otra parte, el mérito de Lanata no fueron sólo las investigaciones y las denuncias
sino el dedo mayor bien levantado en el momento de mayor prepotencia del
kirchnerismo, claro, con la ayuda de Clarín, que sabe blindar toda la mano. De
todos modos tuvo un efecto sanador.
Lunes
Todos los que no cerraban los ojos y tenían los oídos
destapados no se sorprenden de que no lluevan las inversiones privadas en la
Argentina. La palabra “inversión” tenía virtudes mágicas. El macrismo la invocó
todo el año pasado acompañado por el periodismo crítico del poder kirchnerista.
Hubo durante la campaña de 2015 dos consignas repetidas: que
el país estaba hecho un desastre, y que de ganar Cambiemos… y sí, ahí sí,
tendríamos una “inmersión” en dólares.
Criticar al anterior gobierno durante doce años no exigía
para su último tramo vender espejitos de colores como lo hizo buena parte del
periodismo y de la clase política.
Miércoles
Escuché decir a un periodista que Macri se plantó frente a
los dirigentes sindicales y les dijo con firmeza que se olviden de que el
consumo y el consumidor son el motor de la economía. Les anunció la nueva era
de la inversión y del inversor. Nuevamente se desempolva el viejo manual del
liberalismo económico. No hay inversor sin consumidor, más aún en un país donde
el trabajo depende de las pymes, de los servicios y del comercio.
Reglas de juego claras, seguridad jurídica, movilidad de
capitales, pueden ser condiciones para que haya inversiones directas, pero no
alcanzan. Un mercado deprimido, conflictividad social, un gobierno que no da
garantías de continuidad apoyado en una sólida alianza política, son tan
importantes para el desarrollo económico como las garantías mencionadas.
El mercado de capitales tiene más tiempo para esperar que
nuestro país, y mejores oportunidades que las que les ofrecemos, aun en estos
tiempos de estancamiento global.
Jueves
Alejandro Rozitchner es un intelectual con mucho coraje.
Pocos saben de su fuerza polémica. A pesar del encono de algunos círculos y del
escándalo de quienes veían con rubor esa “desgracia” familiar como lo dijo más
de uno, tenía una relación entrañable con su padre, el filósofo marxista León
Rozitchner. Posee un buen conocimiento de los puntos débiles de ciertos
revolucionarios. Replica con inteligencia a su sectarismo, mala fe, conoce su
frivolidad y su resentimiento. Soportó ser un marginal además de la difamación del mundo progre.
Sin embargo, su filosofía del entusiasmo es un error. No es
lo mismo la política que la dinámica de grupos, ni la literatura del liderazgo
que la conducción política.
Jueves a la noche
Felicidad y entusiasmo son lemas evangélicos. Están pensados
para gente con culpa de ser ricos. Por eso funciona en una agrupación política
que piensa a la política como una devolución de favores dados por la
providencia.
Corresponde a una mentalidad de patriciado. Lo que no
excluye inteligencia, entrega, honestidad e ideales colectivos. La ayuda
espiritual de un experto en felicidad y otro de entusiasmo, les permiten
moderar las exigencias superyoicas de quienes reclaman justicia en nombre de
los más pobres.
Hay tres modelos para la interpretación del campo político:
el de la guerra; el del contrato, y el de la fiesta. Para el último falta
bastante.
Viernes
El pensamiento de Alejandro Rozitchner sobre el entusiasmo
es anterior a sus nuevos receptores
políticos. En sus cursos en la universidad, elaboraba conceptos sobre el
tema de la subjetividad. Un interés que compartía con su padre, pero desde un
punto de vista diametralmente opuesto. León Rozitchner partía de la deuda, de
la culpa, de la muerte y del terror. Alejandro lo hace desde una perspectiva
afirmativa en la que prima la voluntad de vivir y de hacer.
Su “gay saber”, o saber jovial, se inspira en un Nietzsche
prometeico, en los escritos de Bataille sobre el erotismo, y en el tono de un
Gilles Deleuze cuando escribe sobre las máquinas deseantes. Además del rock
como forma de vida.
Luego, su curiosidad lo llevó a la literatura de autoestima
y de ayuda mutua, como también a la literatura oriental. Pero jamás se le
ocurrió disfrazarse de gurú. Es un intelectual crítico del pensamiento
vengativo.
Viernes a la noche
Me olvidé de decir que cree que Dios ha muerto. También
olvidé que fue partícipe del programa de Mariano Grondona Hora clave, y la
izquierda cultural que hoy llama a la resistencia es la misma que en los años
noventa rendía pleitesía al apologista del terrorismo de estado (ver Mariano,
de Eduardo Rinesi (1992), académico militante que consideraba la palabra
grondoniana como la presencia del discurso universitario en la televisión,
cito: “Grondona es un sabio en la televisión”, pág. 27). Esos revolucionarios
lo excomulgaron de manera definitiva. Pero él siguió en el espacio televisivo
hasta que dejó el programa en disidencia sobre dichos de Grondona sobre el
Proceso.
Después compartió otro espacio televisivo con el embajador
del kirchnerismo y ex secretario de cultura Torcuato di Tella. En síntesis:
estimo que disfruta de su libertad de pensamiento.
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