El estudio que creaba
y administraba sociedades offshore
obstruía la investigación de la justicia norteamericana sobre
el empresario
kirchnerista.
Lázaro Báez |
Nacionales - El estudio
Mossack Fonseca obstruyó la investigación de la justicia de los Estados Unidos
sobre las sociedades sospechadas de pertenecer a los empresarios Lázaro Báez y
Cristóbal López, según surge de registros internos, correos electrónicos y
otros documentos que analizaron La Nación
y El Trece.
Ejecutivos de ese estudio, uno de los más importantes del
mundo a la hora de crear y administrar sociedades offshore en paraísos fiscales, incluso coordinaron estrategias para
despegar a la casa matriz de su oficina en el estado de Nevada, llamada MF
Corporate, y ocultaron documentos sensibles que buscaba la Justicia en septiembre
de 2014.
Así, mientras el juez de Nevada Cam Ferenbach intentaba
obtener información de Mossack Fonseca sobre si Báez o López eran los
verdaderos dueños de 123 sociedades operativas en Nevada, el estudio con sede
central en Panamá tomó medidas drásticas, de acuerdo con varios de los 11
millones de documentos obtenidos y analizados en la investigación impulsada por
el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, en inglés) y
el diario Süddeutsche Zeitung.
Entre otras medidas, los ejecutivos de Mossack Fonseca
cambiaron los teléfonos y el sistema de red interno en su oficina en Nevada,
retiraron de allí documentos sensibles sobre las sociedades bajo la lupa y
enviaron correos electrónicos a sus clientes para recomendarles que ocultaran todo
aquello que no quisieran entregar a la justicia estadounidense como solicitaba
el fondo NML, de Paul Singer.
"Si la decisión del juez es a favor de NML, MF Panamá
[por la casa matriz de Mossack Fonseca] tendrá que entregar toda la información
que tenemos sobre cada compañía [por las 123 sociedades bajo sospecha],
incluyendo poderes emitidos a abogados, documentos firmados, resoluciones
emitidas o archivadas, cuentas bancarias, etc.", indicó Mossack. "Por
lo tanto, reiteramos una vez más la sugerencia de no mantener ninguna propiedad
y/o ningún otro activo dentro de [cada] compañía para evitar que sea congelado
y no utilizable si NML fuera a intentar alguna acción para obtener más
información directamente sobre [cada] compañía", precisó.
Pero esa recomendación oficial que emitió Mossack Fonseca en
respuesta a la investigación judicial sobre Báez y López y los reclamos de los
fondos buitre no fue la única táctica obstructiva que desarrolló ese estudio.
Al punto de que uno de sus socios, Jürgen Mossack, mintió al declarar ante el
juez en Nevada.
Perjurio
"Mossack Fonseca expresamente niega que MF Nevada sea
un agente o álter ego [del estudio] o que MF Nevada esté autorizada a tomar
servicios de procesos [societarios] para Mossack Fonseca", planteó uno de
los dos fundadores del estudio, el alemán residente en Panamá Jürgen Mossack,
lo que podría configurar la figura del perjurio en Estados Unidos.
¿Por qué? Porque según surge de correos electrónicos que
intercambiaron empleados y ejecutivos de Mossack Fonseca, que modificaron el
teléfono de la oficina en Nevada -para que no se detectara que ofrecía conexión
directa con los números corporativos de la casa matriz-, y se modificó el
acceso al sistema interno de red central del estudio, al que tenía acceso la
responsable de la oficina en Nevada, Patricia Amunátegui.
No sólo eso. Mossack Fonseca incluso negó controlar la
oficina en Nevada, pero las acciones contradicen ese argumento. Los socios de
la firma en Panamá son los mismos que en Nevada: Mossack (45%), el panameño
Ramón Fonseca (45%) y el suizo Cristoph Zollinger (10%). Y, por si eso no
alcanzara, la casa matriz en Panamá se encontraba autorizada a manejar la
cuenta de MF Nevada.
Las maniobras de obstrucción buscaban entorpecer así la
investigación en manos del juez Ferenbach tras una demanda que radicó NML, que
buscaba detectar y congelar fondos de Báez o López en Nevada y así cobrarse
parte de sus multimillonarios reclamos contra el Estado.
Las sospechas de NML y otros "fondos buitre" se
concentraban, en particular, en el dinero que podría esconderse dentro de 123
sociedades que Mossack Fonseca, con sede en Panamá, pudo operar en Nevada a
través de MF Corporate, y que mostraban vínculos con Helvetic Services Group.
Es decir, la firma suiza que había operado con la financiera La Rosadita, de
Federico Elaskar.
Así, el argumento central de NML al radicar su demanda fue
que tanto Báez como López no serían más que testaferros de la familia Kirchner,
que por lo tanto el dinero de ambos empresarios provenía de las arcas del
Tesoro público y que, entonces, podían cobrarse sus acreencias.
Ferenbach le ordenó entonces a Mossak Fonseca que entregara
la información reclamada por NML. Pero no rindió frutos. Ahora se sabe qué
ocurrió dentro de ese estudio. "Andrés cuando fue a Nevada limpió todo y
se trajo todos [los] documentos para Panamá", le escribe uno de los
responsables de tecnología del estudio, Luis Martínez, a otro que apoda
"Chief", es decir, "Jefe".
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