Por Tomás Abraham |
Lunes a la mañana
Analizar o discutir sobre economía siempre es interesante
por tres razones. Es el espacio donde se establecen los límites de la acción
política; además, ahí aparecen los dilemas, los problemas y los conflictos
entre sectores y grupos de interés; y por último, porque en la discusión sobre
el tema es donde mejor se nota la mala fe de los participantes, la falta de
información, lo sesgado de las posiciones, disfrazarse de consultor para
favorecer a corporaciones, la megalomanía patriotera y un magma de creencias
revestidas con un sospechoso candor.
No hay modelos en economía, hay situaciones. No hay teorías
sino estrategias. No hablo de una ciencia matemática ni de simuladores
informáticos, sino de política económica, aquella que aplican los gobiernos.
Si se va contra los sindicatos, el conflicto social empeora
el presente y el futuro. Si se va contra los empresarios, se desalientan las
inversiones, hay fuga de dinero, y mayor pobreza. Si se va contra los dos, se
pudre el país.
En economía pensar con grietas lleva al desastre.
Lunes a la tarde
Los asesores de Scioli, los economistas Bein y Blejer,
dijeron que habrían tomado las mismas medidas que las implementadas por el
gobierno de Macri. ¿Por qué? Volvamos atrás e imaginemos que nada cambiaba y
que Kicillof seguía como ministro. Para evitar que el dólar se fuera a las
nubes y los precios se dispararan, continuaba vendiendo dólares a nueve pesos
para turismo y ahorro. Las reservas caían porque los exportadores no liquidaban
divisas, sin que el freno de las importaciones detuviera el déficit comercial.
Los subsidios se mantenían, por lo que el déficit fiscal
aumentaba y se imprimía más papel que se trataba de recuperar con bonos, es
decir, deuda. Las tasas bien arriba para que a nadie se le ocurriera ir al
dólar con el correspondiente encarecimiento del crédito.
¿Cuánto tiempo podían asegurar así el empleo y los niveles
de consumo con obra pública que no paga a proveedores? ¿Seis meses? ¿Un año? No
sabemos, pero no mucho. Brasil y China en retracción, el proyecto Vaca Muerta
en stand by, el contexto internacional sin cambios y desfavorable. Un panorama
sombrío, igual o más que en este momento.
Martes
¿Por qué el Gobierno no organizó el padrón con millones de
personas que no deberían pagar los aumentos siderales antes de anunciarlos y
aplicarlos? ¿Quiénes eran los beneficiarios que injustamente se aprovechaban de
los servicios tan baratos? ¿Casi todos? ¿El 90%?
Cuando se quiere defender a un gobierno y ya no se sabe cómo
hacerlo, se dice que hay un problema de comunicación. No, señores, no es de
comunicación, es de mentalidad. He escuchado a economistas defensores de las
medidas decir que los alimentos no aumentaron sino que el peso se desvalorizó.
La ley de la oferta y la demanda adaptada a la literatura infantil les dice que
cuando haya menos pesos que tomates, los tomates valdrán menos. Cuantos más
pobres, mejores precios.
Hay otros expertos que imaginan que los porteños y
bonaerenses se guardaron la plata que no pagaron por los servicios, que la
tienen en cajas de caudales, y que ahora deben devolverla. Corolario:
transportes, luz, gas, agua, etc., no aumentan sino que recuperan los
beneficios de astutos consumidores que ahorraron un dinero mal habido.
Se trata nada menos que de una sanción.
Señores egresados de universidades privadas con posgrados en
Macondo: así como está el mundo y con el ocaso de los dioses, ajuste con
recesión hace que de la grieta social no se vuelva.
Miércoles
Los pobres, los pobres; todo el tiempo individuos que no son
pobres hablan de los pobres como si fueran una raza. ¿Por qué no hay un “pobre”
en la televisión así la gente se da cuenta de que el famoso pobre tiene una
familia, viaja en tren, perdió un trabajo, tiene cara, cuerpo, nombre y
apellido y habla como nosotros salvo que lo imaginemos como un muñeco
periodístico, sin dientes y analfabeto, así dormimos tranquilos porque no se
nos parece? ¿O todos los pobres son militantes con carteles? ¿Y los ricos? El
Observatorio de la UCA que cuantifica “pobres”, ¿no puede hacer lo mismo con
los “ricos”? ¿O en la Argentina el que no es pobre es siempre de clase media,
la clase universal detrás de la cual todos los ricos se esconden para rellenar
la mentada grieta social?
Jueves
Es una alegría que en los medios oficiales haya peronistas,
chavistas, kirchneristas, ateos, patafísicos, y no sólo macristas y radicales.
Bien, Lombardi. Pero eso es un charquito que si no se fumiga allí nace el
germen del dengue y pica por doquier. Muchos medios siguen apestados, salvo
pocas, muy pocas excepciones.
Y no se trata de que sean privados y que, por serlo, el
Estado nada tiene que ver con su mensaje y programación; eso es puro biri biri,
nada más que chamuyo; ya nos destetaron, hace rato que masticamos carne.
Sabemos que hay intercambio de favores.
Si nada cambia, quienes quieren que Cristina Fernández y
funcionarios de su gobierno estén presos escucharán Mitre o Telenoche, y
quienes piensan que Macri es un vasallo del imperialismo, un agente del
neoliberalismo, un evasor crónico y mandamás de la Cia, serán felices con radio
Octubre o del Plata, por ejemplo.
Hay muchos que sin grieta no existen.
Viernes
Creo que es muy malo para el país que se inicie una caza de
brujas en nombre de unas manos limpias y del combate contra la corrupción. El
cúmulo de denuncias distribuidas en todos los sectores es una nueva versión del
“que se vayan todos”.
El desprestigio general de la clase política y un periodismo
situado a ambos lados de una grieta judicial, según busquen culpables entre los
del FpV y del Pro, sólo permiten que aventureros al acecho traten de pescar en
río revuelto.
Una política de ajuste como la que se ve hoy combinada con
la idea de que Gobierno y oposición son cómplices del desfalco de los bienes
públicos, dejan a un país sin timón ni timonel.
Con una economía de 40% en negro o en el circuito llamado
“informal” no va a alcanzar la leña para quemar a todas las brujas que siguen
volando.
El mismo día más tarde
Pero si Macri no se da cuenta de que debe desprenderse de
toda participación en negocios anteriores, de sus viejos socios, de sus
Angelicis y Caputos, de sus amistades en los lagos del sur y de sus ministros
que pasean por Punta del Este, y si no lleva a cabo una austeridad calvinista
en tiempos de recesión y despidos, entonces, lo que se va a ensanchar es… lo
que ya sabemos.
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