Por Martín Risso Patrón |
En un acto reprochable al que se puede calificar de por lo
menos de irresponsable, el presidente de la República, por omisión, otorgó la
posibilidad que grupos señaladamente violentos preparen la escena para que un
acto de trámite judicial, se convierta en un acto de voluptuoso contenido
político.
El presidente de los argentinos se recluyó a más de dos mil
kilómetros de su sede de gobierno, argumentando entregar certificaciones de
estudios a enfermeros egresados en Santa Victoria, provincia de Salta.
Ínterin, La Cámpora, grupo que condensa la energía violenta
del engendro cristinista, superador en desastres del mismo kirchnerismo, tomó
por las suyas el ámbito alrededor de los Tribunales federales de la avenida
Comodoro Py, en la Capital Federal, invadiendo incluso el recinto interno
judicial con corridas, banderazos, escupitajos e insultos. Mientras la señora
Cristina Elisabet Fernández presentaba un escrito a modo de declaración, hecho
por el que fue citada a postrarse ante la majestad de la Justicia republicana,
se difundía por las redes sociales el contenido del mismo, de contenido
perfectamente contestatario ante la Justicia. Lejos de ser un escrito técnico
judicial, es una proclama que sintetiza el valor de víctima que de ahora en
adelante Ella exhibirá para goce su entorno, y exacerbación de los fanáticos.
Al salir de los Recintos, le pusieron un micrófono y llamó
"inquisición" a los tribunales de la República, alentó mientras
insultaba la cáfila de "basura" al mismísimo Macri, planteó el
combate en el terreno político, en el que Ella es la defensora y los jueces y
la República deben ser perseguidos. Más de una hora duró la perorata.
En tanto, ni Rodríguez Larreta, ni Macri, salieron, por
supuesto sin ningún funcionario de sus jurisdicciones, a controlar el orden
público, amenazado de hecho por tanto grito y golpes hacia el periodismo, y los
ciudadanos que pasaban por el lugar.
Eso sí. Rodríguez Larreta se aseguró muy bien de alterar la
libre circulación de la mansa paisanada desde y hacia y sus trabajos, poniendo
vallas, cerrando calles y bloqueando accesos. Irritando, en fin, al grueso del
Pueblo, en función del espacio cedido a al despropósito.
No cabe ninguna duda que la perorata es absolutamente
legítima, porque está encuadrada en la Libertad de expresión. Pero debemos
preguntarnos, qué es lo que sucedió con los custodios y garantes de la Libertad
de todos, para prevenir la vigencia del Orden público, guardados en sus
cuarteles los más, y los que salieron, lo hicieron armados para custodia de
Ella, una ciudadana con garantías, citada a declarar en una causa penal federal
en la que está imputada. Mientras, las violentas muchachas camporistas,
uniformadas como en las mejores [trágicas] épocas del hitlerismo, como si
fueran las SA, pero de color azul, manoseaban, atropellaban y golpeaban a una
periodista en pleno y legítimo ejercicio de su profesión. Da para dudar tanta
coincidencia con la falta total de autoridad institucional ante los desbordes.
Paisanada: me parece que deberemos acostumbrarnos a esta
ausencia de energía Política desde el gobierno constitucional de la República,
y en este caso, también de la Ciudad Autónoma que es Capital del país.
En resumidas cuentas
Nos encontramos, Paisanos, entre dos fuegos de distinto
signo, pero de fuerza opuesta y combinada. Y esto es ni más ni menos que el
agravio más grande que pueda tener la República como institución de convivencia
social.
El Presidente constitucional de los argentinos, Ing.
Mauricio Macri, se borra, mientras la ex presidente constitucional insulta,
moviliza y exacerba a sus militones en contra del Orden, ante las mismas barbas
de la Justicia. Mientras, el marcador de la inflación se recalienta y volvemos
desolados de las compras diarias. Y bien sabemos que los desmanejos, la
ignorancia, la malicia y el desparpajo del populismo que gobernó 12 años al
país, fue lo que nos llevó a esta situación, siendo eso fogoneado por el
caradurismo, la mentira y la entrega casi religiosa de los tecnócratas que hoy
nos gobiernan al ajuste y la devaluación y a la inmundicia capitalista, de modo
que se da una continuidad lógica, en una especie de "desarrollo desigual y
combinado" [parafraseando a Trotsky], cuyos resultados fatalmente golpean
al Pueblo.
No se sabe cómo calificar, a estas alturas, la conducta de
los Jueces. Mientras ante sus propios escritorios se realiza tanta barbarie, no
se sabe muy bien si, dada la ausencia de conciencia política del gobernante
ejecutivo y el atropello de los que sí saben politizar todo lo politizable
[cosa que aplaudo dentro de los límites de la Política y no del fanatismo ciego
y violento], ellos se sentirán con la sangre floja, débiles, y por ello ajenos
a su grave rol institucional republicano.
Nosotros, el Pueblo, Paisanos, hemos perdido el seso y el
corazón, y también los brazos y la boca. De manera que ni pensamos, ni
sentimos, ni trabajamos, ni hablamos. Eso es lo que quieren Ellos; los que se
turnan en el ejercicio del sagrado Poder republicano. Lo que es peor, porque
les ha sido otorgado por nuestros votos.
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