Emma Illia, hija de
Arturo Illia, cuestionó el discurso de la expresidenta Fernández de Kirchner
cuando se refirió a Hipólito Yrigoyen y pidió “hacer una reflexión moral”.
Emma Illia, junto al extitular de la Unión Cívica Radical (UCR), Ernesto Sanz. |
Nacionales - Emma
Illia, hija del difunto expresidente Arturo Illia, criticó a Cristina Fernández
de Kirchner por mencionar en el discurso que brindó el último miércoles a
Hipólito Yrigoyen –al cuestionar el rol del Poder Judicial en dicha época– al
manifestar que debería "lavarse la boca y las manos". "Mi padre
no tenía plata para pagar el cajón de mi madre; hay que hacer una reflexión
moral. Hay personajes que humillaron a un pueblo valioso y lo convirtieron en
sirviente", declaró.
En diálogo con el programa A Diario (Radio 2), que conduce Alberto Lotuf, la hija de Arturo
Illia brindó una extensa entrevista en la que cuestionó la "época de
decadencia" que vive el país. "Hay personajes que hace 70 años
humillan a un pueblo valioso y lo convirtieron en sirviente. El problemas no
son los vendedores de ilusiones de turno si no el pueblo que los convalida. El
pueblo está sometido a una vulgaridad, a una estupidez patética", agregó.
Consultada sobre el discurso que desarrolló la expresidenta
Cristina Fernández de Kirchner frente a Comodoro Py, señaló que para hablar de
Hipólito Yrigoyen debería "lavarse la boca y las manos". "La
gente está seducida por habladurías; han corrompido al pueblo. Los pueblos, a
veces, pasan por épocas de decadencia. Mi papá decía: «el Estado es la realidad
de la ley moral»", comentó.
"Mi padre no tenía plata para pagar el cajón de mi
madre. Cómo puede ser, por ejemplo, que Eva Perón se pusiera esmeraldas
Bvlgari; ¿cómo las ganó? Hay que hacer una reflexión moral", disparó en
relación al crecimiento patrimonial de la ex jefa de Estado.
Con respecto al radicalismo, que actualmente integra el
frente Cambiemos, consideró que "está confuso de dominio". "En
cada pueblo hay iglesias y un comité radical. Hay células dormidas en todas
partes", añadió.
Ni 100 litros del más corrosivo ácido le podrán sacar toda la sangre de la enorme cantidad de inocentes que asesinó.
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