Por Esteban Peicovich |
¿Qué es más difícil? ¿Crear una oreja humana a partir de
células madre y mantenerla “viva” dentro de un ratón…o que los argentinos
aprendan a quererse? Lo primero ya se logró. Lo segundo está por verse. La vez
que a José Mujica le buscaron la lengua para que nos analizara opinó que los
peronistas son matones; los radicales, nabos; Cristina, araña, y ante la
pregunta del millón, no pestañeó: “¿Qué pienso de los argentinos? Que no se
saben querer.”
Fue fuerte (pero Pepe es sincero). Es cierto también que les
parecemos más queribles a los de afuera que entre nosotros aquí. Y si no,
observemos la “grieta”, tan visible hoy como el Obelisco. Que no termine en
abismo depende en gran parte del team de ingenieros que tomó el testigo el 10
de diciembre. Objetivo: echar las bases de un ciclo inédito. Los caídos de la
calesita ni lo aceptan ni acompañan. Basta escucharlos para apreciar que, por
dentro, esa mentira les hace un ruido insoportable. Pocos reaccionan y
enfrentan realistas a los que no pueden entender que su ciclo terminó. “El
diablo metió la pata” es la frase con la que eluden sufrir de análisis.
El múltiple saqueo perpetrado por la administración K desde
el 21N al 10D no movilizó todavía la investigación que exige. La desbandada del
oficialismo K recordó la de un ejército invasor vencido. Hasta hubo quienes
borraron pruebas del Estado triturando documentos y actuando como espías
interiores acción que equipara el daño, en grado, al que causan espías
extranjeros. ¿Que Kicillof/Costa destruyeron papeles de lo tratado en su
momento con The Buitres? ¿Que de hacerlo habrían debilitado la labor de Prat
Gay/Caputo y fortalecido a los Buitres que decían combatir? Es un gravísimo
delito que la ley contempla. ¿Se los citará?
En otro escenario, la voluntad de sincerar el Indec rebota
contra la bárbara desaparición de registros básicos. “Esto es tierra arrasada”,
graficó Jorge Todesca. A esto se suma la heroica “resistencia” de los más
“sacados” portavoces del gobierno que se fue: Di Tullio, Larroque, Sabbatella y
más. Lo suyo se reduce a negar, huir de la actualidad y excursionar en plazas
con el diablo en el cuerpo. En vez de puños llenos de verdades optan por puños
llenos de piedras con las que lapidar fotografías y siluetas del equipo
gobernante. Líderes adultos (y más culpables) guían y estimulan a párvulos y
púberes a repetir un vandalismo que aun larvado remite a memorias oscuras de
otro mundo. Tratando de tapar el sol de la catastrófica herencia que los
complica convierten la mítica consigna madre en perfecto reverso: la única
realidad es la mentira.
La buena onda con los CEOs del Cambio es otro fruto que el
2015 nos dejó. Aunque a 70 días tiende a la baja. Las encuestas posicionan bien
a Buda pero algunos de sus avatares se han distanciado de las concretas
promesas disparadas a granel durante la campaña. De cumplirse sólo parte de esa
inmensa oferta de bienaventuranzas cívicas, ya estaría operando, prioritario
como ningún otro, algo así como un Ministerio de la Fragilidad extendido al
país más doliente y que abarca millones de habitantes. Una deformación
profesional los llevó a privilegiar lo monetario sobre lo humanitario.
Ocupándose el mismo día 12 de esa inmediata realidad (dónde ayudar primero,
cómo y con qué) y en paralelo gobernar en el modo en que eligieron hacerlo.
¿Dos gobiernos? No. El caballo antes que el carro, y no al revés, como parece
se están dando las cosas. Promover desde el gobierno un Fondo Extraordinario de
Ayuda Rápida con aportes ciudadanos y estatales. Luchar contra la inflación y
el buitraje pero prodigando ya, a millones de humildes una asistencia justa y
moderna, que eso fue lo que escucharon habrían de recibir de Buda y sus maestros.
A quienes preguntan si fue sólo a título de chacota que en
la anterior columna me referí al Gordito de las Mil Sonrisas digo que lo
relacioné de modo light aunque en el fondo deseando que así fuera. Sucede que
ante la oquedad mundial de ideologías potables, el perfil llano de Macri (casi
un líder vacío de política) y su intensa prédica de necesidades obvias, el
bochín del símil se arrimó por añadidura. Buda bien podría ser hoy líder obvio
para quienes sueñan una armonía social que supere la avaricia y la violencia.
Nacido príncipe, el popular Gautama renunció a sus privilegios echándose al
camino (del medio) a sembrar mensajes libres de extremismos. Y de absolutos.
Libre de ataduras (ni Dios ni cielo ni infierno tienen espacio en el Budismo)
sus homilías son reflexiones claras que puede entender un lechero de Arkansas o
de Chascomús. En su seno no hay “tres personas en una”, como pontifica Roma, ni
regalo post mortem de huríes, como promete la Meca. Su “camino del medio” (que
bien podría inspirar la utopía de una clase media mundial).
La historia es brutal y sutil a la vez. Nos embauca con
facilidad porque se nos parece. ¿Y si la historia fuese la biografía del Diablo
que llevamos puesto? En México, al ondulante Francisco se le escapó una frase
tan lábil que el intento de dilucidarla hace abandonar toda esperanza:
"Con el demonio no se puede dialogar porque nos va a ganar
siempre"(sic). Y esto sí que obligará a construir una nueva Biblioteca en
el Vaticano. ¿Puede el Papa darse por perdido? De hacerlo él, ¿qué le queda a
un exmonaguillo como uno?
Es posible que uno se incline por intentos imaginativos
porque cada día es más difícil dialogar con la Razón: es ella la que gana
siempre y la que acopia la putísima plata para la peor gente. Es la Razón la
que me responde que cada minuto gastamos 2 millones de dólares en armas y sólo
400 mil dólares en salud. O que a la minera Barrick le perdonaron 223 millones
de dólares siendo que volcó cianuro en cinco ríos de San Juan. “Son ustedes los
que pagan”, dice la Razón. Me pasa lo que al Papa. Pierdo.
El Diablo (que a primera vista y sus acciones, parece más
homínido que Dios) siempre resultó más atractivo y también el CEO promotor de
nuestras flaquezas. Será por eso que se lo trata con más vecindad que a Él.
Tanto, que hasta consiguió (nada menos que en España) se le hiciera una
estatua. La expuesta, como si tal cosa, en el parque del Retiro de Madrid, y
atenuada, para disimular tamaña intrusión, bajo el nombre de “El ángel caído”.
Siendo la única, es significativa. Dios no posee ninguna (salvo que se acepte
que lo es un Ojo dentro de un Triángulo).
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