Gustavo Sáenz, Sergio Massa, Juan Manuel Urtubey y Diego Bossio en la "foto fuerte" del PJ nacional. |
El plan comenzó a elucubrarse a mediados de diciembre pasado
y se filtró –sobre el epílogo de 2015- con una frase enigmática: "En breve
vamos a tener una foto fuerte que va a hacer ruido".
La promesa se materializó anoche en Pinamar, con una imagen
que es toda una señal para la interna del Partido Justicialista (PJ): Sergio
Massa, Juan Manuel Urtubey y Diego Bossio compartieron un asado (hubo una larga
sobremesa) que sirvió para fortalecerse como opción opositora y marcarle el
territorio a los sectores más duros del kirchnerismo y La Cámpora.
El cónclave comenzó a las 21:30 en el country La Herradura,
uno de los más exclusivos de Pinamar, con el líder del Frente Renovador como
anfitrión y varios invitados especiales: además del gobernador de Salta y el ex
titular de Anses (actual diputado nacional), participaron Felipe Solá, Graciela
Camaño, Carlos Caserio (líder del PJ cordobés, enviado por el ex gobernador de
Córdoba José De la Sota), Héctor Daer (diputado nacional), Alejandro
Grandinetti (diputado nacional) Germán di Césare (intendente de Miramar), y
Carlos Selva (diputado, ex intendente de Mercedes).
El objetivo del encuentro fue "impulsar un peronismo
renovado y fresco, con capacidad de gestión e ideas innovadoras", según
resumieron a Infobae desde el massismo. "Queremos construir el peronismo
del siglo XXI: moderno, plural, con una mirada abierta a sectores
progresistas".
La idea es "proponer una reforma política y renovación
de dirigentes" para que la sociedad observe que se busca trazar "un
camino al futuro que no tiene lugar para volver al pasado".
En resumen, con la foto de Massa, Urtubey y Bossio se apunta
a mostrar una imagen que refleje fortaleza con miras a la renovación de un
peronismo que -entienden- debe despegarse definitivamente del kirchnerismo. Uno
de los organizadores le remarcó anoche a Infobae que lo que se busca es
"dejar en claro que representamos lo contrario a 'La Cámpora'".
Ayer también se debatió sobre cómo ponerle límites al
Gobierno nacional: la estrategia apunta a "oponerse con propuestas".
Y luego "coordinar en el Parlamento un trabajo que nos de la posibilidad
de acentuar conquistas de la sociedad e impulsar la eliminación del Impuesto a
las Ganancias, la implementación del 82% móvil y la modificación de la
coparticipación federal.
A la causa se sumó también José Manuel de la Sota, que no
pudo viajar a Pinamar pero envió como emisario a Carlos Caserio, titular del
Partido Justicialista cordobés, quien llegó al asado con un mandato contundente
que fue planteado de entrada: "Hay que refundar el peronismo, pero no
puede hacerlo el kirchnerismo".
Los dirigentes que participaron de la cena coincidieron con
el planteo cordobés de que la actual conducción partidaria no puede liderar la
renovación del PJ, porque "lo condujeron a la derrota" y están
severamente comprometidos en causas judiciales que investigan hechos de
corrupción.
El delasotismo propone conformar "una comisión
normalizadora" integrada por representantes de todos los sectores
("dirigentes de centro, de ala derecha e izquierda"), para que
"en un plazo de 6 meses" elabore una "reforma de la carta
orgánica y del método de selección de sus candidatos". Y convoque a
"comicios para marzo del año próximo".
Los miran de reojo
La cumbre opositora tiene un gran ausente: Daniel Scioli,
quien prefirió mantenerse al margen e incluso optó por no hacer ninguna
declaración al respecto. De entrada hubo alguna esperanza sobre su presencia,
pero la expectativa se diluyó rápidamente.
La relación entre Massa y Scioli se quebró y de momento no
hay señales que inviten a pensar que pueda recomponerse a corto plazo: el
referente del Frente Renovador incluso salió a chicanearlo luego de que
allegados al ex Gobernador bonaerense anunciaran que había decidido no
concurrir al asado en Pinamar. "No viene porque no lo deja Cristina",
azuzó el ex intendente de Tigre a través de los medios.
La negativa de Scioli no fue la única: el cónclave generó un
gran disgusto en muchos intendentes bonaerenses que rechazaron la invitación y
no dudaron en salir a expresar rápidamente su malestar. De todos modos, Massa,
Urtubey y Bossio pusieron primera y ya dieron el primer golpe en una pelea que
promete ser feroz...
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