Por Guillermo Piro |
La Biblioteca Dag Hammarskjöld se encuentra en la sede de la
Organización de las Naciones Unidas en Nueva York (la biblioteca lleva el
nombre del secretario general de la ONU entre abril de 1953 y el 18 de
septiembre de 1961, fecha en que Hammarskjöld falleció en un accidente durante
un viaje para mediar en el conflicto de Katanga en el Zaire. Había nacido en
1905 y fue Premio Nobel de la Paz póstumo en 1961).
Allí pueden encontrarse los
documentos y las publicaciones de la organización y otros materiales sobre
temas afines a sus intereses, y está a disposición de los empleados de la ONU y
de los delegados de las naciones que forman parte de ella.
La semana pasada, la Biblioteca Dag Hammarskjöld dio a
conocer en su cuenta de Twitter cuál fue el libro más consultado en 2015:
Immunity of Heads of State and State Officials for International Crimes
(Inmunidad de los jefes de Estado y funcionarios estatales por crímenes
internacionales), la tesis de doctorado escrita por Ramona Pedretti, de la
Universidad de Lucerna, en Suiza.
El libro, publicado en 2014, es el compendio más profundo
existente en la actualidad sobre el tema de las normas del derecho sobre la
inmunidad de los jefes de Estado y otros funcionarios del Estado en el contexto
de los crímenes en virtud del derecho internacional y su relación con los
principios básicos del derecho internacional, y explica cómo funciona la ley
internacional cuando un tribunal trata de incriminar a un jefe de Estado
extranjero.
Según la tesis del libro, hay dos tipos de inmunidad: “La
inmunidad ratione personae impide que un jefe de Estado sea sometido a la
jurisdicción penal extranjera. En cambio, la inmunidad ratione materiae protege
los actos oficiales, es decir, los hechos en nombre del Estado, del escrutinio
de los países extranjeros”. El primer tipo de inmunidad es absoluto y significa
que un tribunal nacional no puede incriminar a un jefe de Estado en ejercicio
de otra nación; la segunda decae cuando los imputados dejan de ejercer la
jefatura de Estado: permitió, por ejemplo, que Israel procesara a Adolf
Eichmann y España, al ex dictador chileno Augusto Pinochet. Pedretti examina
también el caso más complejo de los organismos internacionales, como la Corte
Penal Internacional, que en 2009 incriminó al actual presidente sudanés, Omar
al-Bashir. En ese caso concreto, explica, los líderes de los países que
reconocen a la Corte pueden perder la inmunidad ratione materiae y permitir la
incriminación de sus jefes de Estado en ejercicio.
Muchos subrayaron un tema no muy edificante del libro,
recordando que muchos delegados de la ONU representan a dictadores violentos y
sanguinarios.
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