Por Guillermo Piro |
A raíz de la noticia de que el actor británico-nigeriano
David Oyelowo interpretará a Otelo en
Broadway –Daniel Craig será Iago–, y teniendo en cuenta que la Metropolitan
Opera está abandonando la costumbre de pintar de negro la cara de los actores
que encarnan a Otelo, Isaac Butler, en la revista Slate, se pregunta: ¿Qué
quería decir Shakespeare cuando decía que Otelo era negro? ¿Hoy también lo
definiríamos igual?
La pregunta no es ociosa, ni para Butler ni para nadie. Gran
parte de los escritos de Shakespeare es anterior a la trata de esclavos y a la
fijación moderna de clasificar a las personas en base a su procedencia étnica,
fundamentos ambos de la idea de raza tal como la entendemos hoy. “Cuando
Shakespeare usaba la palabra ‘negro’ –dice Butler– no designaba exactamente un
tipo étnico, como haríamos hoy. Designaba, más bien, a alguien con la piel más
oscura que la de un inglés, en una época en que todos los ingleses eran muy
pero muy pálidos”.
Otelo era un moro, término empleado en el siglo XVI para
designar a los musulmanes, sobre todo a los que habitaban en España, Africa del
Norte y Sicilia. Y aunque damos por descontado que Otelo era africano, lo
cierto es que Shakespeare no especifica jamás en su obra el lugar de
nacimiento.
Una pregunta más interesante aún que se hace Butler es esta:
¿por qué Shakespeare escribió una tragedia sobre los celos y eligió a un moro
como marido? Aunque parezca increíble,
la respuesta tiene que ver con los piratas.
Si en el siglo XVI
uno era un marinero británico en una nave comercial, explica Butler, corría el
riesgo de ser atacado por piratas, que por lo general eran turcos. Si eso
ocurría, solía ser liberado después del pago de un rescate, de lo contrario se
convertía en esclavo. A menudo, a los esclavos se les ofrecía la libertad a
cambio de la conversión al islam –operación que justamente se llamaba “volverse
turco”. Para tentar al futuro “turco” se le prometían tierras, un trabajo y a
veces una mujer. Si un inglés, entonces, era raptado y convertido en esclavo,
se convertía para recuperar su libertad, y es probable que entonces volviera a
Inglaterra. En ese caso podía volver a convertirse al cristianis mo, pero lo
cierto es que ya nada era igual. Otelo podría ser uno de esos “convertidos” –no
olvidemos que toda la nación se había convertido poco tiempo antes a la Iglesia
Anglicana. Muchos ingleses temían que un musulmán convertido al cristianismo
fuese incapaz de cambiar de verdad. La piel negra de Otelo, entonces, para el
público, era un símbolo de su verdadera esencia.
Podría ser que Shakespeare, a través del color de la piel de
Otelo, intentara plantear de manera distinta preguntas que en ese momento eran
centrales: ¿qué es la identidad y cómo se construye? ¿Qué quiere decir ser
hombre? O, lo que casi es lo mismo: ¿qué quiere decir ser inglés?
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