Las formas de la
vulnerabilidad
para la vida de cada ser humano
Martha Nussbaum: una referencia imprescindible para la filosofía contemporánea y sobre el pensamiento relacionado con la vulnerabilidad de las personas. |
Por Gabriel Arnaiz
Si Simone de Beauvoir fue la filósofa por excelencia de los
años 40 y 50, Hanna Arendt la de los 60 y 70 y Zambrano la de los 80 y 90, podemos
decir que Martha Nussbaum es la filósofa por antonomasia de estas últimas
décadas.
Pero además, el último Premio Príncipe de Asturias de las Ciencias
Sociales no es solo una de las pensadoras más destacadas del momento (junto con
Judith Butler, con quien ha polemizado sobre su estilo), sino uno de los
filósofos vivos más importantes de Norteamérica (y utilizo el masculino porque
incluyo no solo a las mujeres filósofas, sino también a todos los filósofos
varones) y una de las referencias imprescindibles de la filosofía
contemporánea, junto con Habermas, Vattimo y algunos más.
Una visión diferente
a la de los hombres
Nussbaum es una filósofa que ha hecho importantes
aportaciones a múltiples áreas de la filosofía, especialmente en el campo de la
ética y la filosofía política, pero también dentro del feminismo y la filosofía
grecorromana. Su obra refleja la diferencia cualitativa que implica la teoría
filosófica hecha por mujeres frente a la que llevaban haciendo los hombres y
cómo la incorporación de ciertas temáticas tradicionalmente ignoradas por la
filosofía amplían su perspectiva y revitalizan la disciplina. Gracias a mujeres
como Nussbaum, la filosofía es hoy una actividad más sólida, más humana (pues
incorpora también el punto de vista de la mitad de la humanidad y obligan a la
otra mitad a modificar el suyo) y menos moribunda que hace unas décadas.
Martha Craven, pues este era su nombre de soltera hasta que
se casó con un judío de apellido Nussbaum del que más tarde se separó (¿hasta
cuándo tolerarán las feministas angloparlantes esta discriminación?), nació en
1947 en Nueva York en una familia acomodada. Después de estudiar teatro y
lenguas clásicas, se doctoró en filosofía por la Universidad de Harvard, donde
impartió clase hasta que, cansada de la discriminación que allí padecía,
decidió marcharse a la Universidad de Brown. Actualmente imparte clase de
filosofía en la Universidad de Chicago a alumnos de derecho y económicas,
teología y estudios clásicos.
Nussbaum empezó su trayectoria filosófica en el campo de los
estudios clásicos, como investigadora de Aristóteles y de las escuelas
helenísticas, asuntos sobre los que ha publicado dos libros que se han
convertido ya en clásicos contemporáneos: La fragilidad del bien: fortuna y
ética en la tragedia y la filosofía griega (Antonio Machado, 1995) y La terapia
del deseo: teoría y práctica de la ética helenística (Paidós, 2003).
Se adentró en las
emociones
A partir de entonces, Nussbaum ha desarrollado un trabajo
innovador en el estudio de las emociones, con implicaciones para la ética y el
derecho, y que ha dado como fruto dos obras capitales: Paisajes del pensamiento:
la inteligencia de las emociones (Paidós, 2008), que es su obra teórica más
ambiciosa, no solo por su extensión –más de 800 pág.– y su
interdisciplinariedad (combina aportaciones de la filosofía, la psicología, la
neurociencia, la ética, la filosofía antigua, la literatura y la música), sino
por el intento de revitalizar una visión estoica de las emociones, es decir, de
concebirlas como evaluaciones cognitivas que la filosofía moral debería tener
en cuenta; y El ocultamiento de lo humano: repugnancia, vergüenza y ley (Katz,
2006), donde la autora ha usado el conocimiento que ha acumulado sobre las
emociones en obras anteriores para aplicarlo al ámbito jurídico.
También a la filosofía política ha realizado Nussbaum
aportaciones destacables, tanto en un plano teórico como en una vertiente más
práctica. En el primer grupo se incluye Las fronteras de la justicia:
consideraciones sobre la exclusión (Paidós, 2007), donde analiza
pormenorizadamente tres problemas de justicia social que el contractualismo de John
Rawls no ha resuelto satisfactoriamente (las discapacidades físicas y mentales,
extender la justicia a todos los ciudadanos del mundo y los derechos de los
animales) y en el que ofrece una propuesta teórica alternativa que pueda
englobarlas: la teoría de las capacidades. Según ella, “para resolver este
problema hace falta una nueva forma de pensar la ciudadanía”. Una ciudadanía de
tipo mundial o cosmopolita, problema que ya abordó en Los límites del
patriotismo: identidad, pertenencia y ciudadanía mundial (Paidós, 1999).
En el segundo grupo se encuentran los libros que ha escrito
para divulgar este enfoque entre un público amplio, como Las mujeres y el desarrollo humano: el enfoque de las capacidades
(Herder, 2002) y Crear capacidades:
propuesta para el desarrollo humano (Paidós, 2012), el último de sus libros
traducidos, donde defiende la necesidad de una “contrateoría” que sustituya la
teoría vigente de medir el desarrollo de un país exclusivamente por el
crecimiento económico generado durante un año (es decir, por su PIB anual),
pues está demostrado que esta categoría económica no refleja el desarrollo
humano y efectivo que se produce en una sociedad.
Y es que esta profesora no solo ha ampliado el radio de
acción de la filosofía, sino que también ha utilizado con profusión en sus
obras diversos recursos literarios para presentar de manera más efectiva sus
tesis e ilustrar mejor sus argumentos, ofreciendo lo que ella llama un
“contexto narrativo”. Por ejemplo, en Paisajes
del pensamiento narra los sentimientos que ella misma experimentó al morir
su madre cuando ella se encontraba dando un ciclo de conferencias a miles de
kilómetros. En La terapia del deseo
utiliza un personaje ficticio –una hetaira de nombre Nikidion– para mostrar
cómo se practicaba la filosofía en las distintas escuelas filosóficas de la
Antigüedad y que podamos así visualizar nítidamente lo que realmente sucedía en
las distintas escuelas filosóficas (como si se tratase de una novela), a medida
que Nikidion va pasando de una escuela filosófica a otra. Y en Las mujeres y el
desarrollo humano nos presenta a Vasanti y Jayamma, dos mujeres indias que le
sirven para poner rostro a la injusticia que sufren las mujeres en el mundo,
especialmente las del Tercer Mundo, y “encarnar” de alguna forma la propuesta
teórica que nos presenta. De hecho, en todos sus libros podemos encontrar
numerosas historias reales, anécdotas y casos jurídicos que a cada paso nos
recuerdan que la filosofía no puede –y no debe– olvidar cuál es el sustrato
básico de su reflexión: el sufrimiento de seres humanos reales, con nombre y
apellidos, o de animales con sus propias emociones, necesidades e intereses.
Choque de personas,
no de culturas
Nussbaum es también una ardiente defensora de la enseñanza
de las humanidades, como lo demuestran El
cultivo de la humanidad: una defensa clásica de la reforma de la educación
liberal (Paidós, 2005) y Sin fines de
lucro: Por qué la democracia necesita de las humanidades (Katz, 2011), dos
magníficos libros en los que la autora apuesta por una educación cosmopolita
para abordar el multiculturalismo creciente de nuestros países y los graves
problemas transnacionales (contaminación, injusticia, etc.) a los que tienen
que hacer frente las generaciones futuras. Con igual pasión defiende también el
uso de la literatura y las artes como medio para “humanizar” y
“desespecializar” a los futuros jueces, abogados y economistas –esa es la tesis
fundamental de Justicia poética (Andrés
Bello, 1997)– o cómo pueden las obras de arte incitar determinadas emociones
que pueden ser muy útiles para la ética, como hace en El conocimiento del amor: ensayos sobre filosofía y literatura
(Antonio Machado, 2006).
En sus últimos libros la filósofa se ha centrado en estudiar
con gran minuciosidad la importancia de la religión en la cultura,
especialmente los problemas religiosos que surgen en las sociedades donde
conviven distintas religiones, tanto en India: democracia y violencia religiosa
(Paidós, 2009) como en Libertad de conciencia: contra los fanatismos (Tusquets,
2009) o en The New Religious Intolerance:
Overcoming the Politics of Fear in an Anxious Age (HUP, 2012), que Paidós
editará el año que viene, y que es probable que sea uno de sus libros más
polémicos, por su crítica a las políticas europeas en contra del uso público
del velo islámico. En el libro sobre la India, Nussbaum declara enfáticamente
que “el verdadero choque no es un choque de civilizaciones entre ‘islam’ y
‘Occidente’, sino más bien un choque que tiene lugar en el seno de
prácticamente todas las naciones modernas: un choque entre personas dispuestas
a convivir con personas diferentes sobre la base del respeto mutuo y aquellas
que pretenden alcanzar la protección de la homogeneidad a través del dominio
ejercido por una única tradición religiosa y étnica”. En un nivel más profundo,
la tesis de este libro es la idea gandhiana de que la verdadera lucha que debe
librar la democracia es una lucha en el interior del propio individuo, entre el
impulso por dominar y ultrajar al otro, y la disposición para vivir
respetuosamente sobre la base de la compasión y la igualdad.
Un servicio público
Nussbaum no olvida nunca el servicio público que debe rendir
el filósofo, al menos el de estirpe socrática, el “filósofo compasivo”, como
denomina ella a los filósofos de la época helenística, preocupados por atender
los problemas del ciudadano; por eso ha reunido en un Philosophical Interventions: Reviews 1986-2011 (OUP, 2012) una gran
parte de los artículos que ha escrito durante estos últimos 25 años sobre diversas
cuestiones de interés público. “La filosofía debería ser socrática, una
actividad compartida, transparente, a la que todo el mundo pueda acceder a
partir de un concepto de igualdad. Debería estar alejada de toda oscuridad y
autoridad. La tradición con la que simpatizo es la habermasiana, comprometida
con la transparencia y con el libre intercambio”, dice en una entrevista
incluida al final de Libertad de
conciencia: el ataque a la igualdad de respeto (Katz, 2011), un opúsculo
que resume su libro homónimo y podría servir de introducción a uno de los
filósofos (uso de nuevo el masculino para incluir también a los filósofos
varones) más atractivos, claros y perspicaces del panorama actual.
0 comments :
Publicar un comentario