Poco después de las
21:30, Daniel Scioli reconoció su derrota y saludó al triunfador en el primer
balotaje de la historia argentina.
Nacionales - Mauricio
Macri triunfó en el balotaje y es el nuevo Presidente de la Argentina, en una
jornada electoral tranquila pero muy beneficiosa para su alianza Cambiemos, que
ha derrotado por una diferencia de casi siete puntos, al Frente para la
Victoria, que llevó a Daniel Scioli como candidato.
Es la primera vez que su partido, el Pro (Propuesta
Republicana), junto a diversas fuerzas montadas sobre el poder territorial de
la UCR, logra la primera magistratura nacional, otorgándole a sectores que se
suman a la vida política desde la actividad empresaria la chance de gestionar
el Estado nacional y de fijar una agenda propia para el país.
El candidato del oficialista Frente para la Victoria, habló
cerca de las 21:30 y reconoció su derrota. “Acabo de hablar con el ingeniero
Macri deseándole buena suerte en su gestión”. A la misma hora en que Scioli
hablaba al país, las cifras oficiales del balotaje, con casi el 71% de las
mesas escrutadas, indicaban que Mauricio Macri se imponía por el 53,19% de los
votos contra el 46,81% de Scioli, una diferencia que ya resultaba irreversible
para el postulante del oficialismo.
El nuevo presidente
Conocido popularmente como presidente del club Boca Juniors
y por su gestión transformadora al frente de la entidad, Macri se sumó a la
política en 2003, cuando creó el partido Compromiso para el Cambio. En 2007 se
transformó en la alianza Pro y, con ese nombre, ganó por primera vez el
gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Su compañera de fórmula es Gabriela Michetti, quien también
lo acompañó en la jefatura de Gobierno porteño.
Llegará al poder en simultáneo con la salida de Cristina
Fernández de Kirchner, tras 12 años de gobierno junto a su marido, Néstor
Kirchner, y como su principal opositor, rol en el que consiguió consolidarse y,
de esa forma, dejar en el camino o sumar detrás de sí a figuras como Sergio
Massa, un peronista bonaerense que quedó fuera del balotaje, o los mendocinos
Ernesto Sanz y Julio Cobos, que también querían ser candidatos presidenciales y
acabaron por apoyarlo.
Scioli, por su parte, fue ungido como candidato por el
oficialista FPV dejando en el camino a una serie de aspirantes que
representaban más cabalmente que él al gobierno que concluye. Lo decidió
Cristina Fernández de Kirchner y logró alinear junto a su candidato a
vicepresidente, Carlos Zannini a casi todos los que quedaron en el camino,
salvo a Florencio Randazzo, quien coqueteó en todo momento con la oposición y
nunca cedió en sus críticas contra la real capacidad de gestión del gobernador
bonaerense que se quedó sin el gobierno provincial -que ganó la macrista María
Eugenia Vidal- y sin el Sillón de Rivadavia.
Macri nació hace 56 años en la ciudad bonaerense de Tandil
aunque se crió en San Isidro, en donde concurrió al tradicional colegio
Cardenal Newman, y allí conoció al empresario Nicolás Caputo, uno de sus
hombres más cercanos y consejero político en la intimidad.
Con éxitos deportivos notables aunque también algunas
polémicas (con Diego Maradona y Carlos Bianchi, entre las más famosas), Macri
usó como trampolín la popularidad que le brindó Boca y armó Compromiso para el
Cambio, marca electoral con la que compitió en 2003 por primera vez por el
gobierno porteño, perdiendo en balotaje con Aníbal Ibarra.
En 2005 ganó la elección parlamentaria en la Capital (ya con
PRO como partido, que había cofundado con Ricardo López Murphy) y en 2007, con
Gabriela Michetti como compañera de fórmula, se hizo con la Jefatura de
Gobierno, ganando el balotaje al entonces ministro de Educación, Daniel Filmus.
Con un inicio con varios errores y dificultades -que desde
la cúpula del PRO hoy admiten- como la denuncia por espionaje del funcionario
Ciro James o por la labor de la UCEP, Macri se erigió como uno de los jefes de
la oposición y llevó a su espacio político a ganar todas las elecciones en el
bastión porteño desde entonces.
Tras un amague en 2011 de lanzarse a la Presidencia, eligió
jugar por la reelección (que ganó, también a Filmus) y definió en 2013 comenzar
un armado territorial a nivel nacional de cara a competir en la carrera
presidencial, siempre con la provincia de Buenos Aires como el distrito más
esquivo, por lo que asignó la tarea de crecer allí a su vicejefa de Gobierno,
María Eugenia Vidal.
En 2014, en forma gradual y con más bajo perfil (lo que lo
diferenció de Sergio Massa), Macri articuló buenos lazos con referentes de la
UCR de todo el país y pidió a sus dirigentes porteños que pasen a militar a la
Provincia, por lo que comenzó a posicionar a varios referentes en el conurbano,
algunos de los cuales lograron triunfar el 25 de octubre y alzarse con
intendencias.
El punto de inflexión de PRO fue la Convención Nacional de
la UCR en Gualeguaychú, cuando el partido radical, de la mano de Ernesto Sanz,
decidió (por una escueta diferencia en votos) aliarse al macrismo y a la
Coalición Cívica, en un frente electoral que se llamó Cambiemos.
En el interín, Macri debió enfrentar uno de sus más ásperos
conflictos internos en el PRO, cuando no pudo convencer a Gabriela Michetti de
declinar su candidatura en la primaria por la jefatura de gobierno porteña con
Horacio Rodríguez Larreta, su elegido, que finalmente ganó la interna y luego
la elección porteña ante Martín Lousteau (UNEN).
Macri obtuvo el segundo lugar más votado tanto en las PASO
presidenciales como en la elección general del 25 de octubre pasado, y logró el
objetivo principal fijado por su partido: forzar un balotaje presidencial -el
primero de la historia argentina- y disputar mano a mano con el oficialismo
para suceder a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
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