Los fondos que quedan
tienen una contrapartida
de pasivos como depósitos, swaps en yuanes y Lebacs.
Economía - Las
reservas del Banco Central medidas en términos “netos” ya habrían llegado a
cero, de acuerdo a un informe privado al que accedió LPO. Es que pese a que el stock de divisas cerró este lunes a la
tarde arriba de los U$S26.900 millones, la totalidad de ese dinero tiene una
contrapartida en pasivos.
De ese total, unos U$S11000 millones corresponden al swap en
yuanes que se cerró con China y que para convertirse en billetes verdes
necesitan de una operación especial, a costa de una quita nominal y de una
carga financiera que se activa al momento de usarse con otro fin que no sea
reforzar reservas. Por otro lado, unos U$S2800 millones son derechos especiales
de giro (DEG) del FMI, conformados por una canasta de monedas que otorga el
organismo multilateral.
Así, "la caja" en dólares contantes y sonantes estaría
en torno a los U$S13.000 millones, con U$S2000 millones en oro y unos U$S11 mil
millones en divisas y depósitos.
El problema es que la contrapartida de las reservas en el
pasivo suma U$S27.586 millones, incluyendo el DEG y el swap con China, según los
últimos datos oficiales disponibles.
Si se restan esos dos conceptos, queda un pasivo de
U$S13.744 millones, conformado por dinero que no le pertenece al BCRA, según un
reporte de MyS Consultores.
El número se descompone en los siguientes puntos: U$S8631
millones en depósitos, y U$S2.076 en Lebac nominadas en moneda extranjera.
Tomados en su conjunto, estos dos casilleros son contrapartida de los U$S10.450
millones de depósitos que hay en los bancos, tanto del sector público como del
sector privado.
Asimismo, hay un swap de U$S400 millones con el Banco de
Francia, y unos U$S600 millones que corresponden a Cedines, los certificados de
inversión utilizados para blanquear divisas con operaciones inmobiliarias.
Por último, hay unos U$S2040 millones que pagó el gobierno a
los bonistas que aceptaron los canjes de 2005 y 2010, pero que el juez Thomas
Griesa congeló hasta que se resuelva el conflicto con los fondos buitre.
Con estos datos, las reservas netas ya se ubicarían en
terreno negativo por más de U$S250 millones, porque la contrapartida del pasivo
es mayor a las reservas totales.
De acuerdo a MyS, si el Banco Central sigue con el ritmo de
ventas de las últimas semanas, en el momento en que Cristina entregue el bastón
de mando, el 10 de diciembre, habría un rojo de U$S5000 millones, que Vanoli
habrá vendido pero que en rigor pertenecían a ahorristas o bonistas.
Un economista consultado por LPO señaló que Alejandro Vanoli puede seguir vendiendo divisas,
sacándolas de estas partidas, pero que si en algún momento el público va a
buscar esos dólares, puede encontrarse con que no estén más.
Sin ir más lejos, este lunes el BCRA tuvo que vender U$S150
millones, ante la nula oferta por parte del sector privado, lo que vaticina que
la sangría de divisas seguirá pese a los esfuerzos de la entidad por
contenerla.
En ese sentido, las autorizaciones de la Afip para dólar
ahorro alcanzó este lunes los U$S140 millones, una cifra récord para un solo
día, luego de la marca U$S700 millones de octubre.
El mes pasado fue el peor para el Central en casi diez años:
el stock de divisas descendió más de 6000 millones de dólares, principalmente
por el pago del Boden 2015, que fue a parar a cuentas fuera del país o del
sistema bancario local.
En ese sentido, luego de las elecciones del 25 de octubre
que dejó a Daniel Scioli virtualmente empatado a Mauricio Macri, el gobierno
tomó una serie de medidas relacionadas con la venta de dólares futuros y los
depósitos a plazo fijo, para los que impuso un aumento en el rendimiento,
buscando que los ahorristas se mantengan en pesos y no se vuelquen masivamente
a la compra de divisas.
También hubo nuevas restricciones para importadores, a los
que se les redujo de 150 a 75 mil dólares el monto mínimo de autorización
automática para hacerse de billetes verdes. El racionamiento también llego a
aerolíneas y empresas de viaje, que aumentaron los pasajes y cortaron las
ventas con más 90 días de anticipación.
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