Por Ana Gerschenson |
El gobierno estadounidense cuenta los días que faltan para
que la presidenta Cristina Kirchner le transfiera el poder a quien será el
próximo jefe de Estado argentino. La diplomacia norteamericana está convencida
de que, sea quien sea el elegido, trabajará intensamente por la reconstrucción
de la relación bilateral entre Buenos Aires y Washington.
Porque, aunque la propia Presidenta haya acusado ante las
Naciones Unidas a Barack Obama de proteger al ex agente de inteligencia Jaime
Stiuso, y la Cancilleria cite al embajador estadounidense, Noah Mamet, para que
brinde explicaciones por la "falta de colaboración" de su
administración, la realidad es que el candidato a presidente del Frente para la
Victoria, Daniel Scioli, mantiene un diálogo fluído con el diplomático.
De hecho, hace apenas dos semanas, Scioli y Mamet se
fotografiaron en la provincia de Buenos Aires, y el gobernador propuso
"una agenda positiva" con Washington, en caso de ser electo. No es
justamente lo que hoy plantea Cristina.
El diálogo con los candidatos Mauricio Macri, de Cambiemos,
y Sergio Massa, del FR, es igual de cordial, e incluyó encuentros privados con
el embajador, al igual que Scioli, en los últimos meses.
Para los Estados Unidos es momento de transitar en silencio
y con la indiferencia diplomática que irrita a la Presidenta hasta el 10 de
diciembre cuando -aseguran- comenzará una etapa de acercamiento entre los
EE.UU. y la Argentina.
Hoy, el kirchnerismo atraviesa sus últimos días de furia
contra la administración de Obama. Por eso, sorprendió esta semana cuando la
jefa de Estado hizo su denuncia contra la Casa Blanca ante los mandatarios del
mundo en las Naciones Unidas, que no deben haber entendido demasiado de qué
agente de inteligencia hablaba Cristina, ni por qué su paradero afectaba el
equilibrio político internacional.
El canciller Héctor Timerman -y no el Departamento de
Estado- en un comunicado oficial del Palacio San Martín, reveló el momento de
tensión que atraviesa la relación entre ambos países. "El día 30 de julio
el Canciller Héctor Timerman y el Director de la Agencia Federal de
Inteligencia, Dr. Oscar Parrilli, mantuvieron una reunión con el embajador Noah
Mamet, donde se le explicó los motivos por los cuales solicitábamos la
cooperación de su país para ubicar al Sr. Stiuso". Primer dato.
"El Embajador Mamet se comprometió a darnos una
respuesta. Todavía no cumplió con el compromiso asumido", remarca el
documento oficial. La gestión argentina continuó en Washington, por orden de la
Presidenta: "La embajadora Cecilia Nahón mantuvo el 2 de septiembre una
reunión con el funcionario del Departamento de Estado Alex Lee reiterando dicho
pedido. Llamó la atención de la Embajadora que el señor Lee habló del
"asesinato de Alberto Nisman" por lo que la Embajadora Nahón pidió
que aclare si tenía información al respecto sin recibir ninguna respuesta
concreta".
Claramente, el gobierno de los Estados Unidos no está
dispuesto a contestar. Pero la Argentina, según revela el comunicado de la
Cancillería, insistió: "Ante el silencio del Gobierno estadounidense, la
Embajadora Nahón vuelve a remitir el pasado 9 de septiembre un escrito
reiterando el pedido de cooperación sin recibir, una vez más, respuesta a la
solicitud". En ese clima de ira diplomática, habló la Presidenta, en Nueva
York.
El embajador Noah Mamet, citado para dar explicaciones ante
el Palacio San Martín, nuevamente esta semana, repitió las mismas palabras que
en la primera convocatoria. Que el gobierno estadounidense "no hace
comentarios sobre la recepción de pedidos de asistencia en cuestiones penales,
aunque sí responde a cualquier pedido de esa clase a través de las vías
judiciales establecidas". Y además, no hace comentarios sobre el estatus
migratorio de un individuo en particular".
La pregunta es hasta dónde está dispuesta a llegar con el
enfrentamiento la Presidenta. Porque el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández,
aseguró que si no hay colaboración, la relación bilateral está en juego. Y hay
que recordar que los vínculos con Washington han ido de mal en peor en los últimos
años, tanto como para que Cristina Kirchner termine sus dos mandatos sin haber
sido invitada oficialmente a la Casa Blanca. Como sea, a Cristina se le acaba
el tiempo para el enojo con los Estados Unidos. Aunque tense la cuerda de la
diplomacia al máximo, Obama sabe que el 11 de diciembre, podrá revertir el
daño.
0 comments :
Publicar un comentario